Ciudad de México.-
- Arranca temporada muy competitiva en el Hipódromo de las Américas; por primera vez, se reconoce trabajo de los caballerangos
- Se crea el Fondo del Jinete Caído con el fin de apoyar
- Atracción de inversiones, responsabilidad social y desarrollo sustentable, en el plan de esta nueva temporada
Mauricio Ayala Rosique, presidente del Comité Mexicano de Arbitraje y Vigilancia de carreras de Caballos y Galgos, llega al Hipódromo de las Américas que arrancó temporada que durará hasta el mes de diciembre y en la que el sábado 25 de marzo se celebró su 80 Aniversario, con una serie de proyectos para mejorar un evento que es familiar: las carreras de caballos, para que no sólo los aficionados volteen a ver al óvalo de Lomas de Sotelo.
De hecho, se espera que la presente temporada en el Hipódromo de las Américas sea muy competitiva, “que la cancha en la que jueguen (los caballos), sea pareja… todos corriendo bajo las mismas reglas”.
“Este es el arranque de una serie de actividades tendientes a recuperar la confianza en las autoridades del Hipódromo, obligados a trabajar bajo estándares internacionales con el objetivo de que las carreras de caballos sean limpias y toda prueba se desarrolle de manera imparcial”.
Una actividad inédita es que por primera vez, se otorgará un premio de 5 mil pesos al caballerango que tenga al caballo ganador de la carrera y esto se hace para que estos hombres que conviven con los equinos alrededor de 10 horas diarias, se sientan reconocidos por su labor, lo que ha caído muy bien en el gremio.
También se busca que los médicos veterinarios y los entrenadores de los caballos, sean reconocidos, ya que son parte indispensable para que el Hipódromo pueda funcionar, al igual que personal como los jueces de pista, árbitros y vigilantes, encargados de que todas las carreras sean limpias y atender las quejas que pudieran presentarse.
Se trata de un sinfín de personajes, cada uno con distintas actividades que se cumplen cabalmente. “Sin ellos, no funciona este espectáculo deportivo”, sentencia Ayala Rosique, que explica que los caballos son muy sensibles porque finalmente se trata de un atleta en una justa deportiva que se tiene que desarrollar de la manera más limpia posible, como en cualquier otra actividad deportiva, solo que en esta, jinete y caballo compiten de tú a tú.
También, Mauricio Ayala le apuesta a la disciplina rigurosa con medidas por ejemplo, como que después de la carrera, los jinetes se mandan a pruebas de antidumping.
En Carreras Ordinarias, se realiza esta prueba sólo al primer lugar; en eliminatorias, al primero y segundo lugar y en la Clásica, a los tres primeros lugares que hayan llegado a la meta. Dicho antidumping se lleva a cabo en laboratorios certificados internacionalmente como Lapi y se cuenta con 9 laboratorios del más alto nivel.
Detrás de cada carrera de caballos que dura unos cuantos minutos, hay un riguroso trabajo que inicia a las seis de la mañana y termina más allá de las 10 de la noche y que lleva semanas e incluso, meses, sin embargo, ya rumbo al partidero y en el paseíllo que hacen los equinos, ya llevan adrenalina y excitación propia de la competencia.
Mauricio Ayala Rosique señala que en esas emocionantes carreras, jinete y caballo se tienen que complementar y un apoyo muy importante para los primeros, en otra acción inédita, es la creación del Fondo del Jinete Caído, mismo que consiste en darles un apoyo económico a aquellos jinetes que se han lesionado y también, como forma de reconocer la función del jinete.
En el Hipódromo se cuenta con 7 joquetas, mujeres entrenadas para ser jinetes que han dado la sorpresa resultando ser altamente competitivas.
Igualmente se está recuperando la escuela de jokers que hay en el Hipódromo y sin duda se trata de un deporte de riesgo donde la fuerza es indispensable.
Entre las ambiciosas metas que se ha planteado Mauricio Ayala, está encontrar medidas para obtener recursos e invertir como por ejemplo, lograr el patrocinio en la manta que portan todos los caballos. Todo esto, bajo un marco de responsabilidad social comprometido con el desarrollo sustentable; el cuidado de los animales y también de un recurso vital: el agua.
Otro punto es la atracción de nuevos inversionistas. Por ejemplo, hay personas muy interesadas en invertir en el negocio de los caballos, pero no les alcanza por los altos costos que resultan de mantener a un caballo, entonces, la opción es la copropiedad en la que se podría adquirir la quinta parte del animal y se administre.
Mauricio Ayala, durará un año en este encargo con posibilidad de reelegirse un período más y espera y confía en poder sacar adelante el ambicioso proyecto que tiene, en tiempos en que las carreras de caballos digitales, así como en otros deportes, van ganando terreno.
Con el marco del 80 Aniversario del Hipódromo de las Américas, en la décima carrera, en el I Premdio Comité Mexicano de Arbitraje de Carreras de Caballos y Galgos, AC, que preside Mauricio Ayala Rosique obtuvo el triunfo “Ikal”, en lo que fue su primera presentación compitiendo por Rancho Don Memo, demostrando tener sangre de campeón. Su padre es “Animal Kigdom”, ganador de competencias como el Derby de Kentucky y la multimillonaria Dubai World Cup.
Detrás del triunfo de “Ikal”, está la labor desarrollada por su entrenador, Raúl Rangel, que reflejó su pasión por los caballos con esta victoria. Con amplia experiencia, Rangel, que tiene a su cargo a alrededor de 50 equinos, se capacitó en Estados Unidos, “después, vienen las oportunidades que dan los dueños de los caballos para que éstos lleguen en óptimas condiciones a las carreras”. Agrega que cuando se llega a la carrera, el caballo está al máximo de latidos cardiacos
Raúl Rangel destaca que los caballos, “son como los seres humanos. No a todos se les puede dar el mismo entrenamiento, va por grupos”, de tal forma que los entrenadores forman mancuerna con los caballerangos y los galopadores de estos bellos animales. “Este es un trabajo en el que diario se aprende… detrás de una carrera de un minuto y medio, hay meses de trabajo”.
Asimismo, José Luis Vega fue el caballerango que recibió un premio de 5 mil pesos por su labor con “Ikal” y que fue un reconocimiento a todos los caballerangos porque finalmente, de ellos depende caballo y del trato que le den a éste.
Vega, conocido también como “el Chapu”, se inició en estas lides a los 18 años, en un rancho para después, a los 21, llegar al Hipódromo de las Américas. “Se habla con el caballo, hay que mimarlo para que esté lo mejor que sea posible”. La habilidad de un caballerango radica en saber qué tiene cada uno de los caballos que tiene asignados a su cuidado; de qué humor están o qué les duele.