San Salvador / EFE.-
Todos los salvadoreños están llamados a defender y vigilar el cumplimiento de los Acuerdos de Paz de 1992, que pusieron fin a 12 años de guerra civil, para evitar que el país «retroceda en su proceso democrático», el cual se ve «amenazado» en la actualidad por la forma de gobernar del presidente Nayib Bukele, según la exguerrillera Nidia Díaz.
A propósito del 28 aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz la ahora diputada en la Asamblea Legislativa por el partido opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda) dijo a Efe, durante una entrevista, que en la actualidad «hay riesgos y amenazas al proceso de consolidación de la democracia».
De acuerdo con Díaz, las formas «verticalistas» que utiliza el nuevo Gobierno «amenazan un proceso democrático que aún no está completo y que debe continuar vigente».
«¿Qué es lo que ha dicho el presidente Bukele?, que entramos a la época de la modernidad y que la posguerra quedo atrás, pero no se puede borrar la memoria histórica del país, no se puede borrar lo que aconteció, ni lo que está plasmado en una Constitución, ni se puede borrar el camino hacia la construcción de una cultura de paz», apuntó.
Bukele, que llegó al poder bajo la bandera de la formación de derecha Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), dijo tras ganar las elecciones en febrero de 2019 que su llegada al poder simbolizaba el final de la posguerra.
La exguerrillera lamentó que «hasta el momento no hay un camino o una luz que nos indique que se va a continuar con este proceso (democrático), porque no hay un compromiso de parte del Gobierno».
Señaló que otro punto al que se debe prestar «especial» atención es la independencia de los poderes del Estado para que «no exista una injerencia de parte de uno hacia los otros».
«Es necesario garantizar la independencia de los poderes y que cada uno de los órganos del Estado e instituciones tengan sus competencias, sus atribuciones, sus funcionamientos y sus competencias sin que ningún otro poder trate de presionar o intervenir sobre el otro», manifestó.
Además, indicó que el Gobierno de Bukele está llamado a dialogar con «todas las fuerzas políticas, los diferentes sectores y a garantizar el respeto a las libertades de expresión, de movilización y de organización».
«Hacia dónde va el rumbo del país si no facilitamos los diálogos y los entendimientos que han caracterizado en los últimos años el funcionamiento de las instituciones y de la sociedad», expresó.
Para la diputada del FMLN los avances en la sociedad salvadoreña a 28 años de la firma de los Acuerdos de Paz son «significativos», por lo que ve necesario «acabar definitivamente» con las circunstancias que originaron el conflicto armado, como la desigualdad social y la pobreza.
LAS CAUSAS DE LA GUERRA
Entre 1980 y 1992, el grupo guerrillero FMLN, apoyado por la Unión Soviética, Cuba y Nicaragua, ahora partido de oposición, se enfrentó al Ejército de El Salvador, financiado por los Estados Unidos.
Durante la guerra, se cometieron crímenes contra civiles, atribuidos principalmente al Ejército, entre los que destacan el asesinato del ahora san Óscar Arnulfo Romero, 6 padres jesuitas y la masacre de unos 1.000 campesinos en El Mozote.
Entre las razones por las que se originó dicha conflagración armada están la desigualdad social, política y económica que se vivía en ese momento y que causó la migración y el desplazamiento de miles de salvadoreños.
La exguerrillera está consiente que a 28 años del fin de la guerra algunas de esas causas siguen tan vigentes como el pasado, por lo que ve necesario alcanzar nuevos acuerdos que «permitan erradicar todos los males de esta sociedad».
«28 años después (de la firma de la paz) tenemos que prestar atención para consolidar verdaderamente los debidos procesos y que no exista duda (…) los Acuerdos de Paz ahora son un reto para todos los salvadoreños y si queremos lograr la paz integral se debe trabajar de forma articulada, con todos los sectores sin mirar color político», añadió.
EL DIÁLOGO PARA ALCANZAR LA PAZ
La también firmante de los Acuerdos de Paz recordó que el camino para alcanzar la paz en el país centroamericano y terminar con la guerra no fue fácil y señaló que las «conquistas» alcanzadas «pertenecen a todos los salvadoreños».
Díaz rememoró que en 1984, tres años después del comienzo del conflicto bélico, las partes involucradas dieron inicio el diálogo, con el apoyo de las Naciones Unidas, pero el proceso se interrumpió y fue retomado en 1987 sin alcanzar ningún acuerdo porque volvió a quedar en pausa.
Fue en 1989 que el proceso tomó un «carácter de real y nos trazamos cuatro objetivos que regirían los acuerdos», apuntó Díaz.
Superar el conflicto armado por la vía política, impulsar un proceso democrático en El Salvador, lograr el pleno y estricto cumplimiento de los derechos humanos, y alcanzar la reunificación y reconciliación de la sociedad, fueron las metas que, según la exguerrillera, los involucrados se comprometieron a alcanzar.
«Aquel 16 de enero (de 1992) todos estábamos muy contentos por el fin de la dictadura militar, de la guerra y por el comienzo de una nueva era de democratización y de construcción de la paz», agregó.
