El cooperativismo es la puerta de entrada de los pequeños productores rurales a los mercados y la llave para transformar realidades en la ruralidad de las Américas

El ex ministro de Agricultura de Brasil, Roberto Rodrigues, uno de los referentes mundiales del movimiento cooperativo, profundizó sobre los desafíos para el asociativismo y el cooperativismo con más de 40 líderes rurales de 21 países de todas las regiones del continente americano, en un encuentro organizado por el IICA.
San José, (IICA).- 

El cooperativismo es la llave del progreso para los pequeños productores en las Américas y el camino a seguir para acceder a mercados y escalar a nivel productivo, mejorar sus ingresos económicos y mantenerse vigentes en la actividad agropecuaria, transformando la vida de sus familias y el desarrollo de los territorios rurales.

Este planteo lo hizo el exministro de Agricultura de Brasil Roberto Rodrigues, uno de los referentes mundiales del movimiento cooperativo, quien se dirigió a más de 40 líderes de 21 países de todas las regiones del continente americano, como parte del Primer Encuentro de Líderes Rurales de las Américas convocado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

Rodrigues explicó en el diálogo, que incluyó la presencia de agricultores familiares, medianos productores, campesinos, integrantes de comunidades indígenas, docentes, promotores de cooperativas, estudiantes, líderes comunitarios, impulsores de la innovación y la tecnología en el campo y activistas por un rol protagónico de mujeres y jóvenes en la actividad agropecuaria, que la globalización de la economía vino a producir una competencia que representa grandes riesgos para los pequeños y medianos productores, “al punto de poder desaparecer de los mercados”.

“Los países desarrollados resolvieron hace mucho ese problema a través del proteccionismo, formas de subsidio de crédito, de precios agrícolas; los pequeños agricultores están más expuestos, en una competencia difícil y deben buscar herramientas como el asociativismo y cooperativismo para garantizar su existencia y progreso en los mercados”, sentenció el actual coordinador del Centro de Agronegocios de la Escuela de Economía de São Paulo, de la Fundación Getúlio Vargas.

En su conversación sobre los desafíos para el asociativismo y el cooperativismo, Rodrigues, quien es Cátedra IICA en agronegocios, detalló que el cooperativismo “es una doctrina”, y juega un rol como proveedor de bienes y servicios, facilita el acceso a alimentos y financiamiento, brinda condiciones de inserción de productores familiares a mercados internacionales, potencia la competitividad y el valor agregado, asegura el funcionamiento de los esquemas de comercialización y se enfoca en mejorar las condiciones de vida de sus asociados y comunidades, sobre todo rurales.

El Primer Encuentro de Líderes de la Ruralidad de las Américas reunió en la sede central del IICA a más de 40 líderes de 21 países de todas las regiones del continente americano. 14 hombres y 29 mujeres.

Asimismo, es crucial para promover la educación y la asistencia técnica, fomentar la equidad de género y proteger al ambiente. “Permite la escala que le falta al productor rural, que sea más fuerte en común con sus compañeros de cooperativa. Ese hecho ha sido cada vez más reconocido”, dijo.

En la charla citó el ejemplo de su país, Brasil, donde las cooperativas agropecuarias ya responden por 54% de la producción rural. “Es más que la mitad y una característica; 80% de los asociados en las cooperativas son pequeños o medianos productores con propiedades rurales medias o bajas, de más o menos hasta 100 hectáreas, y esas cooperativas los transforman en su conjunto en un gran productor que compite con igualdad de condiciones con los grandes productores”, mencionó.

El catedrático fue claro en señalarle a los Líderes de la Ruralidad de las Américas que crear cooperativas no es una tarea “fácil”, y que desde su concepción debe cumplir con tres condiciones esenciales: “que la comunidad sienta la necesidad de una cooperativa, la cooperativa es una empresa y debe ser económicamente viable y requiere un espíritu asociativo y liderazgo. Si una de esas no existe, no se puede hacer una cooperativa”, sentenció.

Complementó en que es vital la transparencia y la fidelidad o sentido de pertenencia de quienes integran una cooperativa, para el escalamiento en mercados y la promoción social de los integrantes.

“El cooperativismo no ha crecido mucho porque falta cooperación, falta educación, falta comprensión de lo que realmente es el cooperativismo, de ahí que este Primer Encuentro de Líderes Rurales de las Américas cobra tanta importancia, es un evento integrativo que permite experiencias entre participantes al aproximar los pueblos y a los participantes de diferentes regiones rurales de los países del contiene americano”, concluyó Rodrigues.

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