México plantea la necesidad de políticas públicas para el desarrollo de la bioeconomía en su agricultura

Margarita Galeana Torres del FCCyT; el Subsecretario de la SADER, Miguel García; la coordinadora general del FCCyT, Julia Tagüeña; y el Representante del IICA en México, Diego Montenegro, durante su participación en el conversatorio sobre bioeconomía.
Ciudad de México, (IICA).-

Evento en el que participó el Subsecretario de la SADER abordó la bioeconomía como un modelo de desarrollo sostenible y alternativo para el sector agroalimentario.
Funcionarios, investigadores, empresarios y académicos de México plantearon la construcción de estrategias y planes de acción que permitan aprovechar el potencial de la bioeconomía en la producción agrícola.
La propuesta surgió durante el conversatorio “Bioeconomía, una perspectiva de agricultura sustentable”, organizado por el Consejo Mexicano de Agrobiotecnología (COMABIO), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Red de Gestión de Innovación del Sector Agroalimentario (INNOVAGRO) y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT).
Según reconocieron los participantes, la bieconomía puede constituirse como un modelo de desarrollo para el sector agroalimentario, pues favorece la productividad y la sostenibilidad de los recursos biológicos y la generación de materiales vegetales y animales más productivos, resistentes a enfermedades y amigables con el ambiente.
“El valor agregado, la innovación y la bioeconomía son temas en los que México puede tomar el liderazgo en América Latina, trabajar en conjunto con actores productivos para construir renovadas visiones de desarrollo y mejorar su posición como onceavo productor de alimentos en el mundo”, dijo el Subsecretario de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) mexicana, Miguel García Winder.
El Representante del IICA en México, Diego Montenegro, destacó que plantear una estrategia de desarrollo sustentable basado en la bioeconomía compete a toda la sociedad e involucra otros temas como el cambio climático, la sostenibilidad y la inclusión.
Según explicó el especialista del Instituto, Hugo Chavarría, la bioeconomía es un modelo que permite explorar un uso más eficiente y sostenible de los recursos y procesos biológicos, a partir de nuevos conocimientos y tecnologías.
“Permite aprovechar la biomasa, incluidos los residuos y los desperdicios, para generar nuevos bioproductos de alto valor agregado, ya sean alimenticios o bioenergéticos, u otros biomateriales destinados a las industrias cosmética, farmacéutica y química”, comentó.
“América Latina tiene firme vocación para convertirse en protagonista de los progresos de la bioeconomía, al contar con gran territorio, infraestructura y biodiversidad”, agregó Chavarría.
Estas discusiones servirán de insumo para los marcos conceptuales que se utilicen al construir políticas para el desarrollo de la bioeconomía en la agricultura mexicana.
“El evento permitió compartir experiencias y conocimientos en relación con otros temas como producción alimentaria, de biomasa para diversos usos, energías limpias y mitigación del cambio climático”, detalló la coordinadora general del FCCyT, Julia Tagüeña.
El encuentro formó parte de un proceso que se inició en marzo con el fin de identificar líneas de trabajo en el tema y generar un plan de acción para el desarrollo de política pública con impactos favorables en los territorios rurales y en las cadenas de valor.
Los participantes, además, visitaron el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el Centro de Desarrollo Tecnológico de Tezoyuca de Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), y la empresa Biofábrica Siglo, en donde conocieron experiencias sobre el uso de bioinsumos y una producción con menor uso de agroquímicos nocivos y de emisiones de gases de efecto invernadero, conservación y mejoramiento del suelo.

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