BOGOTÁ | Reuters –
Un importante comandante de las disidencias de las FARC y nueve combatientes más murieron el sábado en un bombardeo de las Fuerzas Militares en una zona selvática del sur de Colombia, en uno de los golpes más fuertes contra esos grupos armados ilegales, informó el gobierno.
La muerte de alias «Rodrigo Cadete», jefe de una de las disidencias de la desmovilizada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a quien el presidente Iván Duque calificó como «una de las figuras más tenebrosas de esas organizaciones», se produjo en zona rural del municipio de San Vicente del Caguán, en el departamento del Caquetá.
«Rodrigo Cadete estaba reagrupando antiguos militantes de las FARC para montar un nuevo movimiento y fue allí donde logramos neutralizarlo en esa acción», dijo el ministro de Defensa, Guillermo Botero, en un acto de gobierno en compañía del presidente Duque.
«Fueron abatidos además nueve guerrilleros, tenemos varias capturas y los combates continúan en la región. Esperamos que en el curso de las próximas 72 horas seamos capaces de capturar a los demás que se encontraban en compañía de él», explicó Botero.
Las disidencias del que fue el mayor grupo guerrillero de Colombia no aceptaron los términos del acuerdo de paz firmado en 2016 con el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos para terminar un conflicto de más de medio siglo que ha cobrado 260.000 vidas.
Más de 13.000 integrantes de las FARC, incluidos alrededor de 7.000 combatientes, depusieron las armas y se reintegraron a la vida civil en un partido político, como parte del acuerdo de paz.
Alias «Rodrigo Cadete», de 52 años, participó en la negociación de paz en Cuba y desertó después de la firma del acuerdo. Se había vinculado a la guerrilla en 1980 y en su expediente figuran varias órdenes de captura por ataques a las Fuerzas Armadas, asesinatos, secuestros y extorsiones, según el ministro de Defensa.
Actualmente existen unos 30 grupos disidentes de las FARC que suman unos 1.800 combatientes y que según fuentes de seguridad pretenden unificarse, lo que podría representar una amenaza para la seguridad de Colombia.