CARACAS | Reuters.-
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusó el domingo de «espías» a los miembros de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (UE) que supervisaron las elecciones regionales del 21 de noviembre y agregó que su informe preliminar busca «manchar» los comicios.
La misión de la UE presentó el martes un documento sobre las elecciones en el que dijo que hubo mejores condiciones que en contiendas anteriores, pero se registraron situaciones arbitrarias como inhabilitaciones de candidatos, retrasos en la apertura y cierres de mesas en centros de votación, así como el «extendido uso de recursos del Estado en la campaña».
«Buscaron en un informe lleno de improvisaciones y mal redactado, buscaron tratar de manchar el proceso electoral y no pudieron. Una delegación de espías, no eran observadores, andaban por el país desplegados libremente espiando la vida social, económica y política del país», dijo Maduro en una transmisión de la televisión estatal acerca de la observación de la Unión Europea.
La delegación de observación electoral no respondió de inmediato a un pedido de comentarios.
Una misión de la UE supervisaba por primera vez en 15 años unas elecciones en Venezuela, un proceso que contempló el despliegue de 1.000 observadores en 22 de los 23 estados. En dos meses presentarán un informe final de las elecciones.
En los comicios regionales la oposición volvió a participar luego de 4 años de ausencia pero sufrió una derrota, porque el oficialismo ha ganado 19 de las 23 gobernaciones y 210 de las 335 alcaldías. Los partidos opositores tienen 3 gobernadores y 117 alcaldes, mientras que aún falta el resultado oficial en el estado Barinas, un bastión del chavismo.
«La Unión Europea no pudo manchar el proceso electoral fue impecable, hermoso. Ellos (la misión) vinieron a espiar y tratar de manchar a Venezuela», agregó el mandatario quien destacó que los grupos invitados por el gobierno sí fueron «veedores» que respetaron las leyes nacionales.
Maduro agregó que sostendrá encuentros en las «próximas horas» con los gobernadores opositores, sin más detalles, y señaló que en los estados y municipios en los que perdió el oficialismo pudo haber sucedido un «voto castigo».
Aunque el partido gobernante ganó la mayoría de las gobernaciones, su votación disminuyó a menos de 4 millones, según las cifras del CNE, en comparación con los 5,9 millones de votos que obtuvo en las elecciones regionales de 2017.
