Barranquilla (Colombia), EFE.-
Las toneladas de plástico que a diario son vertidas en los océanos no solamente contaminan sus aguas sino que además hacen que algunos organismos se desplacen a otros ecosistemas y los pongan en riesgo al convertirse en especies invasoras, como sucede en la isla de Salamanca, una reserva de la biosfera en el norte de Colombia.
Así lo reveló una investigación de expertos de la Universidad del Atlántico, encabezados por la bióloga marina Adriana Gracia y el geólogo Nelson Rangel, quienes determinaron que la basura, y especialmente el plástico, es el vehículo en el que estas especies se transportan de un lugar a otro.
«Aunque la investigación está centrada en las costas del Caribe colombiano, esta es una problemática que se extiende a todos los ecosistemas marinos», explicó a EFE Gracia, quien puso como ejemplo de especie invasora al mejillón verde asiático (‘Perna viridis’), en el cual se basa la investigación.
El trabajo indica que la dispersión de larvas por sí sola puede no ser el único proceso responsable de la presencia en la costa caribeña colombiana de este molusco bivalvo originario del océano Pacífico.
DESPLAZAMIENTO POR OCÉANOS
Gracia agrega que estos moluscos aparecían en los puertos porque llegaban pegados a los cascos de los buques, pero hoy «estamos encontrando la evidencia de que esos organismos y grupos de organismos marinos están usando esos sustratos (basura) como mecanismo de desplazamiento en los océanos».
«En el caso del ‘Perna viridis’ se trata de un molusco de unos diez centímetros, pero las especies que se adhieren al plástico pueden ir desde los microorganismos hasta la macrofauna y la megafauna, es decir mucho más grandes», indicó Gracia.
La experta aclara que no todos los organismos que viajan en el plástico que se desplaza por los océanos son especies invasoras, pero sí aumentan la posibilidad de afectar el ecosistema a donde llegan.
Además de los mejillones asiáticos, en las playas del estudio se encontraron tubos poliquetos (especie de gusanos), briozoos (similares a corales) y tres especies más no identificadas colonizando restos de madera, semillas, botellas de plástico y vidrio.
«Resulta que nosotros los encontramos asociados a unos plásticos ya no solamente en el puerto de Cartagena sino en la zona de Puerto Velero (Atlántico) y en la vía al Parque Isla de Salamanca. Es decir, que el plástico está sirviendo como mecanismo de dispersión y esa especie se ha ido un poco más hacia el norte, lo que ya es de por sí dramático», agregó la bióloga.
La isla de Salamanca está clasificada como Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA) y, junto con el Santuario de Fauna y Flora de la Ciénaga Grande de Santa Marta, fue declarada en 1998 como Sitio Ramsar de importancia mundial. Posteriormente, en noviembre del 2000 la Unesco las declaró Reservas de la Biosfera.
LOS DAÑOS DE LOS INVASORES
Las especies invasoras son organismos que se desarrollan fuera de su área natural alterando los ecosistemas al que llegan porque se reproducen sin restricciones, no tienen depredadores que controlen su población o simplemente compiten con ventaja por el alimento.
Algunos organismos, como el «Perna viridis», pueden persistir en el ambiente marino, pero no necesariamente tienen la capacidad de transportarse en balsa para moverse en largas distancias.
«Las estructuras flotantes, así como los desechos, pueden servir como sustratos óptimos en el medio marino, lo que contribuye a aumentar los problemas de las especies no autóctonas en sitios con un alto grado de susceptibilidad a la invasión de especies», dijo.
La investigación de Gracia y Rangel encontró además que en 16 de las 26 playas que fueron objeto de estudio «la fauna marina utiliza basura y detritos leñosos como sustrato para posibles ‘rafting’ y dispersión» de ella misma.