Montevideo, (IICA).-
El Plan Estratégico Nacional de Desarrollo Agropecuario del Uruguay lleva el título de “Senda” y se propone establecer políticas de largo plazo sostenidas en una visión común del futuro, que a la vez incorpore diferentes miradas e ideas.
Uruguay avanza en la construcción colectiva de una estrategia de desarrollo agropecuario y agroindustrial sostenible para las próximas décadas, proceso que cuenta con la participación del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Los progresos del plan, en el que el gobierno y distintos sectores están trabajando coordinadamente desde 2021, fueron presentados en una conferencia en Montevideo, con la participación del Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca del Uruguay, Fernando Mattos, y el Director General del IICA, Manuel Otero.
En el evento, que se desarrolló ante un auditorio colmado en el marco de la muestra agropecuaria Expo Prado 2022, una de las más importantes del mundo en su tipo, participaron, además del Ministro Mattos, tres ex ministros uruguayos del área, Tabaré Aguerre, Álvaro Ramos y Martín Aguirrezabala, lo que mostró el amplio respaldo político del proceso de discusión.
El Plan Estratégico Nacional de Desarrollo Agropecuario del Uruguay lleva el título de “Senda” y se propone establecer políticas de largo plazo sostenidas en una visión común del futuro, que a la vez incorpore diferentes miradas e ideas.
La meta es propiciar un marco de acuerdos que sirva para impulsar el desarrollo agropecuario y agroindustrial sostenible del país sudamericano, que ya es líder en producción de alimentos, pero tiene un potencial mucho mayor gracias a sus extraordinarios recursos naturales.
La iniciativa parte de la premisa de que la agricultura del mundo tendrá que producir en el futuro más alimentos y fibras para cubrir la demanda de la población global que seguirá incrementándose. Al mismo tiempo, ese aumento de la producción deberá basarse en una mayor productividad y mayor eficiencia en el uso de insumos, dado que la superficie agrícola es limitada. El telón de fondo es un contexto de cambio climático y mayor presión sobre los recursos naturales.
“La construcción del futuro de las políticas agropecuarias no se hace desde cero. Tenemos décadas de experiencia acumulada, que enriquecen y enorgullecen al Uruguay. En un marco de pluralismo, estamos aprovechando lo que se ha construido en el pasado, pero necesitamos repensar la institucionalidad agropecuaria del país, que, si bien es una de nuestras fortalezas, fue diseñada para otro tiempo”, señaló el ministro Mattos.
“Con el objetivo de incorporar distintas visiones –añadió-, estamos abriendo el debate y vamos a incorporar también los productores, los gremios y la academia. Nos reconforta haber sumado al IICA, que cumple un rol fundamental por su experiencia, y a los ex ministros del área. Estamos imaginando el futuro, que es siempre incierto”.
Mattos explicó que son seis las dimensiones estratégicas que contempla el plan: inserción internacional del agro uruguayo; sostenibilidad de los agroecosistemas; desarrollo productivo y social, infraestructura y logística; tecnologías de la información para el agro y capacidades institucionales y articulación público-privada.
Seguridad alimentaria y comercio
“La seguridad alimentaria está al tope de la agenda mundial hoy y eso nadie lo discute. Esta realidad requiere tener una visión sistémica desde la producción hacia el consumo. Es el comercio el que define las características de la seguridad alimentaria”, afirmó Otero.
El Director General del IICA consideró que, luego de la crisis global generada por la pandemia de Covid-19, hoy las sociedades valoran de manera más positiva a los agricultores y trazó una hoja de ruta de algunos elementos que no pueden faltar en el diseño de una estrategia de desarrollo agropecuario.
Mencionó, en ese sentido, la urgencia de apostar a un mayor desarrollo de la bioeconomía, modelo de industrialización de los recursos biológicos que sirve para diversificar las producciones al tiempo que reduce el consumo de combustibles fósiles y contribuye al cuidado ambiental.
“La bioeconomía tiene mucha fuerza hace al menos 30 años en Europa. En Uruguay y en toda nuestra región debemos entender que hay una biomasa enorme disponible, que debe ser transformada”, afirmó Otero.
“Es relevante para el IICA acompañar al ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca del Uruguay en el proceso de fortalecimiento y modernización para dar, en conjunto, respuestas ante las demandas y desafíos que enfrenta el sector agroindustrial. Es necesario construir una estrategia de desarrollo agropecuario pensando en los próximos 30 años de desarrollo del sector y del país”, afirmó.
El ex ministro Ramos subrayó que el mayor desafío es mejorar la competitividad y la productividad del agro uruguayo y consideró que esos objetivos se lograrán a través del diálogo político y la excelencia técnica. Mencionó, además, la oportunidad que significan las nuevas tecnologías para generar “el empalme generacional que propicie el afincamiento de los jóvenes en el medio rural”.
“Tenemos que ser capaces de identificar con inteligencia qué lugar en el mundo queremos ocupar”, dijo Tabaré Aguerre, quien hizo hincapié en la necesidad de valorar el agua, abundante en los ecosistemas del país: “No es un factor productivo más; es tal vez el más importante. Y es el principal recurso que tenemos. Yo diría que es el petróleo del Uruguay y no lo estamos aprovechando como podríamos”.
A su turno, Martín Aguirrezabala advirtió que el plan de desarrollo agropecuario es para todos los uruguayos, no solamente para el sector: “Necesitamos crear conciencia en la sociedad de que, en base a la actividad agropecuaria, Uruguay puede desarrollarse, aumentar fuertemente su PIB y generar mayor bienestar”.
Experiencia de ganadería sostenible
También en el ámbito del gran interés que despertó la Expo Prado 2022 fueron presentados los avances de una Experiencia Piloto para la generación de Buenas Prácticas de Sostenibilidad Ganadera en el marco del Cambio Climático.
Se trata de una iniciativa que llevan adelante las instituciones de investigación y extensión por excelencia del Uruguay –el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria y el Instituto Plan Agropecuario, respectivamente-junto a la Sociedad Rural de Rio Negro (SRRN) y el IICA.
A través de un caso concreto en un predio del litoral uruguayo en el que se está trabajando desde 2021, el objetivo es evaluar la sostenibilidad ambiental, económica y social de un sistema integrado de cultivos, pasturas y ganadería, para así determinar buenas prácticas de manejo que permitan incrementar el potencial de circularidad del carbono y de los nutrientes primarios. Se trata de sentar las bases para la creación de un modelo de ganadería sostenible que promueva la transferencia de tecnologías a nivel local y regional.
El ministro Mattos subrayó la importancia del proyecto, valoró la participación del IICA y advirtió que la ganadería que hoy se practica en Uruguay y el resto de los países, aunque tiene margen para mejorar desde el punto de vista ambiental, es sostenible.
“Se nos pretende imputar responsabilidades que no tenemos. No estamos haciendo algo en contra de la naturaleza ni de nosotros mismos. Con este proyecto vamos a generar información científica y concreta sobre el verdadero impacto ambiental de nuestra ganadería, de la que estamos muy orgullosos”, dijo Mattos.