El IICA sigue ayudando a Haití y enfoca su cooperación técnica en fortalecimiento de pequeños productores rurales y de seguridad alimentaria

El IICA trabaja mano a mano con el Ministerio de Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo Rural en materia de asistencia técnica, priorizando la seguridad alimentaria y nutricional con un enfoque humanitario, y temas como la inocuidad agroalimentaria, la educación y el desarrollo de capacidades a nivel técnico con el recurso humano de la entidad, con agrónomos, productores, agroempresarios y líderes rurales.
San José, (IICA).-

El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) trabaja con el Ministerio de Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo Rural del país caribeño priorizando acciones en favor de la seguridad alimentaria y nutricional, la inocuidad agroalimentaria, la educación y la formación de capacidades.

Al igual que en las ciudades azotadas por la violencia, en las zonas rurales de Haití cada día es una batalla para los pequeños productores agrícolas.

Para ellos, mantenerse a flote en el atribulado país, el más pobre de las Américas y uno de los tres más vulnerables del mundo a los efectos del cambio climático, requiere una tenacidad inspirada en la necesidad de enfrentar la crisis alimentaria que atormenta a la población.

Escasez de suelos fértiles, sequías y falta de acceso al agua, son tan solo algunos de los tantos desafíos comunes con los que lidian los productores familiares haitianos, quienes en su mayoría se dedican a la producción vegetal y animal y deben cuidar celosamente sus parcelas por una razón particular.

“En Haití los pequeños productores no pueden cercar sus parcelas, y los animales con el problema de sequía buscan cómo suplir esa necesidad, no solo sus propios animales, los de los vecinos también, entonces, cada mañana los agricultores deben ir a las parcelas con sus niños y niñas de manera rotativa para protegerlas, verificar que sus cultivos estén bien, sin daños, y hacer sus trabajos en campo de forma manual”, explicó Rachelle Pierre Louis, Coordinadora de Cooperación Técnica de la Representación del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Haití.

El sector agrícola emplea cerca de las dos terceras partes de la población económicamente activa del país, azotado otra vez por un incremento de la ya extrema inestabilidad y agitación política, violencia social, severa inseguridad alimentaria, y carencia de servicios básicos como electricidad y agua potable.

Junto a esta áspera realidad, la dependencia crítica en las lluvias para hacer viable el desarrollo de la producción de alimentos, principalmente para autoconsumo o para el intercambio en mercados locales, hace que el trabajo de los agricultores se torne aún más complejo.

“Si hay lluvia toda la familia se prepara para la plantación, si no hay, el productor pierde todo y debe esperar otra lluvia para comenzar. El ciclo de vida de un pequeño productor se basa sobre la lluvia, por ejemplo, en una de nuestras iniciativas de cooperación a raíz de esa realidad no pudimos hacer la distribución de semillas”, reseñó Pierre Louis.

Se trata del proyecto de Reducción de la Vulnerabilidad Alimentaria en la isla La Gonave, implementado en las comunas Anse-à-Galets y Pointe-à-Raquette, al oeste del país, que actualmente se encuentra en su segunda fase de ejecución y acumulará 4.000 beneficiarios que recibirán kits de alimentos, 150 que recibirán plántulas de frutas, 1.000 que se les brindará semillas de sorgo y 400 más que se capacitaron en producción animal.

Mediante una inversión de 1,5 millones de dólares de la Oficina de Asistencia Humanitaria de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés), este tipo de esfuerzos de cooperación internacional conjunta son los que busca potenciar el IICA en Haití, para sembrar esperanza en la nación caribeña y aportar en materia de seguridad alimentaria y nutricional.

“La prioridad de Haití en el sector agropecuario y otros sectores también, porque hay inter-temáticas, es la seguridad alimentaria y nutricional. Es la prioridad para el gobierno, para las personas y el gran desafío”, apuntó la especialista del IICA.

Y es que cerca del 70 % de los haitianos dependen de la agricultura, que consiste principalmente de agricultura de subsistencia a pequeña escala.

Cooperación persistente, impulsor de esperanza

El IICA trabaja mano a mano con el Ministerio de Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo Rural en materia de asistencia técnica, priorizando la seguridad alimentaria y nutricional con un enfoque humanitario, y temas como la inocuidad agroalimentaria, la educación y el desarrollo de capacidades a nivel técnico con el recurso humano de la entidad, con agrónomos, productores, agroempresarios y líderes rurales.

“El IICA está haciendo mucha cooperación con el Ministerio porque generalmente las ONG’s con presencia en el país no tienen actividades de manera continua en el campo”, comentó la Coordinadora de Cooperación Técnica del IICA en Haití.

“Se trabaja mucho para que pueda tener los recursos humanos capacitados y seguir laborando en el campo. La educación no solo es para ellos, se hace con socios, empresarios, agrónomos, las facultades de agronomía; cualquier actividad y proyecto (que se realizan en consorcios) tiene un componente de educación, sesiones con los productores, los comités, los líderes en el campo, y es una prioridad porque los recursos humanos en Haití se van, mucha gente migra por la situación de inseguridad del país, y esto lleva a estar capacitando nuevas personas”, añadió Rachelle Pierre Louis.

En el 2023, el IICA trabajó con el representante designado del Ministerio de Agricultura para su participación en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28), en Emiratos Árabes Unidos.

“Estamos trabajando también sobre la inocuidad alimentaria con la Unidad de Inocuidad del Ministerio de Agricultura y ver cómo avanzar en coordinación con el Ministerio de Salud, trabajar en conjunto, toma tiempo, pero es necesario porque en los próximos años el país tiene que exportar mucho para generar recursos y no podemos hacerlo sin inocuidad alimentaria”, acotó Pierre Louis.

Entre otros de los aportes sustantivos que el IICA ha venido impulsando en los últimos cinco años en la nación caribeña destaca la formulación de la política de financiamiento agrícola y la introducción de la profesión de asesor de gestión a través de la capacitación de 24 Consultores en Técnicas de Gestión (CTG) en apoyo al sistema financiero agrícola de Haití.

La Representación también coorganizó la formación sobre emprendimiento agrícola y gobernanza para agroempresarios y grupos de productores en el Norte y el Sur del país; colaboró con el Banco Mundial en la publicación del documento Nutrition smart agriculture in Haiti, a fin de mejorar la concientización en materia de nutrición agrícola, y brindó capacitación en inocuidad de los alimentos, higiene y tecnologías de la información y la comunicación a miembros de organizaciones locales en los departamentos Sur y Grand’Anse en el contexto del Proyecto de Agrodigitalización, en colaboración con Agriterra y con el financiamiento del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).

Además, en el marco del Programa de Innovación Tecnológica Agropecuaria y Agroforestal del Ministerio de Agricultura, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el FIDA y el Programa Mundial para la Agricultura y la Seguridad Alimentaria, llevó a cabo con el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) 108 sesiones de formación sobre ocho temas, a fin de fortalecer las capacidades de los proveedores de bienes y servicios agrícolas para asesorar a los agricultores.

Con esto la consigna es propiciar una resiliencia notable de los pequeños productores haitianos, quienes pese a su contexto y realidades actuales continúan trabajando arduamente para superar las adversidades y contribuir a la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible en sus comunidades.

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