Los agricultores deben participar y ser escuchados en el diseño de políticas públicas, afirmó Kip Tom, productor agropecuario y ex embajador de EE. UU. ante agencias de ONU en Roma

Kip Tom, productor agropecuario estadounidense y ex embajador de su país ante las agencias de la ONU para la alimentación y la agricultura.
Buenos Aires, (IICA).-

Tom destacó la importancia de que los agricultores participen activamente en el diseño de políticas públicas agropecuarias durante su intervención en el Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID).

Los agricultores muchas veces dejan que los políticos discutan y diseñen las políticas públicas agropecuarias, pero eso debe cambiar para que la voz de quienes producen alimentos cada día sea escuchada y tomada en cuenta en las mesas de decisiones.

Así lo señaló Kip Tom, productor agropecuario estadounidense y ex embajador de su país ante las agencias de la ONU para la alimentación y la agricultura, con sede en Roma, y miembro de una familia con varias generaciones dedicadas a la producción rural en el Medio Oeste de su país.

Tom fue uno de los oradores internacionales que se presentó ante un auditorio colmado del Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), en Buenos Aires, en el marco de una sección especial titulada «Los sistemas agroalimentarios de las Américas: perspectivas futuras y oportunidades para el productor». La sección fue organizada en conjunto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

El IICA tiene una alianza estratégica con AAPRESID, red de productores que desde hace más de 30 años impulsa sistemas de producción sustentable de alimentos, fibras y energía sobre millones de hectáreas del campo argentino.

“Los aliento a que participen”, dijo Tom a los cientos de productores agropecuarios presentes en el predio de “La Rural” de Buenos Aires, que durante tres días es escenario de más de 100 conferencias simultáneas, con ejes en los aspectos económico, productivo y ambiental, y social y tecnológico de la agricultura.

El ex embajador, quien se definió como “fundamentalmente, un agricultor” consideró que los productores de todo el continente deben unirse y compartir experiencias e ideas permanentemente. En ese sentido, ponderó el rol del IICA para promover la resiliencia en los países de América Latina y el Caribe, para construir capacidades y para catalizar la acción colectiva.

Solución a la crisis climática

“Es el agricultor el que tiene que llevar adelante en el campo las decisiones que se toman en los ámbitos políticos y asegurar que el alimento esté disponible y sea accesible para todos”, afirmó Tom, quien consideró que “si existe una solución para la crisis climática, los agricultores, por su conocimiento y su cuidado del ambiente, sin duda son parte de ella”.

Tom hizo hincapié en el papel de la ciencia y la tecnología en el agro y se refirió extensamente a las mejoras tanto en productividad como en sostenibilidad a lo largo de los últimos años.

Así, contó una historia personal: “Poco antes de morir, mi padre me pidió que lo acompañara a visitar la granja familiar y hablamos de agricultura y de la vida en el campo. Hablamos de los rendimientos de las cosechas cuando yo era un niño y de los actuales y comprobamos que crecieron ocho veces. Nada de eso hubiera sucedido sin la innovación que ha existido en la agricultura de Estados Unidos o de otros países de las Américas, que todavía no ha llegado al África”.

Durante su exposición también hizo foco en la importancia de un comercio internacional de alimentos que no tenga limitaciones injustificadas que pongan en riesgo la seguridad alimentaria y los ingresos de los habitantes rurales.

“Tenemos que asegurar –afirmó- que las barreras al comercio no afecten la producción y que todas las políticas públicas se orienten no a una sino a las tres dimensiones de la sostenibilidad: económica, social y ambiental. Los gobiernos deben crear las condiciones para que los agricultores generen ingresos y contribuyan al cuidado del ambiente al mismo tiempo”.

“Con las políticas públicas adecuadas, que favorezcan la innovación y la productividad, que sean abiertas y flexibles, los agricultores podemos conservar los recursos naturales, aumentar la cantidad de carbono en el suelo y tener un impacto positivo en los sistemas agroalimentarios. Los agricultores solo merecen agradecimiento por seguir soñando y desarrollando nuevas ideas para mejorar”, concluyó.

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