San José, (IICA).-
El evento formó parte del Ciclo de Conferencias 2023 de APIA y fue organizado en conjunto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Se realizó en formato virtual y fue seguido por más de cien ingenieros agrónomos y otros profesionales de 23 países del continente.
La ciencia y la innovación serán, cada vez más, aliados decisivos de la agricultura, en un contexto en el que tanto la seguridad alimentaria como la reducción del impacto ambiental de la producción están al tope de la agenda global.
Así lo advirtieron especialistas convocados por la Asociación Panamericana de Ingenieros Agrónomos (APIA), en un debate de alto nivel en el que se exploraron caminos para aumentar la producción, la eficiencia y la sostenibilidad de la producción agroalimentaria en un marco de cambio climático y pérdida de biodiversidad.
El evento formó parte del Ciclo de Conferencias 2023 de APIA y fue organizado en conjunto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Se realizó en formato virtual y fue seguido por más de cien ingenieros agrónomos y otros profesionales de 23 países del continente.
La conferencia hizo foco en las implicancias para el agro de las decisiones que se tomaron en las Conferencias de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 27) y sobre Biodiversidad (COP 15), que se realizaron a fines de 2022 en Egipto y en Canadá, respectivamente.
Los oradores fueron el Presidente de la Confederación de Ingenieros Agrónomos de Brasil y Vicepresidente para el Cono Sur de APIA, Kleber Santos; el Director de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Israel, Daniel Werner; y el Director General del IICA, Manuel Otero.
El presidente de APIA, Octavio Pérez Pardo, quien abrió la conferencia, afirmó que los ingenieros agrónomos son actores centrales en las discusiones que entrecruzan producción y ambiente, ya que están fuertemente involucrados en la definición de acciones y políticas innovadoras. “Somos los encargados de transferir conocimientos desde la academia y los centros de investigación, que son fundamentales tanto para grandes y medianos productores como para agricultores familiares”, sostuvo.
Transferencia de capacidades y tecnologías
Daniel Werner, ingeniero agrónomo argentino radicado hace 40 años en Israel e importante funcionario en el área de Agricultura de ese país, hizo un análisis de los compromisos asumidos por las distintas naciones relacionados con la producción alimentaria en el marco de las directivas del Acuerdo de París sobre cambio climático.
Werner hizo hincapié en la necesidad de transferir conocimientos y tecnologías a los agricultores en el actual contexto.
“El 74% de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, que son los planes de acción climática de cada Estado, identifican al fortalecimiento de capacidades como un elemento indispensable para implementar las medidas y las políticas que nos van a permitir abordar la mitigación del cambio climático”, afirmó.
El funcionario israelí sostuvo, en ese sentido, que América Latina y el Caribe tienen mucho camino por recorrer tanto en educación de los productores, como en aumento de la inversión en tecnología, para hacer frente a los desafíos del momento.
Por su lado, el agrónomo brasileño Kleber Santos, que participó en diciembre en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad que tuvo lugar en Montreal, se refirió a lo discutido allí y, particularmente, a la adopción del Marco Global de Biodiversidad.
“Este instrumento es equivalente en importancia al Acuerdo de París, que estableció los objetivos del mundo en cuanto a mitigación del cambio climático. Es un marco global con metas para combatir la pérdida de biodiversidad en el planeta y promover acciones de restauración”, explicó.
Entre los objetivos están la conservación y la gestión eficaz de al menos el 30% de la tierra, las aguas continentales, las zonas costeras y los océanos, con énfasis en las áreas de particular importancia para la biodiversidad y el servicio de los ecosistemas. Santos consideró que se trata de temas insoslayables para la actividad agropecuaria.
Ciencia e innovación, ante la crisis
A su turno, Manuel Otero hizo un análisis de las amenazas que se plantean en el contexto internacional y se refirió a la severa crisis que enfrenta América Latina y el Caribe: “Recién ahora estamos saliendo de la pandemia, que generó un retroceso muy duro de nuestro Producto Interno Bruto, mayor al del resto del mundo. Hemos retrocedido en materia de seguridad alimentaria y estamos en una situación grave, de la cual debemos salir fortalecidos con la agricultura como elemento articulador”, afirmó.
El Director General del IICA señaló a la ciencia y la innovación como elementos transformadores, que ya son pilares de muchas acciones positivas que se están llevando adelante en la región.
“Nuestro objetivo –sostuvo- debe ser la industrialización de la producción primaria. La producción permanente de commodities para el mundo no nos hace bien. Por eso debemos sumar conocimiento y tecnologías y entender que los mercados internacionales son dinámicos en sus demandas”.
Otero dijo que será el conocimiento lo que permitirá alcanzar logros como la producción de alimentos en ambientes en los que hasta hace poco parecía imposible.
“Estamos ante una nueva frontera de la ciencia y la tecnología y por ello debemos seguir fortaleciendo nuestros sistemas de investigación vinculados al agro”, afirmó Otero, quien ponderó la importancia de instituciones como EMBRAPA, de Brasil, y el INTA, de Argentina, con los que el IICA tiene un fuerte vínculo de trabajo conjunto y colaboración.
“Es necesario apostar a una agricultura innovadora y es necesario aumentar la inversión en investigación. A diferencia de lo que sucede en países desarrollados, donde por cada 100 dólares que aporta el agro a la economía se reinvierten 3 dólares, en América Latina pocos reinvierten más de un dólar. Esto es preocupante”, sostuvo.
“Hay una nueva agricultura –concluyó el Director General del IICA- y debemos posicionarnos sin demora para atender las demandas globales, que hoy exigen una agricultura climática y nutricionalmente inteligente, que haga una agregación eficiente de valor a partir de la ciencia y la tecnología y sea socialmente responsable”.
También participó del evento el Subdirector general y Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, Mario Lubetkin, quien dijo que el desafiante escenario que enfrenta el mundo y la región en torno a los sistemas agroalimentarios demanda respuestas coordinadas. Lubetkin consideró que América Latina y el Caribe pueden producir alimentos para el doble de su población, a pesar de lo cual el 40% de sus habitantes sufrió inseguridad moderada o grave en 2022.