Lima | EFE.-
La cuarentena decretada para frenar la expansión del COVID-19 ha provocado una caída en la demanda de la cocaína y, como consecuencia de ello, un desplome de hasta el 25 % del valor que tenía en enero en las zonas cocaleras de Perú, el segundo productor mundial de esta droga, por detrás de Colombia.
Así lo reportó este jueves la gubernamental Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) en un informe que registra el descenso de los precios en toda la cadena de producción de la cocaína desde enero hasta abril.
Según el estudio del organismo antidrogas de Perú, el precio promedio a nivel nacional de un kilo de clorhidrato de cocaína es actualmente de 3.972 soles (1.174 dólares), cuando en enero era de 5.280 soles (1.561 dólares), lo que supone una disminución del 25 %.
El valor promedio de la pasta básica de cocaína cayó un 23 %, al pasar de 2.664 soles (788 dólares) en enero a 2.056 soles (608 dólares) en abril.
Asimismo, la hoja de coca, materia prima para elaborar tanto la cocaína como la pasta básica, pasó de pagarse en promedio nacional 12,67 soles (3,74 dólares) por kilo en enero a 6,88 soles (2,03 dólares) en abril, lo que significa un descenso del 46 %.
TENDENCIA DISPAR
Sin embargo, no todas las cuencas cocaleras de Perú se comportaron igual, pues en algunas descendió notablemente y, como efecto de ello, en otras aumentó considerablemente, mientras que en algunas más no hubo casi variaciones.
El mayor descenso se dio en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), la mayor cuenca cocalera de Perú, donde se concentra casi la mitad de las 50.000 hectáreas de cultivos ilícitos de hoja de coca plantados a nivel nacional, según un último informe de Naciones Unidas sobre la materia, que data de 2017.
En esta agreste área de selva montañosa, en la vertiente oriental de los Andes, que abarca parcialmente cuatro regiones de Perú, el kilo de clorhidrato de cocaína, que en enero valía en promedio 5.922 soles (1.751 dólares), ahora vale 2.426 soles (717 dólares).
Asimismo, el kilo de pasta básica en el VRAEM cayó un 50 % al pagarse antes a 2.925 soles (865 dólares) y ahora a 1.458 soles (431 dólares), mientras que la hoja de coca bajó en 61 %, de 11,20 soles (3,31 dólares) a 4,3 soles (1,27 dólares).
COCALEROS ABANDONAN CULTIVOS
En ese sentido, el presidente de Devida, Rubén Vargas, detalló que miles de agricultores de zonas aledañas al VRAEM y de otras regiones cocaleras «están retornando a sus ciudades de origen con la incertidumbre de saber cuándo recuperarán el capital invertido en esta economía ilícita».
Una tendencia similar se vio en la zona sur de la Amazonía peruana, que limita con Bolivia y Brasil, pero en mitad de estas dos está la provincia cusqueña de La Convención, donde aparentemente se ha trasladado la demanda de los narcotraficantes.
En ese lugar el precio del clorhidrato de cocaína subió un 60 %, de 3.685 soles (1.090 dólares) a 5.896 soles (1.744 dólares) , que es prácticamente el precio que se pagaba en el VRAEM antes de la cuarentena.
Lo mismo ocurrió con la pasta básica, que aumentó su precio un 59 %, de 1.860 soles (550 dólares) a 2.953 soles (873 dólares).
Sin apenas variación de precios está la triple frontera amazónica de Brasil, Colombia y Perú, donde el cumplimiento de la cuarentena es casi nulo y el tránsito de embarcaciones por el río Amazonas entre los tres países continúa al ritmo habitual, con controles escasos.
DIFÍCIL TRÁNSITO
Buena parte del descenso de la demanda en el resto de zonas se debe a la prohibición de circulación interprovincial en el país, lo que dificulta trasladar la droga para su acopio y exportación.
La producción de cocaína de Perú sobrepasa las 400 toneladas anuales, según las estimaciones oficiales, y sus principales mercados de destino son Brasil, Europa y Estados Unidos.
Para Europa y Estados Unidos, la principal puerta de salida son los puertos del Callao y Paita, donde grandes cargamentos son colocados clandestinamente por las organizaciones criminales en contenedores de mercancías, mientras que a Brasil suele llegar por el río Amazonas o por «narcoavionetas», previa escala en Bolivia.
El confinamiento, unido al cierre de fronteras y al toque de queda nocturno, está vigente en Perú desde el 16 de marzo y se mantendrá hasta por lo menos el 10 de mayo, mientras el coronavirus ya ha colapsado el sistema sanitario en algunas regiones, causando más de mil muertos y casi 37.000 infectados hasta este jueves.