Rattan Lal, máxima autoridad mundial en ciencias del suelo, llamó en Congreso de AAPRESID a recompensar económicamente a los millones de agricultores que contribuyen a la mitigación del cambio climático

Rattan Lal, Premio Mundial de Alimentación en 2020 y Embajador de Buena Voluntad del IICA
Buenos Aires, (IICA).-

El científico Rattan Lal, considerado la máxima autoridad mundial en ciencias del suelo, afirmó que los agricultores que realizan prácticas conservacionistas del ambiente y secuestran carbono en el suelo deben ser recompensados económicamente por el servicio que prestan, que contribuye a la salud del planeta y aporta soluciones a la crisis climática.

“Si queremos que la agricultura se consolide como parte de la solución al cambio climático, es imprescindible que los productores reciban un pago que los incentive a seguir haciendo las cosas bien. De esa manera, pueden cultivar carbono en el suelo de la misma manera que cultivan otros commodities”, dijo Lal ante cientos de productores argentinos y de otros países, en una presentación en Buenos Aires.

El científico fue uno de los oradores más esperados en el Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), red que hace más de tres décadas conecta innovación, tecnología y conocimiento.

Lal participó en una sección especial del Congreso, acerca de las perspectivas futuras y las oportunidades de los sistemas agroalimentarios de las Américas, que fue organizada en conjunto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

AAPRESID y el IICA tienen una alianza estratégica orientada a favorecer en la región la diseminación de buenas prácticas y la transferencia de tecnologías que posibiliten la regeneración del suelo y el ambiente y la mitigación y adaptación al cambio climático.

Rattan Lal, quien es Embajador de Buena Voluntad del IICA y lidera junto al Instituto el programa Suelos Vivos en las Américas, dijo que hay 550 millones de pequeños agricultores en el mundo, que deben ser los principales destinatarios de los pagos por servicios ecosistémicos.

El profesor de la Universidad Estatal de Ohio consideró que debería destinarse un presupuesto de 100.000 millones de dólares al año al pago a agricultores para incentivarlos a que contribuyan de manera activa a la mitigación del cambio climático.

“La fuente de financiamiento puede ser la industria del tabaco o los países exportadores de combustibles fósiles, que tienen obligaciones morales que asumir. También debe aportar dinero la agroindustria, el sector privado y, por supuesto, los consumidores. Hay que pagar si se quiere un cambio”, afirmó Lal.

Historia de éxito

El Congreso de AAPRESID reúne durante tres días en Buenos Aires a importantes referentes nacionales e internacionales de la innovación agrícola para discutir y poner en agenda los temas del futuro, que vinculan ciencia y producción con el foco en la transformación de la agricultura, los escenarios de la innovación y la mitigación y la adaptación al cambio climático.

Durante su exposición, Rattan Lal consideró importante la realización de un encuentro de tal magnitud en Argentina, ya que este país sudamericano y el vecino Brasil tienen historias de éxito en la agricultura.

“Hoy –dijo- junto al IICA estamos trabajando para construir capacidades y extenderlas a otras regiones. El programa Suelos Vivos en las Américas que llevamos adelante con el IICA está siendo extendido al África para que también en ese continente el suelo pueda convertirse en un sumidero de carbono”.

El experto, quien recibió el Premio Mundial de Alimentación en 2020, se refirió al futuro y consideró que es tiempo de una nueva transformación en la agricultura, superadora de la revolución verde de los años 60, que salvó a millones de personas de morir de hambre.

“Los tiempos cambiaron. La revolución verde comenzó hace 60 años, cuando no había conciencia del cambio climático ni degradación de los suelos tan extendida. Hoy, el 38% de los suelos son usados para agricultura y el 70% del agua es destinada a irrigación, mientras la actividad emite entre el 30 y el 35% de los gases de efecto invernadero. A pesar de ello, una persona de cada ocho padece inseguridad alimentaria. Es tiempo de cambiar y hacer la revolución verde del siglo XXI”, afirmó.

Rattan Lal explicó que la nueva transformación de la agricultura debe basarse en la salud del suelo, la resiliencia, la conservación de los ecosistemas y las herramientas que brinda la ciencia.

“Hoy se habla mucho de agricultura regenerativa, pero es muy importante que sepamos que este un concepto, es una filosofía, no una simple técnica. Se apoya en la innovación, en el uso de combustibles no fósiles, en la apuesta a la economía circular, la infraestructura verde y a la recarbonización de la biósfera”, dijo.

El científico cerró con un mensaje positivo de cara a la transformación: “No debemos ir hacia una agricultura carbono neutral, sino negativa en emisiones. Tiene que serlo y puede serlo. Se trata de cambiar la filosofía con eje en la reducción, la reutilización, el reciclaje, la regeneración y la recuperación. Y hay que tener claro que la salud de los suelos es vida. No se puede tener agua y aire limpios con suelos que no estén sanos”.

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