San José, (IICA).-
Ministros y altos funcionarios de más de 30 países de las Américas reunidos en Costa Rica destacaron el papel clave de la agricultura de las Américas para la seguridad alimentaria global, sus contribuciones para mitigar los efectos del cambio climático y su potencial aún mayor gracias a la ciencia y la innovación, y exigieron un amplio espacio en la COP27 para destacar la importancia estratégica del sector.
“No se puede hablar de cambio climático sin considerar a la agricultura y a la producción de alimentos. Debemos reclamar un sinceramiento a los países desarrollados para que canalicen en forma urgente y práctica los recursos comprometidos a los países en desarrollo. Debemos evitar todas las trabas al comercio de alimentos debido a los desafíos climáticos y de seguridad alimentaria”, dijo el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de Uruguay, Fernando Mattos.
Y agregó: “Somos grandes responsables de asegurar el abastecimiento de alimentos para el mundo, pero seguimos siendo víctimas de un comercio agrícola internacional que cada vez tiene más trabas para atender el cambio climático. Este es un desafío, deberíamos tener un espacio más amplio en la COP27 debido a la importancia que tiene la agricultura para la mitigación del cambio climático.
El ministro Mattos, en el marco de la reunión ministerial “Desafíos de la Agricultura de las Américas para hacer frente a la crisis climática”, convocada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), recogió de esa manera el pedido lanzado por el representante de Bolivia Juan Carlos Torrico, de la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra.
El funcionario boliviano hizo una amplia explicación sobre el significado de la agricultura en la región, exaltando su identidad familiar, sus buenas prácticas, su cuidado de los recursos naturales.
“Quiero llamar la atención sobre el tiempo limitado que vamos a tener durante la COP27. Son básicamente pocas las oportunidades que vamos a tener en sesiones para tratar el tema agropecuario y tenemos que preparar el equipo de negociadores de los países, de la región. Ojalá desde la presidencia de la COP se pueda dar el espacio requerido para esta temática, para que el tema agropecuario tenga el tiempo necesario”, dijo Torrico.
El encuentro en San José de Costa Rica tiene como objetivo discutir sobre el papel estratégico del sector agropecuario de la región para enfrentar el cambio climático, de cara a la próxima Conferencia de las Naciones Unidas (COP 27). Además de ministros y delegaciones de los países del continente participan representantes de organismos multilaterales de crédito y de fondos globales de financiamiento, y también el Enviado Especial del IICA a la COP27, Rattan Lal, mayor autoridad mundial en ciencias del suelo.
El Representante de la Secretaría de Agricultura de Argentina, Ariel Martinez, valoró que para las Américas es medular “llegar a la COP con una estrategia compartida”, e hizo hincapié en que uno de los desafíos que tiene esta Cumbre es que además de trabajar sobre el clima, hay más intereses para otros sectores, como las nuevas reglas al comercio internacional.
“Para Argentina esas nuevas reglas no pueden afectar la cantidad de alimentos que producimos, no pueden hacerlo más injusto, ni hacer mayor diferencia, ni generar concentración. No podemos dejar a nadie atrás porque la agricultura no es parte del problema, sino de la solución”, amplió Martínez.
El ministro de Agricultura de Chile, Esteban Valenzuela, exhortó a sus colegas a no caer en “conformismo”, y más bien garantizar un “compromiso y agenda de proyectos” para que el sector agrícola pueda acceder a recursos financieros necesarios para hacer frente a los desafíos climáticos. Valenzuela, además, destacó los aportes del Profesor Lal para fortalecer el posicionamiento de la región en las negociaciones climáticas.
“Debemos identificar prioridades específicas para seguir adelante, que reflejen intereses comunes”, agregó el ministro de Estado de Jamaica, Franklin Witter.
“Entendemos que el cambio climático ya está acá, necesitamos establecer qué funciona, dónde, y aplicarlo permanente, en el caso de mi país, desde la perspectiva de un agricultor de una isla pequeña”, aseguró por su parte el secretario Permanente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Asuntos de Antigua y Barbuda, Colin O’Keiffe.
A su vez, la directora general de Políticas, Prospección y Cambio Climático de México, Sol Ortíz, ahondó en la necesidad de propiciar una coordinación intersectorial, para tener visiones más integrales y más sistémicas a corto y largo plazo, para así determinar “cómo atender está necesidad urgente de producir más y mejor de manera sustentable, sin dejar de lado la necesidad de mantener nuestros recursos naturales y sistemas biológicos funcionando”.
Marcos Montes, ministro de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, subrayó que la reunión representa una continuidad del esfuerzo realizado en 2021, durante el proceso preparatorio para la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios, que permitió llevar una posición convergente de la región, que puso en primer plano a la agricultura como solución a los desafíos que enfrenta la humanidad.
También señaló que el impacto de la pandemia del Covid-19, la intensificación de los eventos climáticos extremos y el conflicto bélico en Ucrania han comprometido la seguridad alimentaria, especialmente en los países más pobres.
En ese sentido, reclamó una visión más humana del desarrollo sostenible por medio de la articulación de sus tres pilares: el económico, el social y el ambiental. “Enfrentamos una narrativa que busca desviar el foco de la principal causa del cambio climático –los combustibles fósiles- e imputar a la agricultura. Es esencial que actuemos juntos para contraponer esa visión con la realidad de nuestro sector agrícola”, afirmó.
Los ejemplos de éxito de la región
Rattan Lal aseguró que las buenas prácticas agrícolas pueden ayudar a fijar objetivos globales de mantener el aumento de temperatura global por debajo de los 1,2 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales, los que son aún más ambiciosos que los fijados por la comunidad internacional en 2015, a través del Acuerdo de París.
Entre las acciones a profundizar, el científico mencionó la utilización de energías renovables en la agricultura, el secuestro de carbono en el suelo y la restauración de tierra degradada. “Debemos resaltar y enseñar ejemplos de éxito que tiene la agricultura de conservación en Sudamérica”, afirmó.
Lal -Embajador de Buena Voluntad y Cátedra de Ciencias del Suelo del IICA- se pronunció a favor del empoderamiento de los agricultores, a través del pago de los servicios ecosistémicos que brindan en sus fincas con sus buenas prácticas.
También afirmó que la región debe llevar ideas innovadoras a la COP 27, como la combinación de los saberes ancestrales de los pueblos indígenas de las Américas con los últimos avances de la ciencia y la tecnología, para un mayor cuidado de los recursos naturales.
El profesor Lal, quien desarrolla junto al IICA el programa Suelos Vivos en las Américas, consideró que la región debe tener una rica agenda de acciones de mitigación y adaptación al cambio climático vinculadas a la agricultura, para de esa manera reclamar con más fuerza que los países desarrollados cumplan su compromiso de aportar financiamiento por 100.000 millones de dólares anuales.
Otero, por su lado, resaltó el valor de la búsqueda de consensos por parte del sector agrícola del continente y destacó que el mundo no podrá alcanzar la sostenibilidad ambiental de la producción, si no hay seguridad alimentaria. Para ello, a su vez, es necesario garantizar la continuidad de la producción agropecuaria y mayor dinamismo en las zonas rurales.
“Esta va ser la COP de la agricultura –señaló- y como continente es nuestra responsabilidad plantear con mucha fuerza el mensaje de que la actividad es esencial para el desarrollo sostenible”.