La no renovación de Misión de OEA en Honduras es una «deplorable» decisión

Tegucigalpa / EFE.-

La falta de acuerdo para un nuevo convenio entre Honduras y la Organización de Estados Americanos (OEA) para renovar la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en el país (Maccih) es un «deplorable hecho» y los aportes del ente se pueden «desvanecer en los anaqueles de la historia».

Así lo señaló este lunes el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) en una carta abierta que publica en sus redes sociales , en la que indica además las «nefastas consecuencias» de la no renovación del mandato de la Maccih, que se instaló en abril de 2016 en la capital hondureña y concluyó ayer.

El ente anticorrupción dijo que está «consternado» por el desacuerdo entre el Gobierno de Honduras y la Organización de Estados Americanos (OEA) para seguir combatiendo la corrupción en el país centroamericano a través de la Maccih.

El fin de la misión de la OEA es una «acción que va en contra del reclamo popular frente al acceso a la justicia» puesto que única tarea en Honduras fue «penetrar mediante investigaciones robustas los engranajes del poder coludidos con el crimen organizado, el narcotráfico, la corrupción en el sector público y privado», subrayó el CNA.

El viernes, el Gobierno hondureño informó de que el diálogo iniciado -en diciembre pasado- con la OEA para una segunda etapa de la Maccih, concluyó sin ningún acuerdo entre las partes.

«Frente a este deplorable hecho, podemos asegurar que ¡sin justicia no hay democracia!», destacó el ente hondureño, quien agregó que Honduras ha venido «sufriendo una serie de injusticias a manos de un pequeño grupo de astros alineados a favor de la corrupción y la impunidad».

Esos grupos, añadió, han «consagrado el debilitamiento de las instituciones públicas, la falta de garantía de los derechos ciudadanos, el empobrecimiento masivo y la exportación de mano de obra barata para sobrevivir con una economía sostenida por las horas trabajadas en condiciones extremas de parte de nuestros compatriotas».

«La democracia es más que un procedimiento: consiste en la participación ciudadana, en que las decisiones recaigan en la soberanía del pueblo pues es el combustible de la legitimidad y la demostración del reconocimiento ciudadano», señaló.

La función de la justicia redistributiva y social, según el Consejo Anticorrupción, debe estar «guiada por políticas públicas que aseguren que todas y todos seamos tratados como iguales en los servicios del Estado: situación que por lejos ocurre en esta Honduras».

La Maccih se creó gracias al reclamo popular y con el objetivo de contribuir al fortalecimiento de las instituciones públicas de Honduras, con «un fuerte acento en los operadores de justicia que distan mucho de ser independientes», resaltó.

«Tras décadas de corrupción y saqueo del patrimonio público, las condenas son escasas y resultan irrisorias, existen cientos de causas engavetadas y quedan, por ejemplo, descaradamente impunes», por lo que afirmamos que la «inseguridad es hija de la corrupción» y que «la corrupción mata», precisa el CNA.

En su opinión, la única propuesta gubernamental ha sido «el retroceso, el totalitarismo y más años de oscuridad», ya que las instituciones hondureños están «fuertemente atravesadas por la cultura de la mafiosidad»

«Con un nudo en la garganta vemos como los atropellos están por encima de los intereses nacionales y que los valiosos aportes que consumó la Maccih se pueden desvanecer en los anaqueles de la historia -si como ciudadanía- no actuamos a tiempo como en aquel 2015 que nos dimos cuenta que la soberanía popular si es posible ejercerla», enfatizó.

La historia ratifica que el país necesita «un giro de timón» y avanzar hacia una sociedad que garantice a los hondureños «la plena vigencia de los derechos humanos, en forma integral y de manera justa y equitativa», señaló el Consejo Anticorrupción de Honduras.

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