En aumento, la indignación por el proceso en contra del exdirector del Colegio Nuestro Mundo en Xalapa

Ciudad de México.-
  • La defensa y la hermana del acusado señalan que el sistema de justicia de Veracruz está en entredicho, como en otros casos
  • Denuncian que el caso ha estado plagado de errores; piden la intervención de la Comisión de Derechos Humanos

La indignación por el proceso en contra del exdirector del Colegio Nuestro Mundo en Xalapa va en aumento, ante las claras evidencias de la fabricación de delitos, los errores judiciales y los ánimos de venganza de la parte acusadora.

Los familiares y la defensa de Javier Breña. exdirector del Colegio Nuestro Mundo de Xalapa refrendaron que este caso juicio pone en entredicho una vez más el sistema de justicia del estado de Veracruz, como ha ocurrido en otros asuntos penales.

Señalaron que distintos sectores de la sociedad, principalmente el educativo, han manifestado su indignación por este caso, que a todas luces sólo busca perjudicar al catedrático mediante pruebas falsas y satisfacer una venganza en un tema familiar.

“Mi hermano, ha sido acusado falsamente, se le ha privado del derecho de ver a sus hijos, y el proceso por el cual ahora se encuentra en el penal de Pacho Viejo tiene graves fallas que no sólo atentan contra sus derechos, sino contra los de sus hijos”, señaló Matilde Breña.

Indicó que la persona que lo acusa ha rechazado ante la autoridad que se le haga una valoración psicológica profesional y en todo caso, estaría utilizando a sus hijos para obtener ventajas materiales, instruyéndolos en contra de su padre para destruir el vínculo paterno, lo que se conoce como alineación parental.

Dijo que por ello interpusieron una queja ante la Comisión de Derechos Humanos al considerar que autoridades judiciales incurrieron en violación se garantías individuales, “no conducirse con equidad y solo se han enfocado en satisfacer el interés de la acusadora”.
Acompañada de la abogada defensora Andrea Juárez, manifestó que se trata de un cuarto caso de fabricación de delitos, sin certeza jurídica con la única intención de dañar no sólo la reputación y el buen nombre de su hermano, sino saciar las ansias de venganza de la parte acusadora.

Señalaron que, entre otras anomalías, en el primer dictamen médico, hecho por un profesional, se estableció que la presunta víctima no tenía daño físico ni daño emocional, y los psicólogos que hicieron las entrevistas de algunas personas involucradas no contaban con la especialidad que se requería en la materia.

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