La Habana | EFE.-
Turistas en su mayoría despreocupados y normalidad en las calles de La Habana este jueves, un día después de confirmarse los primeros casos de coronavirus en tres italianos llegados esta semana a Cuba, cuyo Gobierno reforzó las medidas de precaución pero de momento no ha cerrado sus fronteras.
«No estoy preocupado aunque ya tengo 88 años. Tengo que preocuparme si la contraigo, pero no creo que exista la posibilidad, no aquí en Cuba», declaró a Efe Iván, un viajero canadiense que tampoco teme contagiarse en Canadá, porque su hogar en Ontario «está lejos de los focos del virus».
Junto a él, Jane, de 91 años, asegura que no están tomando medidas especiales más allá de lavarse las manos. «No pienso en eso, estoy saludable, así que debería estar bien», insistió.
En el Centro Histórico habanero, uno de los principales sitios turísticos de la ciudad, se respira normalidad y las calles bullen con la habitual afluencia de público, tanto extranjero como local.
«Sí estoy preocupada, pero tienes que vivir tu vida, porque no sabes que es lo que va a pasar, así que estoy disfrutando el tiempo en que esté aquí», advierte por su parte Daniela, una canadiense de origen ecuatoriano, que sí confiesa que se lava las manos «a full» y se cuida, pero mantiene «mente positiva».
A algunos viajeros, como el vallisoletano Roberto Ruiz, les preocupa más el regreso. «No sé como me voy a encontrar aquello», comenta el mecánico jubilado de 62 años, que tiene previsto volar a España el domingo.
VIGILANCIA SIN CIERRE DE FRONTERAS
Hasta ahora Cuba no ha cerrado sus fronteras, en las que sí ha redoblado la vigilancia. También ha impuesto la supervisión por 14 días a los pasajeros provenientes de zonas de alta infección, que deben acudir a los centros médicos ante cualquier indicio de la enfermedad.
Desde hoy el Ministerio de Salud habilitó dos líneas telefónicas para esclarecer dudas sobre el virus. Antes ya había puesto en marcha una aplicación móvil para ofrecer información y los últimos datos sobre la marcha de la enfermedad en el mundo.
Los tres turistas italianos que dieron positivo por coronavirus fueron detectados por los dueños de la casa de renta particular en la que se alojaban en la ciudad de Trinidad, en el centro de Cuba.
El Gobierno, que insiste en no levantar pánico ni fomentar la inquietud, informó que mantiene aisladas a las personas en contacto con los enfermos, quienes evolucionan favorablemente en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) de La Habana.
El turismo está considerado la segunda fuente de ingresos para Cuba, que traviesa por una de las peores crisis económicas de sus últimos años debido en gran parte al recrudecimiento del embargo de Estados Unidos.
Las nuevas limitaciones al arribo de estadounidenses a la isla, que cayó un 68,8 % interanual en enero pasado, hicieron que La Habana se volviera hacia Canadá, su principal emisor de turistas, y los mercados emergentes de Rusia y Latinoamérica, al tiempo que trata de recuperar a un disminuido turismo europeo.
NORMALIDAD DE MOMENTO
Por ahora en la capital y el resto del país se mantienen en cartelera la mayoría de los eventos culturales y las reuniones previstas para el fin de semana.
Bares y proyectos privados anuncian eventos especiales y fiestas temáticas para mañana viernes 13 y las autoridades proyectan para el 24 de marzo el esperado estreno nacional de una película biográfica sobre un héroe independentista cubano del siglo XIX.
Sin embargo, poco a poco se comienzan a notar pequeños indicios de la llegada del COVID-19, que ha cobrado miles de muertos y se ha extendido a 118 países, según las cifras más recientes de la Organización Mundial de la Salud.
En los abarrotados autobuses habaneros ya se pueden observar cubanos con mascarilla, aunque continúan las sempiternas filas fuera de comercios, cajeros automáticos y las paradas.
«Es muy difícil cumplir las normas de mantener la distancia cuando tienes que hacer cola para comprar pollo», explica a Efe Yanelys, una joven habanera en fila hoy «por más de una hora» para comprar jabón y detergente, que «encima ahora están perdidos cuando más hacen falta».