La Habana | EFE.-
Unas 9.916 habaneros tuvieron que dejar sus hogares, dañados por el intenso tornado que hace más de una semana azotó la capital cubana, donde dejó seis muertos, 195 heridos y un saldo de más de 4.800 viviendas afectadas que crece cada día, publican este miércoles medios oficiales del país caribeño.
En una reunión del Consejo de Ministros de la isla encabezada por el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, se dio a conocer que la mayoría de los damnificados permanecen en casas de familiares y en un menor número en albergues estatales.
El reporte actual de hogares dañados en los distritos habaneros de Diez de Octubre, Regla, Guanabacoa, Habana del Este y San Miguel del Padrón ya casi cuadriplica el número inicial de 1.238 casas derruidas total y parcialmente tras el tornado, una situación que agudiza la seria escasez de vivienda que sufre el país.
Brindar una solución inmediata a las edificaciones con «daños puntuales» es prioridad para el presidente cubano, que pidió a sus ministros trabajar con «prontitud» en los hogares con afectaciones parciales, las más fáciles y rápidas de reparar.
Díaz-Canel también llamó a «organizar y viabilizar» el trabajo en las oficinas donde se recogen los datos de los damnificados, trámite que debe hacerse con «premura pero con calidad» para minimizar errores que prolonguen el tiempo de espera de las familias, reseña una nota de la estatal Agencia Cubana de Noticias.
El Gobierno cubano vende a mitad de precio los materiales de construcción a las familias afectadas que hayan reportado su situación a las oficinas de trámite municipales, donde se ha atendido a unas 5.000 personas hasta ayer martes, aseguró la ministra cubana de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños.
Los establecimientos de venta han extendido sus horarios de trámite en los barrios afectados.
En el caso de quienes perdieron completamente sus hogares, el Estado se comprometió a adaptar locales para el alojamiento temporal en algunos casos.
El pasado domingo 27 de enero La Habana fue sorprendida por un intenso tornado que azotó cinco distritos del este de la capital con vientos que superaron los 300 kilómetros por hora.
A diez días del desastre se han recogido más de 200.000 metros cúbicos de escombros, entre restos de paredes, techos, coches arrastrados por las ráfagas y postes de alumbrado.
La caída de 1.600 árboles entorpeció el saneamiento de las zonas devastadas, que ya cuentan con servicio eléctrico y abasto de agua potable.
El presidente del Gobierno en La Habana, Reynaldo García, informó que actualmente funcionan 28 centros de recepción de donativos para los damnificados, un «proceso que continúa ganando en organización», insistió.
Horas después del desastre, los cubanos de dentro y fuera de la isla protagonizaron una inédita movilización espontánea, ayudada por el cada vez mayor acceso a internet en el país, para llevar asistencia a las víctimas sin esperar al Estado cubano, que hasta ahora acostumbraba a centralizar la ayuda tras un desastre natural.
En redes sociales varios voluntarios han publicado incidentes con autoridades de los distritos afectados, quienes inicialmente llegaron a rechazar donativos privados aunque posteriormente el Gobierno reconoció que «hubo confusión» y comenzó a aceptar todas las ayudas.