San José, (IICA).-
La V Edición del Foro Permanente de Ministras, Viceministras y Altas Funcionarias de las Américas (FOPEMA), organizado por el IICA, registró ese consenso entre varios, en la reunión a la que asistieron más de 75 líderes de alto nivel, entre ellas ministras y viceministras de los ministerios de Agricultura y de la Mujer.
Producir estadísticas y datos sobre el trabajo de cuidados no remunerado es clave para visibilizar el papel crucial que desempeñan las mujeres rurales en los sistemas agroalimentarios de la región, afirmaron Ministras, Viceministras y Altas Funcionarias de las Américas reunidas en la sede central del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Costa Rica.
La V Edición del Foro Permanente de Ministras, Viceministras y Altas Funcionarias de las Américas (FOPEMA), organizado por el IICA, registró ese consenso entre varios, en la reunión a la que asistieron más de 75 líderes de alto nivel, entre ellas ministras y viceministras de los ministerios de Agricultura y de la Mujer.
Las participantes coincidieron en la necesidad urgente de contar con datos para analizar con precisión las disparidades de género que afectan a las mujeres rurales, quienes, además de ser pilares en la producción de alimentos, asumen la mayor parte del trabajo de cuidados.
El foro incluyó un llamado a los países de la región para que promuevan políticas públicas que reconozcan y valoren el trabajo de cuidados realizado principalmente por mujeres rurales, con el objetivo de reducir las desigualdades, promover la equidad de género en los sistemas agroalimentarios y asegurar que las mujeres tengan mayor acceso a oportunidades laborales formales y participación en instancias decisorias.
En el evento participaron, entre otras autoridades, Laura Suazo, Secretaría Agricultura y Ganadería de Honduras; Cindy Quesada, Ministra de la Mujer de Costa Rica; Alejandra Mora, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), Cindy Rodríguez Mendoza, Vicecanciller de Honduras; Citlalli Hernández Mora, Secretaria de la Mujer de México; Niurka del Carmen Palacio, Ministra de la Mujer de Panamá; Viviana Mesquita, Subsecretaria de Mujeres Rurales del Ministerio de Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar de Brasil; Xochitl Torres Small, Subsecretaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA); Nancy Andrea Moreno Lozano, Secretaria General del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, Justine Hendricks, Jefa Ejecutiva de Farm Credit Canadá, y Manuel Otero, Director General del IICA.
La secretaria Laura Suazo abordó el tema de la cuantificación de la participación de las mujeres rurales en los sistemas agroalimentarios de las Américas y la importancia de sistemas de cuidados con enfoque territorial. “Es fundamental tener cifras precisas para diseñar políticas efectivas que promuevan la igualdad de género y el desarrollo sostenible en nuestras comunidades rurales”, afirmó.
Durante su intervención, la ministra Quesada destacó la necesidad de posicionar a las mujeres rurales en el centro de la agenda de las políticas públicas. “No podemos seguir haciendo política pública desde un escritorio. Es crucial entender las realidades y necesidades de las mujeres rurales para diseñar políticas efectivas y pertinentes”, señaló.
La vicecanciller Rodríguez Mendoza hizo un llamado a la acción conjunta entre gobiernos, sociedad civil y sector privado para implementar políticas públicas que reconozcan y fortalezcan el rol de las mujeres rurales en los sistemas agroalimentarios, trabajo que se está fortaleciendo en Honduras. “Solo a través de la colaboración y el compromiso podremos lograr un cambio significativo y duradero. No olvidemos la importancia de cuantificar los cuidados en los entornos rurales y su impacto en las políticas de igualdad”, dijo.
Otero, por su parte, destacó el rol central de las mujeres rurales en los sistemas agroalimentarios y se refirió a las disparidades que enfrentan, como el acceso limitado a recursos e insumos agrícolas y la sobrecarga de tareas de cuidado, lo que genera una brecha de productividad del 24% comparado con los hombres.
Mencionó que, a pesar de su importancia, las mujeres ganan, en promedio, un 20% menos que los hombres en trabajos agrícolas, lo que impacta negativamente no solo en sus vidas, sino también en la economía global.
Justine Hendricks, Jefa Ejecutiva de Farm Credit Canadá, remarcó importancia de analizar las barreras que enfrentan las mujeres para acceder al financiamiento y la falta de datos sobre su rol en el éxito de la industria agrícola. “Si se abordan estas barreras, las mujeres pueden desbloquear el crecimiento y el éxito a largo plazo tanto para sus familias como para la industria en general”, afirmó.
