El mundo del trabajo ante la COVID-19

“Este reto es de carácter mundial y requiere la intensa cooperación de todos. Solo juntos podemos detener la propagación del coronavirus”, comentó Laurent Sillano, Jefe de Cooperación / Delegación de la Unión Europea-Nicaragua y ante el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), en el webinario que abordó la temática “Empleo y economía en Centroamérica y República Dominicana en los tiempos de la COVID-19”, organizado por la Secretaría de la Integración Social Centroamericana (SISCA) y el Programa de la @Unión Europea – EUROsociAL+; y apoyado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT)

“Este webinario se realiza con el objetivo de analizar la situación regional, intercambiar ideas y buscar soluciones apropiadas a las realidades de cada país acerca de la protección de la fuerza laboral, de los ingresos y de la capacidad productiva en el contexto de las medidas de distanciamiento social adoptadas para prevenir la difusión del coronavirus SARS-CoV-2”, enfatizó Alfredo Suárez Mieses, Secretario General de la SISCA.
La OIT, utilizando la variación de las horas de trabajo, que refleja tanto los despidos como otras reducciones temporales del tiempo de trabajo, ha calculado que en el segundo trimestre de 2020 habrá una reducción del empleo de alrededor del 6,7 por ciento, el equivalente a 195 millones de trabajadores a tiempo completo. El número final dependerá de la rapidez con que las economías se recuperen en el segundo semestre del año, y de la eficacia de las políticas para impulsar la demanda de mano de obra. Existe desde luego una fuerte preocupación por los trabajadores informales (alrededor de 2000 millones), debido a su falta de cobertura por parte de los sistemas de seguridad social.
“Los impactos socioeconómicos nos tocarán a todos. La dimensión trabajo y la dimensión social es clave en la primera respuesta y será todavía más clave en la recuperación económica, esta batalla será larga, lo que hemos visto hasta ahora son los primeros movimientos de la pandemia”, comentó Vinícius Carvalho Pinheiro, Subdirector General y Director Regional para América Latina y el Caribe de la OIT.
En términos generales, una variable crucial para enfrentar con mayor o menor éxito la pandemia, es el grado de desarrollo (y cobertura) de los servicios básicos; sobre todo de salud, saneamiento, protección social y educación. Otro elemento importante, es el nivel de penetración y densidad territorial de estos servicios. Aunque todavía no se cuente con informaciones específicas para la región centroamericana, es notoria la debilidad de los sistemas de servicios (con diferencias entre países) y la falta de universalismo.

Carmen Moreno, Directora de la Oficina de la OIT para América Central, Haití, Panamá y República Dominicana; asegura que para proteger a las personas, al empleo y a las empresas, es necesario poner el acento a la salud y la seguridad en el trabajo.
“Necesitamos políticas de desarrollo productivo que permitan a los países apuntar a buscar otros nichos de producción en la que puedan absorber la mayor cantidad de mano de obra desempleada. En nuestra región, tenemos un reto más grande que es la altísima informalidad laboral”, expresó Moreno.
Además del problema estructural del trabajo informal, varias empresas (y trabajadores) podrían sufrir daños devastadores. De aquí la necesidad de pensar al mismo tiempo en estrategias para el tiempo de la emergencia, y para la fase de recuperación y vuelta a condiciones de normalidad.
Los países centroamericanos están vinculando acertadamente las tres dimensiones de la emergencia – la sanitaria, la económica y la social –, mediante medidas fiscales que también implican endeudamiento; asimismo, han aprobado medidas para la suspensión temporal de los contratos de trabajo, y para que los trabajadores puedan recibir transferencias monetarias. Los retos inmediatos, sin embargo, son inmensos. Las sociedades no podrán soportar períodos prolongados de inactividad económica.

“Es importante para la región identificar los retos compartidos y tomar los aspectos esenciales como, por ejemplo, las migraciones laborales, porque de esto dependerán los mecanismos que pondremos a disposición para sobrepasar las dificultades y las transformaciones que tenemos que generar para el empleo, que visualizábamos como el futuro pero que ahora es más urgente de implementar”, expresó Giannina Dinarte, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Costa Rica.
En el mundo, para paliar los efectos del congelamiento de las economías; se están movilizando básicamente ayudas financieras directas e indirectas al empleo, a los ingresos y a las empresas (aplazamiento de deudas y del pago de la renta, renegociación de préstamos y aplazamiento del pago de servicios, etc.).

“Las empresas deben de funcionar, los empleos deben mantenerse. Creemos que es importante que los gobiernos fijen reglas claras en cuanto a las normas de bioseguridad. Tenemos que ver a futuro qué va a ocurrir con las empresas o empleos si están en función. Abrir de manera responsable. No se pueden abrir todas las empresas; pero deben dejar los servicios esenciales. Por eso, es importante y urgente el diálogo social entre trabajadores, sector privado y el Gobierno para salir de la crisis económica, que será posterior a la crisis sanitaria”, destacó Armando Urtecho, Director del Consejo Hondureño De La Empresa Privada ( Cohep).
En este sentido, las medidas sanitarias, a favor del empleo y los ingresos, las subvenciones a las empresas, las políticas tributarias y de gasto público, los planes de atención a las poblaciones migrantes, etc. deberán incorporar propuestas que ayuden a reducir, transformar; y, sobre todo, a no aumentar las desigualdades.

“Nadie puede ser despedido en este tiempo de cuarentena. Cada una de las razones que se den se debe analizar de forma individual. Estamos asesorando a gente que no es afiliada vía telefónica; y les indicamos dónde deben hacer las consultas”, destacó Francisco Quijano, Presidente de la Central Autónoma de Trabajadores Salvadoreños – CATS y Consejo Unitario Sindical de El Salvador.
En la región SICA, previéndose que las consecuencias de la pandemia se convertirán en un fuerte obstáculo para el logro de la Agenda 2030, es urgente identificar las medidas que se pueden abordar para sostener los ingresos de todas las personas incluyendo la informalidad laboral y otros sectores vulnerables de la población – a través y más allá de transferencias en efectivo en la fase de confinamiento y distanciamiento social. Para esto, la dimensión regional, el diálogo y la cooperación representan un marco fundamental en la implementación de estrategias que puedan brindar respuesta a la emergencia sanitaria y enfrentar su impacto en la economía y el empleo.

Deja un comentario

%d