En la CEPAL, Director General del IICA lanza convocatoria para acción urgente y conjunta de los países de las Américas para asegurar mayor efectividad e inclusión en la gestión del agua

El representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe, Mario Lubetkin; el Director General del IICA, Manuel Otero; el Secretario Ejecutivo de CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs; y la ministra chilena de Medio Ambiente, Maisa Rojas, en la sesión inaugural de los Diálogos Regionales del Agua en América Latina y el Caribe, evento ministerial de alto nivel que organiza en Santiago de Chile la CEPAL.
Santiago,  (IICA).-

Manuel Otero participó en la inauguración de los Diálogos Regionales del Agua en América Latina y el Caribe, junto con la Ministra de Medio Ambiente de Chile, el Secretario General de CEPAL, el Representante Regional de FAO y destacados investigadores internacionales.

El Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero, planteó a los países de las Américas la urgencia de una acción conjunta hemisférica para la gestión efectiva, innovadora, inclusiva y sostenible del agua, cuya agenda reconozca el papel fundamental de este recurso para la agricultura y la seguridad alimentaria del mundo.

Al ser una región con gran diversidad de sistemas agroalimentarios, y por lo tanto con formas particulares de usar el agua en todos ellos, Otero llamó a cerrar brechas para la gestión hídrica, en especial desde el área tecnológica y la de institucionalidad y marcos regulatorios.

“El agua desempeña un papel fundamental, más aún en esta época en la que es evidente que no podemos continuar desconociendo que se trata de un recurso limitado y que en el futuro los conflictos vinculados a su uso serán cada vez mayores, tanto por el crecimiento de la población, como por el impacto de los eventos extremos asociados al cambio climático”, dijo Otero.

“Esta coyuntura resalta la relevancia del tema de la disponibilidad de agua para la agricultura y los sistemas agroalimentarios, y la necesidad de desarrollar e implementar sistemas innovadores para su uso más eficiente y efectivo. De no realizarse acciones de manera inmediata, algunos escenarios sugieren que la producción de alimentos podría caer en más de 25% en el año 2050”, alertó.

El Director General del IICA hizo el planteo en la sesión inaugural de los Diálogos Regionales del Agua en América Latina y el Caribe, evento ministerial de alto nivel que organiza en Santiago de Chile la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y que es preparatorio para la Conferencia del Agua 2023 de las Naciones Unidas (ONU), que se realizará en marzo en Nueva York.

En la inauguración participaron también la ministra chilena de Medio Ambiente, Maisa Rojas; el Secretario Ejecutivo de CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs; el representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe, Mario Lubetkin; y la economista y profesora del University College London Mariana Mazzucato.

También estuvieron presentes el Vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, así como ministros y otras altas autoridades de países de América Latina y el Caribe.

“Planteo la urgencia de instalar una acción conjunta a nivel continental, buscando asegurar una mayor efectividad en el uso del agua, reconociendo que no hay recetas mágicas ni universales, por el contrario en nuestra región tenemos que reconocer que hay una gran heterogeneidad de sistemas productivos, el modelo de la agricultura chilena es diferente al de la agricultura pampeana, tiene a su vez diferencias con el de la agricultura que prevalece en Centroamérica; acá un talle no sirve para todos, tenemos que pensar en modelos innovadores que sirvan y estén a disposición de esas realidades productivas, culturales y de nuestros ecosistemas”, dijo Otero.

En la cuestión tecnológica, manifestó que es clave resolver la brecha existente entre regiones y países para aprovechar las oportunidades que los avances en la biología, las ciencias de datos y las tecnologías digitales brindan para el diseño de nuevos modelos productivos, con sistemas inteligentes de distribución de agua y uso de variedades tolerantes a la sequía o cambios en los patrones de disponibilidad de este líquido, asociados al cambio climático.