También habló sobre el apoyo de Farm Credit Canadá a la salud mental de las mujeres rurales, quienes son esenciales para el funcionamiento de las operaciones agrícolas. “Esta carga adicional viene acompañada de aislamiento, falta de redes sociales y de reconocimiento por su trabajo”, indicó.
Alejandra Mora subrayó la necesidad de fomentar el liderazgo y la participación de las mujeres en todos los niveles, especialmente en el ámbito rural. “El liderazgo no se hace de la noche a la mañana, y es crucial cambiar la narrativa para incorporar las habilidades y destrezas de las mujeres en los espacios de toma de decisión”, afirmó.
Torres Small enfatizó que las mujeres son componentes esenciales del sistema agroalimentario mundial y que no siempre se les reconoce como tales. «En los Estados Unidos, hemos realizado inversiones significativas en asistencia técnica, capacitación y sistemas alimentarios regionales y locales, brindando recursos muy necesarios para apoyar a más mujeres en la agricultura», explicó.
Además, destacó los esfuerzos del USDA por garantizar un acceso más equitativo a sus programas, especialmente en lo relacionado al financiamiento, que es crucial para el acceso a la tierra. «Eventos como este foro ofrecen el lugar perfecto para intercambiar ideas y continuar los esfuerzos que ya están en marcha en nuestros respectivos países para garantizar que las mujeres agricultoras tengan las oportunidades que necesitan para crecer y desarrollarse», indicó la funcionaria estadounidense.
A su turno, la colombiana Moreno Lozano subrayó que las mujeres rurales son las principales cuidadoras, pero no reciben compensación por este trabajo esencial. “Hemos fortalecido el concepto de cuidado rural desde una visión práctica, incorporando proyectos productivos que impulsan la sostenibilidad agroalimentaria y la economía del cuidado, específicamente el cuidado rural”, afirmó.
Explicó que la economía del cuidado no debe limitarse al ámbito del hogar, ya que las mujeres mejoran su calidad de vida, su entorno, sus comunidades y su territorio. “El cuidado comunitario implica que las mujeres afectan positivamente la vida de sus vecinas y de todas las personas en su entorno, transformando su ecosistema cuando su calidad de vida mejora”, señaló.
Lanzamientos y Colaboraciones Estratégicas
En el marco del foro, se lanzaron iniciativas diseñadas para mejorar las oportunidades económicas de las mujeres rurales, entre ellas el «Curso de Empoderamiento y Habilidades Blandas para Mujeres Rurales», desarrollado en colaboración con la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) y el «Curso de Introducción a Finanzas Básicas para Mujeres Rurales», realizado en alianza con la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA).
Además, se presentó la versión en inglés del «Curso de Introducción al Emprendedurismo para Mujeres Rurales», titulado Introduction to Entrepreneurship Course for Rural Women, iniciativa liderada por el IICA.
Estas herramientas formativas representan un paso crucial para mejorar las condiciones de vida y las oportunidades económicas de las mujeres rurales, quienes a menudo se enfrentan a barreras significativas para acceder a recursos financieros y formación en habilidades blandas.
Resultados del Foro y Publicación sobre la Economía del Cuidado
Durante las discusiones del foro, se destacó que el trabajo de cuidados no remunerado representa, en términos económicos, hasta un 21,3% del Producto Interno Bruto (PIB) global, con las mujeres contribuyendo en un 75,5% de este total.
Esta realidad, basada en datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), subraya la necesidad de incorporar la medición de la economía del cuidado en las políticas públicas para valorar adecuadamente este trabajo invisible.
Además, se presentó la publicación La economía de los cuidados en los territorios rurales, un informe que analiza en profundidad cómo la feminización del trabajo de cuidados afecta a las mujeres rurales en América Latina y el Caribe.
El estudio ofrece recomendaciones concretas para reducir las brechas de género y mejorar la cobertura de servicios de cuidado en zonas rurales, donde la disponibilidad es considerablemente menor que en áreas urbanas.
A modo de balance, Priscila Zúñiga, gerente del Programa de Equidad de Género y Juventudes del IICA, resaltó la importancia del espacio para entablar un diálogo abierto y colaborativo, en el que los participantes puedan contribuir a la igualdad de género en los sistemas agroalimentarios. “Este foro nos permite romper el protocolo y mirarnos cara a cara para discutir y avanzar en temas cruciales para las mujeres rurales”, afirmó.