Bogotá | EFE.-
La Corte Constitucional de Colombia determinó este jueves que los animales son «seres sintientes sujetos de protección» pero no de derechos, al resolver un habeas corpus interpuesto por un abogado para que se liberara a un oso que está en el zoológico de Barranquilla (norte).
«No procede ‘habeas corpus’ para exigir la libertad de oso Chucho. Para la corte, ese instrumento, que constituye garantía fundamental de la libertad de las personas, no resulta aplicable para dirimir la situación planteada frente al oso Chucho» dijo la Corte en Twitter.
La presidenta del alto tribunal, Gloria Díaz, señaló que «la ley les ha otorgado a los seres sintientes unas garantías, unos beneficios, que también limitan la actuación del ser humano, que le imponen unos deberes de actuación al ser humano».
Chucho, un oso andino de anteojos que nació en semicautiverio hace 24 años en una reserva natural del departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador, era el centro de un debate jurídico en Colombia porque su caso llegó a los estrados de la Corte Constitucional, que estudiaba si los animales eran sujetos de derechos.
«Este oso había nacido en cautiverio, tiene una avanzada edad, no tiene la capacidad conseguir su propio alimento, no tiene la posibilidad de defenderse frente a otras especies que en libertad pudiesen atacarlo. Él siempre ha estado protegido por humanos que le han evitado los conflictos con otros animales», añadió Díaz.
Esta decisión es el faro a seguir en el tema de los derechos animales en Colombia, en donde ya un hombre fue condenado en 2017 a seis meses de prisión por maltrato animal y hurto calificado por robar y comer carne de gato.
En Colombia, que reconoce a los animales como «seres sintientes», no está penalizado el consumo de carne de gato o de caballo pero el maltrato animal puede ser castigado con penas de tres años de cárcel y abultadas multas.
El caso de Chucho comenzó cuando la Corte le concedió al animal un habeas corpus, una acción judicial que se creó para ordenar la libertad de los seres humanos pero que terminó protegiendo los derechos del oso.
Sin embargo, el zoológico de Barranquilla, a donde llegó el animal hace unos años, interpuso una tutela (recurso de amparo) alegando que se violó el debido proceso.
Inicialmente Chucho estaba en una reserva del centro del país en desarrollo de un plan para repoblar esa zona de Colombia con osos de anteojos, pero su compañera murió y de allí fue enviado a Barranquilla en donde vive en cautiverio, como los otros animales.
A propósito de protección animal y del medioambiente, Colombia ha dado pasos al reconocer a los ríos Cauca, Combeima, Cocora, Coello y al Atrato «como sujeto de derechos».