Caracas | EFE.-
El Parlamento venezolano, que domina la oposición, condenó la expulsión de una misión de eurodiputados que pretendió visitar el país el pasado domingo, al tiempo que pidió a la comunidad internacional «que denuncie a viva voz estos hechos que rememoran a las dictaduras más cruentas del mundo».
En un acuerdo aprobado el martes con los votos de la mayoría antichavista de la Cámara, los legisladores venezolanos ofrecieron «disculpas» a los eurodiputados y agradecieron su «apoyo incondicional a la causa por la recuperación de la democracia y la libertad» de la nación suramericana.
Además, los opositores hicieron un llamado a la alta representante de la Unión Europea para la Política Exterior y Defensa, Federica Mogherini, y al presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, «para que denuncien estos hechos que demuestran el carácter autocrático y tirano» del Gobierno de Nicolás Maduro.
El domingo, el Gobierno de Maduro expulsó de Venezuela a los europarlamentarios Esteban González Pons, portavoz de la delegación española del Partido Popular en el Parlamento Europeo (PE); Esther de Lange, vicepresidenta del Grupo del Partido Popular Europeo (PPE) y Paulo Rangel, vicepresidente del Grupo PPE y tesorero.
Asimismo, José Ignacio Salafranca Sánchez-Neyra, vicecoordinador de la comisión de asuntos exteriores del PE; Gabriel Mato Adrover, vicepresidente de la delegación América Central -ambos miembros de la Asamblea Europarlamentaria Latinoamericana-; y Juan Salafranca, secretario general adjunto del grupo parlamentario PPE.
El suceso ocurrió en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar del estado de Vargas -que sirve a Caracas- cerca de las 21.00 horas locales (01.00 GMT del lunes).
González Pons dijo entonces a Efe que «la razón» que les dieron para expulsarlos fue que el gobernante venezolano, Nicolás Maduro, no los quería en el país, pese a que contaban con una invitación formal enviada por el Parlamento.
Ese mismo domingo el canciller venezolano, Jorge Arreaza, señaló «por vías oficiales diplomáticas» se había informado antes a los europarlamentarios que no serían «admitidos» en el país.
Venezuela atraviesa un momento de crispación política desde enero pasado, cuando Maduro juró un nuevo mandato de 6 años cuya legitimidad no reconocen la oposición y parte de la comunidad internacional, y Guaidó se proclamó luego como «presidente encargado», por considerar que el líder chavista «usurpa» la Presidencia.
La mayor parte de los miembros de la Unión Europea, como lo hizo Estados Unidos, han reconocido a Guaidó como autoridad legítima del país.
Por tal motivo, Maduro considera que el bloque europeo tiene que rectificar su política sobre Venezuela, porque «se ha plegado de una manera acrítica» al «golpismo» alentado por Donald Trump y sólo escucha a una parte de su país, en referencia a la oposición.