Buenos Aires, (IICA).-
Más de 3.000 personas asistieron al congreso anual de Maizar, la Asociación del Maíz y Sorgo Argentino, que fue un espacio de debate e intercambio de ideas y experiencias bajo el lema “Liberemos nuestro talento colectivo”.
Integrantes de las cadenas científica, productiva, comercial, industrial, alimenticia y exportadora del maíz y del sorgo de la Argentina pusieron el acento en el valor de la innovación para dar respuesta a los desafíos que enfrenta la actividad, en un evento masivo desarrollado en Buenos Aires con la participación del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Más de 3.000 personas asistieron al congreso anual de Maizar, la Asociación del Maíz y Sorgo Argentino, que fue un espacio de debate e intercambio de ideas y experiencias bajo el lema “Liberemos nuestro talento colectivo”.
La sostenibilidad ambiental del maíz que se produce en la Argentina, el manejo inteligente del cultivo en un contexto de cambio climático, la influencia del maíz en la economía nacional, las herramientas para enfrentar plagas y enfermedades y los caminos para asegurar que las nuevas tecnologías lleguen a las zonas rurales fueron algunos de los temas discutidos en tres salones de manera simultánea.
El evento fue abierto por el Secretario de Bioeconomía de Argentina y Presidente pro tempore del Consejo Agropecuario del Sur (CAS), Fernando Vilella y tuvo entre sus oradores al Representante del IICA en Argentina, Fernando Camargo; y al Representante del IICA en Brasil, Gabriel Delgado.
“Somos parte de una red maravillosa que genera valor en cada rincón de nuestra querida Argentina. Debemos contagiar este optimismo, sobre todo a los más chicos, para que piensen dos veces qué van a hacer y se queden en el campo y en la Argentina”, dijo el presidente del Congreso de Maizar, Ignacio Garciarena.
Además, invitó a discutir “los temas más relevantes, desde las semillas, los suelos, los insumos y el agua, hasta la conversión en proteínas animales, la bioenergía y los biomateriales; pasando por los marcos regulatorios, los avances tecnológicos, el contexto internacional, las cuestiones de infraestructura y los temas de impacto ambiental”.
Agro 4.0
En un panel dedicado a las implicancias del llamado Agro 4.0 y la visión de las instituciones líderes, Gabriel Delgado consideró que, cuando se habla de innovación en la actividad agrícola, no solo se está hablando de nuevas tecnologías, sino también de la forma en que esas tecnologías puedan llegar a los productores y ser más efectivas.
“Es necesario que haya un plexo normativo adecuado y actualizado y también se debe prestar atención a la capacitación de los productores y al acceso al crédito”, dijo Delgado, quien hizo hincapié en la importancia de los bienes públicos que el Estado debe facilitar para crear las condiciones para el desarrollo y la creación de conocimiento.
En el mismo sentido, Tomás Oesterheld, vicepresidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), organización aliada del IICA que promueve prácticas sostenibles en el campo, señaló que “las nuevas tecnologías deben ser entendidas como herramientas que no solucionan todo simplemente apretando un botón; las soluciones tenemos que darlas las personas, usando las nuevas tecnologías”.
También se hizo un llamado a mirar los tres pilares de la sostenibilidad -económico, social y ambiental- de manera equilibrada y a descartar la pretensión de imponer un modelo único de producción que está detrás de algunas restricciones comerciales. “No hay una sola forma de producir porque la biología es muy compleja. No existen modelos únicos ni siquiera en el mismo campo en el mismo país”, afirmó Jorge Sáenz Rozas, presidente de CREA, movimiento de empresarios agropecuarios argentinos que promueven mejoras en la productividad y la sostenibilidad a través de la experimentación.
El Representante del IICA en la Argentina, Fernando Camargo, compartió un panel en el que se discutió sobre el presente y el futuro del comercio internacional de alimentos con Victoria Lovenberg, jefa de la sección comercial de la Unión Europea (UE) en este país.
Camargo consideró que el agro, más allá de su papel crucial para la seguridad alimentaria global, es el sector productivo que más puede contribuir con la transición energética en curso, a partir del aporte que ya está realizando con la biomasa para el crecimiento de las bioenergías.
Camargo y Lovenberg intercambiaron puntos de vista sobre la inminente entrada en vigencia del Reglamento 1115/2023 de la UE, que se propone combatir la deforestación fuera del continente europeo. “Este reglamento fue adoptado por presión de los ciudadanos europeos, debido a que en nuestro continente somos consumidores masivos de productos que tienen un impacto mayúsculo en la pérdida de bosques y la destrucción de biodiversidad”, justificó Lovenberg.
Camargo consideró que Brasil y Argentina estarán entre los países más impactados por esta legislación, debido a su potencia como productores de commodities agropecuarios, y señaló que, a pesar de las dificultades que significarán para los productores que exporten, la norma se presenta también como una oportunidad de agregar valor.