AFP.-
Colombia solicitó a Estados Unidos la extradición del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, condenado a más de 15 años de prisión en el país norteamericano por narcotráfico, informaron este martes fuentes oficiales.
El ministerio de Justicia y la fiscalía hicieron el requerimiento para que Mancuso «comparezca ante la jurisdicción colombiana, con el fin de garantizar la consecución de la verdad, reparación y no repetición que merecen las víctimas de los delitos que se le atribuyen», indicaron las entidades en un comunicado conjunto.
El pedido fue realizado el 15 de abril, agregó el texto.
Mancuso fue uno de los máximos líderes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), una organización de ultraderecha considerada terrorista por Estados Unidos y que se desmovilizó en 2006 durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe (2002-10).
También conocido como «El Mono», Mancuso fue extraditado en 2008 señalado de continuar delinquiendo tras desmovilizarse. En la nación norteamericana se declaró culpable de narcotráfico y fue condenado a 15 años y ocho meses de prisión.
Las autoridades estadounidenses lo señalaron de usar el dinero de la droga para crear y armar una fuerza paramilitar de más de 30.000 combatientes, muchos de los cuales dejaron las armas en el marco de un proceso con el gobierno que establecía menores penas a cambio de verdad y reparación a las víctimas.
El juicio en Estados Unidos no versó sobre las acusaciones de homicidios, violaciones y desapariciones forzadas cometidas por las AUC, por las que el exparamilitar fue sentenciado a ocho años de cárcel en Colombia.
El fallo en Colombia significa que Mancuso deberá pagar ocho años de cárcel una vez regrese al país tras haber cumplido la sentencia estadounidense. Desde que fue extraditado, organizaciones de víctimas y defensoras de los derechos humanos han exigido su retorno para que responda por sus delitos.
Las AUC reunieron a varios grupos de paramilitares de extrema derecha que combatieron a las guerrillas de izquierda en el conflicto armado colombiano, en el que durante más de medio siglo han participado además agentes estatales y bandas narcotraficantes.
Aunque la desmovilización paramilitar y el acuerdo de paz de 2016 que disolvió a la guerrilla FARC aliviaron la conflagración, Colombia aún vive una guerra interna que deja más de ocho millones de víctimas entre muertos, desplazados y desaparecidos.