Montevideo, (IICA).-
Las biotecnologías ligadas al sector agropecuario deben ser tratadas con un enfoque basado en ciencia, para evitar la adopción de políticas que afecten injustificada o arbitrariamente el comercio internacional de productos agroalimentarios. Así lo advirtieron los ministros de Agricultura de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, integrantes del Consejo Agropecuario del Sur (CAS), ante la trascendental Conferencia de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (COP 15), que se desarrolla hasta el 19 de diciembre en Montreal, Canadá.
El CAS, foro ministerial de consulta y coordinación de acciones regionales de importantes países productores y exportadores de alimentos, que tienen la responsabilidad de seguir contribuyendo decisivamente a la seguridad alimentaria global, señaló en una declaración que es necesario lograr un desarrollo sostenible y competitivo de la agricultura, incorporando los avances científicos y tecnológicos de forma segura.
El pronunciamiento llevó la firma de Juan José Bahillo, Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina; Marcos Montes, Ministro de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento de Brasil; Esteban Valenzuela, Ministro de Agricultura de Chile; