Buenos Aires, (IICA).-
El panel sobre innovación digital y digitalización de la agricultura del congreso fue uno de los cuatro organizados conjuntamente por AAPRESID y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), como parte de una sección especial referida a las perspectivas futuras y las oportunidades que ofrecen al productor los sistemas agroalimentarios de las Américas.
La agricultura está en los albores de un nuevo proceso de transformación, como otros que ha tenido a lo largo de su historia, que en este caso consiste en la incorporación de tecnologías digitales que la harán cada vez más productiva y resiliente ante los desafíos que suponen el impacto del cambio climático y la necesidad de incrementar la productividad.
Sobre ese tema debatieron en Buenos Aires expertos en agricultura digital, durante el masivo Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), red que es referencia de producción sostenible e incorporación de nuevas tecnologías al agro en su país y en la región.
El panel sobre innovación digital y digitalización de la agricultura del congreso fue uno de los cuatro organizados conjuntamente por AAPRESID y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), como parte de una sección especial referida a las perspectivas futuras y las oportunidades que ofrecen al productor los sistemas agroalimentarios de las Américas.
El IICA tiene una alianza estratégica con AAPRESID, cuyo objetivo es favorecer la diseminación de buenas prácticas y la transferencia de tecnologías que aumenten la productividad y la sostenibilidad de la agricultura en la región.
Ante un auditorio compuesto por decenas de productores agropecuarios y emprendedores de start-ups agrotecnológicas, los expositores explicaron el rol de las tecnologías digitales y ecosistemas agtechs como drivers clave de la transformación de los sistemas agroalimentarios.
Así, se dieron detalles de experiencias y casos exitosos en la conformación de ecosistemas de innovación y desarrollo de tecnologías para el agro en tres países: Israel, Reino Unido y Estados Unidos.
Participaron Daniel Werner, jefe de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional del Ministerio de Agricultura y Seguridad Alimentaria de Israel; Stephanie Regagnon, del Danforth Center de Saint Louis, Estados Unidos; Mark Jarman, del Agritech Center del Reino Unido; y Laurens Klerkx, profesor de Innovación Agroalimentaria en la Universidad de Talca, Chile.
Federico Bert, gerente del Programa de Digitalización Agroalimentaria del IICA, aportó la visión del Instituto en la conformación del ecosistema regional. El moderador fue Alejo O’Donnell, de AAPRESID.
Regagnon contó el trabajo del Danforth Center en el estado norteamericano de Missouri, en el que trabajan 400 personas, y se refirió a la importancia de la acción colectiva: “Necesitamos más talento para seguir avanzando. Ninguna compañía o institución va a traer sola la innovación necesaria para afrontar los retos de garantizar la seguridad alimentaria y adaptarnos al cambio climático. Tenemos que trabajar conjuntamente y aprender el uno del otro. Nuestro primer trabajo es crear un ambiente colaborativo”.
Daniel Werner explicó distintos aspectos del ecosistema agrotecnológico israelí. “Desde la fundación del estado de Israel la agricultura fue desarrollándose tratando de superar la escasez de recursos existentes, ya que el clima es árido o semiárido en un 60% del territorio. Así, se ha hecho la transición de un país que exportaba en los años 60 naranjas y tomates a uno que en el Siglo XXI es líder en la exportación de agrotecnologías”, afirmó.
Werner dijo que el uso de tecnologías en agricultura es indispensable para que los países puedan cumplir con sus compromisos de mitigación del cambio climático y, en esa línea, habló de la llamada agricultura 4.0: “Se trata de un conjunto de tecnologías que se centra en la digitalización de los procesos agrícolas. En Israel está basada en tres cuestiones: agricultura de precisión, que significa colocar cada semilla en su lugar correcto, con el riego y el fertilizante justo; agricultura digital, que consiste en el desarrollo de sensores para la construcción de datos; y sustentabilidad demostrada”.
El papel de la innovación
“Estamos convencidos de que la innovación tecnológica es la que nos trajo hasta acá. Gracias a ella, los agricultores han estado en los últimos años a la altura de las demandas de más alimentos y de mejor calidad”, dijo Bert.
“De todas maneras, la innovación no surge espontáneamente y no tenemos que sentarnos a esperar, sino que tenemos que salir a buscarla. Lo que tenemos que hacer es generar las condiciones para que la innovación fluya y la agricultura mejore: que sea más productiva, más eficiente y más amigable con el ambiente”, agregó el especialista del IICA.
Las tecnologías digitales son la herramienta más promisoria y concreta para afrontar los desafíos que tiene la agricultura por delante, según Bert, quien consideró que, aunque están presentes en la producción desde hace 10 o 15 años, el proceso todavía está en sus primeros pasos.
“La transformación es inexorable y hay que acompañarla para que ocurra de la mejor manera posible, evitando las externalidades negativas que toda transformación tiene”, consideró Bert.
Señaló, también, que América Latina y el Caribe cuentan con una gran oportunidad con la digitalización, debido a la diversidad de su agricultura, que todavía tiene un gran margen para tecnificarse.