Belice.-
- Actualmente, 19 países en el mundo cuentan con mediciones multidimensionales nacionales de la pobreza
Poner fin a la pobreza en todas sus formas para el 2030 se ha convertido en uno de los principales retos de los países de la región SICA. Cada vez es más urgente tener una imagen más completa de las personas que viven en la pobreza. Ante ese compromiso, la introducción de los Índices de Pobreza Multidimensional ha renovado los esfuerzos para mejorar la evaluación de la focalización sinérgica de las políticas públicas y la medición de los impactos en la vida de las personas. Actualmente, 19 países en el mundo cuentan con mediciones multidimensionales nacionales de la pobreza.
Durante los últimos años, los países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) han experimentado una mejora en el instrumental técnico-operativo de las políticas públicas necesario para contribuir a la efectividad de la reducción de la pobreza. Al 2019, Costa Rica, El Salvador, Panamá, Guatemala, Honduras y República Dominicana ya cuentan con sus propias metodologías para el cálculo de Índice de Pobreza Multidimensional (IPM).
Ante este contexto, funcionarios técnicos de Belice, El Salvador, Panamá y República Dominicana; y expertos del PNUD, se reúnen para apoyar e impulsar a Belice en la creación e implementación de su IPM nacional, a través de un intercambio de buenas prácticas en el que los países de la región puedan compartir su experiencia en el diseño de su medida y cómo esta nueva herramienta les ha permitido fortalecer sus políticas públicas con base a evidencia.
El evento es una iniciativa del Consejo de Integración Social Centroamericana (CIS) y la Secretaría de la Integración Social Centroamericana -SISCA- con apoyo del Programa Panamá Coopera y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
CONTEXTO
El IPM es un instrumento técnico que permite orientar y diseñar políticas públicas en torno a la erradicación de la pobreza y el reconocimiento de los derechos de la población, con base a evidencia. Cada medición de pobreza multidimensional es adaptada a las particularidades y prioridades de cada país que permita un acercamiento a su realidad. Su creación exige, entre múltiples aspectos, la generación de un consenso político-técnico, que parte de concebir que la problemática de pobreza va más allá de los ingresos a los cuales una persona u hogar puede acceder, abarcando hasta las necesidades y aspiraciones más sentidas por la población.
Sin embargo, su potencial para transformar el ciclo de las políticas públicas será limitado si no se acompaña de iniciativas que reduzcan los vacíos institucionales de los sistemas de evaluación en el sector social.