Previo a la COP28, Gobierno de Chile y el IICA refuerzan alianza y llaman a profundizar salud del suelo para sostener seguridad alimentaria y enfrentar crisis climática

El profesor Rattan Lal, considerado la máxima autoridad mundial en ciencias del suelo y el ministro de Agricultura chileno, Esteban Valenzuela fueron los oradores principales del seminario.
Santiago, (IICA).-

El encuentro fue una oportunidad para repasar los logros y coordinar las acciones futuras de la iniciativa Suelos Vivos en las Américas, que vincula la ciencia, las políticas públicas, el sector privado y el trabajo de restauración de los suelos en el hemisferio, cuya degradación amenaza la posición de América Latina y el Caribe como garante de la seguridad alimentaria global.

El suelo es una entidad viva y el cuidado de su salud es esencial para garantizar la sostenibilidad alimentaria y para apuntalar el combate al cambio climático, advirtieron prestigiosos especialistas y altos funcionarios en un seminario internacional sobre políticas públicas y sustentabilidad del agro, que fue organizado en Chile por el gobierno de ese país y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

El ministro de Agricultura chileno, Esteban Valenzuela, y el profesor Rattan Lal, considerado la máxima autoridad mundial en ciencias del suelo, fueron los oradores principales del seminario.

Las palabras de apertura estuvieron a cargo de José Guardado Reyes, Director del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile; Gabino Reginato, Decano de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile y Hernán Chiriboga, Representante del IICA en el país. También participaron Marion Le Pommellec, especialista en Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y Francisco Mello, gerente de Gestión del Conocimiento y Cooperación Horizontal del IICA.

Los expositores hicieron un llamado a profundizar las medidas para el cuidado de la salud del suelo, no solamente para garantizar la seguridad alimentaria sino también para hacer un aporte relevante a los esfuerzos globales de mitigación y adaptación al cambio climático.

El encuentro fue una oportunidad para repasar los logros y coordinar las acciones futuras de la iniciativa Suelos Vivos en las Américas, que vincula la ciencia, las políticas públicas, el sector privado y el trabajo de restauración de los suelos en el hemisferio, cuya degradación amenaza la posición de América Latina y el Caribe como garante de la seguridad alimentaria global.

La iniciativa es co-liderada el IICA y Rattan Lal, director del Lal Carbon Center de la Universidad Estatal de Ohio.

Chile fue uno de los primeros países en adherir a Suelos Vivos en las Américas, que tiene en
este país una participación relevante de las principales instituciones del sector publico agropecuario y académico: el SAG, el Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (INDAP), el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y la Universidad de Chile.

Como señalaron los expositores en el seminario internacional, la actual crisis ambiental refuerza la importancia del suelo como elemento crítico para el secuestro de carbono y también como sostén de la seguridad alimentaria de una población mundial creciente.

El ministro Valenzuela apuntó que el 69% de los suelos en Chile tienen algún nivel de degradación y pasó revista a las principales políticas y acciones que se están llevando adelante para revertir ese proceso. Entre otras cuestiones puntualizó que se logró frenar el proceso de suplantación de bosques nativos por bosques implantados con especies exóticas.  También hizo referencia a que los emprendimientos mineros se les exige que aporten dinero para un fondo destinado a la restauración luego del cierre de la actividad.

“En nuestra estrategia de restauración de bosques nativos hemos firmado significativos acuerdos con el IICA para beneficio de distintas regiones del país. Además, la nueva ley de riego premia a agricultores que lleven adelante  soluciones basadas en la naturaleza”, señaló.

“Otra buena noticia para Chile –agregó- es que, después de 15 años de debate estéril, la primera semana de diciembre ingresará al Parlamento el proyecto de ley marco de cuidado del suelo”.

El impacto del cambio climático

“Desde la Amazonia a los Andes y las profundidades de la Patagonia, el cambio climático está causando megasequías, tormentas extremas, deforestación y derretimiento de glaciares en América Latina”, señaló Rattan Lal, también Embajador de Buena Voluntad del IICA.

El laureado científico hizo hincapié en que en la región hay 15 millones de unidades productivas familiares, que abarcan 400 millones de hectáreas, de las cuales unas 10 millones son de subsistencia.

“Los agricultores familiares están entre los más pobres de América Latina y el Caribe por la falta de acceso a la tierra, las tecnologías, los servicios financieros y los mercados. Invertir en ellos es una manera efectiva de promover un crecimiento sostenible e inclusivo”, afirmó.

En ese sentido, consideró que los pequeños agricultores están destinados a jugar un rol decisivo en la transformación de los sistemas agroalimentarios y en la recuperación de los suelos, que son parte de la solución a los desafíos climático y alimentario que tiene por delante la humanidad.

Uno de los puntos centrales que el profesor Lal señaló como necesario para impulsar un mayor cuidado de los suelos es el pago por servicios ecosistémicos a los agricultores familiares. También señaló la importancia de la agricultura regenerativa, que incluye varias prácticas, como la supresión del uso de combustibles fósiles, la economía circular, los cultivos de cobertura y la labranza cero.

“El suelo tiene derechos como cualquier otro organismo vivo: debe ser cuidado y manejado de forma adecuada”, resumió el científico, Premio Mundial de la Alimentación en 2020.

Le Pomellec presentó la estrategia del BID para favorecer la sustentabilidad de los suelos, en el marco sectorial de la agricultura en América Latina y el Caribe.

“Los suelos en la región –sostuvo- están degradados pos prácticas agropecuarias no adecuadas como labranza, falta de cobertura y uso excesivo de plaguicidas y eso afecta la producción y la provisión de servicios ecosistémicos. El reto es mantener los suelos vivos, recuperar los suelos degradados y volver a darles una buena salud. Trabajamos para que la agricultura sea no un problema, sino una solución para la salud del suelo”.

Por su lado, Mello repasó los logros del programa Suelos Vivos en las Américas desde su lanzamiento en diciembre de 2020 y explicó su etapa de consolidación a partir de la adhesión de tomadores de decisiones políticas del continente, instituciones académicas, y actores públicos y privados que incluyen a varias de las principales compañías del sector agroalimentario, como Syngenta, Bayer y PepsiCo.

“Suelos Vivos en las Américas –dijo-pone a la agricultura como un eje transformador y central en la agenda ambiental, ya que cumple el rol de secuestrar carbono a través de buenas prácticas productivas. La agricultura impacta positivamente en los aspectos de mitigación y adaptación al cambio climático y el combate a la desertificación y la degradación de los suelos”.

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