Desolación en la zona arrasada por el temporal en el sudeste de Brasil

Por Valeria PACHECO | AFP.-

«Fue una las peores inundaciones que vi en mi vida. Muchos amigos perdieron casas, perdieron todo». Lucimaria Soares no sale de su asombro al evocar el torrente de lodo y escombros que arrasó Sabará, cerca de Belo Horizonte, y dejó al menos 47 muertos en esta región del sudeste de Brasil.

En el barrio Roça Grande de Sabará las casas a orillas del río Das Velhas quedaron cubiertas de lodo y agua. Los techos fueron arrancados por la corriente o se hundieron bajo el peso del barro y las ramas arrastradas por la crecida.

El lodo también cubrió las calles, sobre las cuales quedaron tendidos restos de colchones, controles remotos y muebles, entre otros retazos de viviendas arrasadas.

«La situación fue muy crítica, muchos amigos perdieron casas, perdieron todo lo que tenían», explicó Lucimaria, una trabajadora doméstica de 42 años, al equipo de AFP.

Entre el 23 y el 24 de enero, en la región de Belo Horizonte cayeron 171,8 milímetros de precipitaciones en 24 horas, un récord desde el inicio de esos registros en 1910. Y desde entonces prácticamente no para de llover.

Las precipitaciones llevaron a las autoridades a decretar el estado de emergencia en un centenar de ciudades de la región, donde bomberos y policías trabajan en la busca de desaparecidos.

El último boletín oficial, divulgado la tarde de este lunes, señala 47 muertos, cuatro desaparecidos, 65 heridos, unos 14.600 desalojados y casi 3.400 personas sin abrigo.

El lunes por la tarde llovió nuevamente en Belo Horizonte. Defensa Civil advirtió sobre el riesgo de nuevos deslizamientos, en tanto que las personas desalojadas llegan a albergues provisorios.

La posada Piauí, en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, acogió desde el viernes a unas 250 personas que se vieron obligadas a evacuar sus viviendas o que las perdieron bajo las aguas. Actualmente quedan unas 100 y «no hay plazo» para que puedan encontrar otro alojamiento.

El temporal también dejó miles de desalojados en los vecinos estados de Espirito Santo, donde la semana pasada hubo nueve muertos, y Rio de Janeiro.

La intensidad de las precipitaciones se debe a la coincidencia poco frecuente de la llamada Zona de Convergencia del Atlántico Sur (ZCAS) con un sistema de baja presión sobre el océano. La ZCAS es un corredor de humedad que va de la selva amazónica, en el norte de Brasil, hasta la región sudeste.

Para los próximos días, los servicios oficiales de meteorología prevén «lluvias típicas» de la temporada, con chaparrones en puntos aislados.

«El agua subió muy rápido»

Las lluvias dejaron un rastro de deslizamientos de tierras, casas derribadas y barrios inundados en muchos municipios de Minas, un estado con una topografía muy accidentada, cruzada por numerosos ríos.Defensa Civil y la Cruz Roja lanzaron una campaña para recibir todo tipo de donaciones para auxiliar a los desalojados de sus casas, a menudo construidas en cerros en condiciones irregulares, considerados zonas de riesgo.

Muchos de ellos fueron a pasar la noche en casas de parientes y amigos, y otros acudieron a los albergues habilitados por las alcaldías.

La casa de la tía de Elaine de Almeida, en Sabará, sufrió los estragos del temporal durante el fin de semana.Este lunes, ambas intentaban entrar para recuperar las pertenencias, pero el portón estaba trabado por el lodo y tuvieron que desistir.

«El agua subió muy rápido, tuvo que saltar por los muros. No consiguió salvar nada. Lo perdió todo, todo», refiere la sobrina.Frente a la casa había una cancha de fútbol, pero ahora está enterrada bajo el lodo marrón. Y un pequeño parque de ejercicios quedó completamente destruido, con restos de plantas y árboles caídos alrededor.

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