San José, (IICA).-
El encuentro reunió durante tres días de trabajo a ministros, viceministros y otras autoridades de gobiernos nacionales junto a miembros de organismos internacionales, del sector privado, académico y de la sociedad civil en la sede del IICA.
Los Diálogos Regionales del Agua en América Latina y el Caribe se cerraron con un renovado compromiso de la región con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6, que promueve la provisión segura de agua y saneamiento a toda la población, y fueron un espacio para mostrar y discutir soluciones concretas a los desafíos que plantea el contexto de cambio climático.
El encuentro reunió durante tres días de trabajo a ministros, viceministros y otras autoridades de gobiernos nacionales junto a miembros de organismos internacionales, del sector privado, académico y de la sociedad civil en la sede del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Acompañaron, también, oficinas de cooperación alemana, francesa y holandesa.
La organización estuvo a cargo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe en conjunto con el IICA, que fue anfitrión en su sede central de San José de Costa Rica. Las sesiones fueron seguidas por más de mil personas en todo el continente a través del sistema de videoconferencia, lo que posibilitó la interacción de una amplia gama de actores.
Funcionarios de México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Uruguay , Brasil y República Dominicana contaron las políticas públicas que se están desarrollando en sus países, con el fin de avanzar en la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para toda la población. A esto se refiere el ODS 6, adoptado por la comunidad internacional como parte de la Agenda 2030.
También se reiteró el compromiso con la Agenda Regional del Agua –aprobada en febrero de 2023 en Santiago de Chile- y se unificó una posición convergente de América Latina y el Caribe de cara al Foro Mundial del Agua, que se desarrollará en mayo en Indonesia, con el lema “Agua para la prosperidad compartida”.
Adoptar prácticas agrícolas que mejoren la eficiencia del uso del agua y promuevan la regeneración de suelos, lo cual es fundamental frente a la creciente crisis hídrica y el desafío de garantizar la seguridad alimentaria, fue una de las acciones que se identificaron en el ámbito de la interrelación entre agua y agricultura.
También se coincidió en la necesidad de adaptar las matrices energéticas hacia fuentes más diversificadas, incluyendo renovables, reduciendo así la presión hídrica; y quedó en evidencia que los países han tomado conciencia de la importancia de la cooperación a nivel de aguas transfronterizas.
Se destacó, además, la necesidad de una gestión y una inversión eficaces en el sector de agua y saneamiento para mejorar la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables.
Hubo espacios para exponer en detalle la gestión de emergencias hídricas como las vividas en Uruguay y Costa Rica y se reconoció el trabajo conjunto entre gobiernos, sector privado, organismos internacionales y la sociedad civil como clave para avanzar hacia una gestión sostenible del agua que permita enfrentar los desafíos del cambio climático en la región.
Quedó evidenciado durante las sesiones de trabajo que el valor y el precio del agua no son lo mismo y que es necesario trabajar en una cultura que valorice el agua desde diversas perspectivas, tanto económicas, como sociales, ambientales, espirituales y culturales.
En la ceremonia de cierre participaron Silvia Saravia, Oficial de Asuntos Económicos y Encargada de los Temas Hídricos de CEPAL; Lloyd Day, Subdirector General del IICA y Fernando Schwanke, Director de Proyectos del IICA.
“Estos encuentros pretenden ser catalizadores de la acción en los países. Por ello, debemos poner la mirada en los objetivos y metas del ODS 6 que todavía tenemos por alcanzar. De momento el siguiente gran hito para llamar a la acción se dará en el Foro Mundial del Agua, donde se van a discutir posibles acuerdos de gran importancia”, dijo Saravia.
“Debemos ir juntos y coordinados para alcanzar una verdadera transición en la gestión hídrica que sea sostenible e inclusiva. Es imprescindible seguir innovando y compartiendo buenas prácticas para garantizar el acceso equitativo y sostenible al agua para todos en América Latina y el Caribe. Nos queda mucho camino pero solamente con acción coordinada podemos lograr un futuro más próspero y sostenible para nuestras comunidades y para las generaciones venideras”, concluyó.
Lloyd Day enfatizó que sin agua no hay vida y, en cuanto a la importante cantidad de agua que dedica a la agricultura, hizo hincapié en que, en última instancia, no es la agricultura sino las personas las que consumen el agua que está contenida en los alimentos.
Day se refirió también a la relevancia de la Iniciativa hemisférica Agua y Agricultura lanzada por el IICA el año pasado, que recibió el apoyo de los ministros de Agricultura del continente. A través cuatro ejes de trabajo concreto, la iniciativa propicia una contribución del agro ante la crisis hídrica que vive la región, con la premisa de que sin agua no hay agricultura y sin agricultura no hay seguridad alimentaria.
Schwanke, finalmente, subrayó que la agricultura es el único sector productivo que puede producir agua, a través de la protección de los bosques o del cuidado del suelo. “Tenemos 270 millones de hectáreas para recuperar de suelos degradados. Y cada una de esas hectáreas es más agua almacenada en los suelos. También tenemos 20 millones de bosques a recuperar. Por lo que ahí habrá mucha agua”.
“Este es el inicio de un gran camino –advirtió- que llevará muchos años, pero nosotros, como instituciones responsables tenemos que unirnos con otros actores y, juntos, hacer mucho más de lo que estamos haciendo”.