En cuanto a la institucionalidad y marcos regulatorios, el Director General del IICA consideró que el manejo del agua debe ser intersectorial, pues en su uso compiten la agricultura, la industria, la construcción, el turismo y muchas otras actividades.

“Las instituciones están compartimentadas y en muchos casos carecen de recursos; y algo parecido ocurre con los marcos regulatorios, que en muchos casos son antiguos o parciales”, afirmó.

Maissa Rojas, ministra de Medio Ambiente de Chile, recordó que su país atraviesa una década de sequía profunda y extendida, debida en parte al cambio climático, lo que hace más evidente la urgencia por fortalecer la gobernanza del agua.

“Esto significa para nosotros crear tres cosas que hoy no tenemos, como son una política para la seguridad hídrica que entregue directrices claras y de largo plazo, también una autoridad nacional del agua que sea garante de la política, y en tercer lugar institucionalizar organismos de gobernanza a nivel de cuencas”, dijo Rojas.

Mariana Mazzucato expresó que para avanzar hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, que es garantizar a toda la población la disponibilidad de agua y los servicios de saneamiento, así como su gestión sostenible, se requiere repensar el rol de los servicios estatales relacionados con esta tarea.

“Podemos contar con un Estado que provea dirección y un portafolio de proyectos, que brinde garantías y promueva la innovación, pero que deje abierto el cómo, sin hacer microgerencia, con participación de empresas de diversas industrias, incluso medianas y pequeñas”, manifestó la investigadora de University College London.

El representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe afirmó que la gestión sostenible del agua para la producción de alimentos también es un valor social, en vista de la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de las poblaciones.

“Para 2050 la producción mundial de alimentos tendrá un incremento de 50% en comparación con el 2012. A fin de satisfacer la creciente demanda de alimentos, y si se mantienen las condiciones actuales, esto exigirá al menos un 35% más de agua dulce”, dijo Lubetkin.

El Secretario Ejecutivo de CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, comentó que las decisiones que se tomen en los diálogos regionales, que se sostendrán en Santiago hasta el 3 de febrero, permitirán elaborar una agenda regional de acción para agua que se presentará en la conferencia de la ONU en marzo.

“En pocos temas tenemos una voz común de América Latina y el Caribe, aunque escuchamos ya algunos ejemplos y eso es algo excelente y que debemos celebrar”, dijo Salazar, refiriéndose a los consensos llevados a la Cumbre de Sistemas Alimentarios de 2021 y la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (COP27) de 2022, en los que el IICA facilitó y orientó la convergencia de posiciones entre los países de las Américas.

Una región estratégica

Además de destacar esos consensos en la inauguración de los diálogos, el Director General del IICA hizo énfasis en que América Latina y el Caribe es central y estratégica para la seguridad alimentaria mundial, pues representa 13% de la producción agropecuaria del planeta y es el mayor exportador neto de productos agropecuarios y de alimentos.

“La región es una de las que está en mejores condiciones para incrementar su participación, tanto por la riqueza de sus recursos naturales, como por las brechas de productividad en muchas de sus principales producciones, eso sí, haciendo un uso racional y un manejo integrado del agua”, expresó Otero.

“Por todo esto, también es central para llegar a economías net-zero, para el mantenimiento de la biodiversidad y para el ciclo del agua y el oxígeno a nivel planetario”, agregó.

“Sin agua no hay agricultura y sin agricultura no hay seguridad alimentaria”, sentenció Otero, e informó que el IICA, como primera etapa para apoyar a los países más afectados por sequías en las Américas, está diseñando un programa hemisférico de cooperación para la gestión integral de los recursos hídricos para la agricultura.

Este, dijo, trabajará en proyectos destinados a modernizar los marcos institucionales relacionados con el agua, mejorar la disponibilidad y acceso a información, instalar nuevos modelos de gestión, promover el riego tecnificado y dinamizar procesos de preinversión e inversión que respondan a los nuevos desafíos del agro frente al cambio climático y el crecimiento de la población.

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