Ciudad de Guatemala | EFE.-
El expresidente guatemalteco Otto Pérez Molina (2012-2015) se sentó este lunes ante el banquillo de los acusados, seis años después de su renuncia y captura tras ser sindicado de un sonado caso de corrupción estatal en el país.
Junto a la exvicepresidenta Roxana Badeltti, también acusada en el denominado caso «La Línea», Pérez Molina llegó al Tribunal de Mayor Riesgo B del Organismo Judicial para el inicio del juicio en su contra junto a una treintena de personas.
El caso fue destapado por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), un órgano de las Naciones Unidas que buscaba desmantelar estructuras criminales paralelas dentro del Estado.
En declaraciones a periodistas, Pérez Molina dijo que espera demostrar su inocencia en este juicio oral y público, porque no existen pruebas en su contra.
El exmilitar fue detenido en septiembre de 2015, horas después de renunciar a su cargo por el caso «La Línea», en el que se le acusa de enriquecerse mediante una estructura paralela en el ente recaudador de impuestos.
Pérez Molina, Baldetti y otros exfuncionarios de la agrupación política Partido Patriota se habrían beneficiado de millones de dólares en sobornos por la defraudación aduanera que les generaba «La Línea», descubierta por la Cicig y el Ministerio Público con base en escuchas telefónicas.
El expresidente y la exvicepresidenta están acusados también en al menos otros tres procesos judiciales por corrupción estatal.
Pérez Molina dijo este lunes que la Cicig y la entonces fiscal general y jefa del MP, Thelma Aldana, exiliada en Estados Unidos, «crearon» la denuncia en su contra pero sin tener pruebas.
BALDETTI DICE QUE TIENE LA COVID-19
Por su parte, la exvicepresidenta, que fue detenida por este caso en agosto de 2015, argumentó en el Tribunal de Mayor Riesgo B que no tiene abogado para que la defienda de la acusación en el caso de «La Línea», que dio paso también al desmantelamiento de otros hechos de corrupción, entre ellos el caso «Cooptación del Estado».
Baldetti también aseguró que tiene los síntomas de la covid-19, aunque aclaró que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) no le hizo las pruebas antes de presentarse a este juicio.
«Si tengo covid ya los contagié a todos», aseveró la exvicepresidenta, detenida en una prisión de mujeres situada en el norte de la capital guatemalteca.
El caso «La Línea» es uno de los mayores escándalos de corrupción destapado en Guatemala y fue destapado en abril de 2015.
Dicho caso dio lugar a una lucha sin precedentes contra la corrupción en Guatemala entre 2015 y 2019, cuando se vio interrumpida por la expulsión en 2019 de la Cicig del país centroamericano por decisión del presidente Jimmy Morales (2016.2020).