San José, (IICA).-
Cerca de 500 ingenieros y técnicos de los ministerios de Agricultura de El Salvador, Panamá, Honduras y República Dominicana fortalecieron sus capacidades para ser agentes de cambio y mejorar las Buenas Prácticas Agrícolas en sus países, a través del programa CuidAgro liderado por CropLife Latin America y su red de asociaciones, con el apoyo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Este proyecto de formación de multiplicadores contó con la participación de los ministerios y aliados estratégicos como el Instituto Hondureño del Café (IHCAFE) y la Universidad Nacional de Agricultura (UNAG); la Escuela Nacional de Agricultura en El Salvador y el Banco Interamericano de Desarrollo en República Dominicana.
“La educación como motor de cambio es necesaria para profesionalizar la agricultura y promover mejores prácticas agrícolas a tono con las nuevas tecnologías disponibles y con la imperiosa tarea de alcanzar una mayor eficiencia productiva y sostenibilidad agrícola en América Latina y el Caribe”, sostuvo Manuel Otero, Director General del IICA, en la ceremonia simultánea en la que se entregaron simbólicamente los diplomas a algunos de los participantes.
La entrega de los certificados tuvo lugar en la sede central del IICA en Costa Rica y en las Representaciones del Instituto en Panamá, El Salvador, Honduras y República Dominicana.
“Producir más alimentos en menos área, con mejores prácticas agrícolas, protegiendo el medio ambiente y la salud de los agricultores es el objetivo del programa CuidAgro en 18 países de América Latina. Hoy reconocemos el compromiso de los más de 450 graduados, que tomaron los cursos virtuales de CropLife Latin America, que asistieron a los entrenamientos presenciales y que ahora tienen la responsabilidad de ser agentes de cambio para mejorar las prácticas agrícolas en el campo”, resaltó José Perdomo, presidente de CropLife Latin America.
Bajo la metodología de multiplicadores o formación en cascada, el programa CuidAgro, liderado por CropLife Latin America y ejecutado por su red de asociaciones nacionales, ha capacitado en los últimos 12 años a más de 2,5 millones de personas. Los 469 maestros instructores que hoy reciben su diploma tienen el compromiso de transmitir sus conocimientos a 45.000 agricultores en un plazo de 12 meses.
El uso del equipo de protección personal, la lectura de la etiqueta, las aplicaciones responsables y con el producto correcto, la dosis recomendada y en el momento oportuno hacen la diferencia a la hora de proteger los cultivos de plagas, malezas y enfermedades con buenas prácticas agrícolas.
“Estos entrenamientos contribuyen a tomar decisiones técnicas en campo de manera informada, mejorar las capacidades de los agricultores para la adaptación al cambio climático y adoptar nuevas tecnologías como los drones en la agricultura”, agregó Manuel Otero.