Cardenal hondureño pide no ser indiferentes ante tantas vidas rotas

Tegucigalpa | EFE.-

El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez les pidió este domingo a sus compatriotas no ser indiferentes ante tantas vidas rotas en su país, por diversas formas de discriminación y la pandemia del coronavirus.

«Con dolor vemos cómo va aumentando el número de muertos de esta pandemia, pero cuántas veces hemos sido indiferentes ante el número de todos los asesinados, de todos aquellos que terminan encostalados, como se dice, indiferentes», subrayó Rodríguez en la misa dominical en la Basílica Menor de Suyapa, en Tegucigalpa, sin creyentes, a causa del coronavirus.

Agregó que «no podemos hoy ser indiferentes ante tantas vidas rotas a causa de diversas formas de discriminación y de exclusión que generan tanto sufrimiento injusto y humillante».

El religioso señaló que en las circunstancias actuales del mundo, y de Honduras en particular, «la respuesta es cuidar la salud de todo nuestro pueblo, no actuando irresponsablemente, siguiendo las medidas de salud para que podamos vencer este virus».

«No es broma, y vemos con tristeza, que algunas personas irresponsablemente están ya difundiendo el virus. Estamos viendo cómo va subiendo el número de los contagiados y así va a subir el número de los muertos, Dios no lo quiera», dijo Rodríguez.

El coronavirus ha dejado hasta ahora en Honduras 1.010 contagiados y 76 muertos, según registros, hasta el sábado, del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).

CUMPLIR CON INDICACIONES PARA EVITAR CONTAGIOS

El cardenal recalcó que para evitar el contagio de la mortal enfermedad hay que cumplir con todas las indicaciones para vencer ese mal que han contraído más de 3 millones de personas en el mundo, mientras que los muertos ya suman 238.000, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En Honduras, no todos, por diferentes razones, están cumpliendo con el confinamiento ordenado por el Gobierno desde mediados de marzo, cuando se confirmaron los primeros tres casos de COVID-19.

Rodríguez dijo que, «sin duda alguna, es difícil este tiempo que estamos viviendo en confinamiento, pero eso también tiene una dimensión espiritual».

«La manera de vivir, la solidaridad, la manera de vivir la caridad con los hermanos está en soportar con paciencia el hecho de que no podemos volver a las actividades ordinarias, pero es precisamente por amor para que Honduras se libre de este mal», añadió.

Expresó que el confinamiento no es estar en la cárcel, sino cada quien en su hogar, cuidando que no entre el contagio y no siendo irresponsables saliendo sin las medidas necesarias de salud.

CORRUPCIÓN, PEOR DURANTE PANDEMIA

El prelado lamentó que en los últimos días se haya venido escuchando sobre el supuesto mal manejo de fondos públicos para enfrentar la pandemia de coronavirus, lo que han denunciado y condenado organizaciones de sociedad civil, entre ellas la Conferencia Episcopal y la Pastoral Católica CÁRITAS.

«Y roba aquel carterista, aquel asaltante, pero también roba aquel que hace mal uso de los fondos públicos, también roba aquel que quiere defraudar, como tristemente hemos venido escuchado en estos últimos tiempos», subrayó el cardenal Rodríguez.

«Ladrón y bandido le puede decir el señor Jesús a todo aquel que toca lo que no es suyo, y peor todavía en tiempos de esta pandemia si los fondos no son bien usados, escrupulosamente usados, sin buscar otro tipo de motivaciones. Son ladrones, son bandidos, se los dice el señor Jesús, buen pastor», acotó.

A manera de ejemplo, dijo que los ladrones se apropian de lo que pertenece a todos, le quitan al pueblo lo que es suyo, le quitan la libertad; y bandido, porque usan la violencia contra el pueblo, reduciéndolo a un estado de hambre, de miseria y de muerte.

«No es esa una realidad lamentable en nuestra Honduras de hoy, cuánto robo, cuánta violencia, cuánta muerte», exclamó Rodríguez en la misa, transmitida por los medios electrónicos de la iglesia católica y redes sociales.

El prelado indicó que hay muchas formas de estar encerrados, como en el pecado, el egoísmo y la violencia, y que los pueblos necesitan de buenos pastores para que los guíen.

«Padres de familia, por favor, cuiden sus hogares, cuiden esas medidas de prevención, es manera de ser buenos pastores», apostilló.

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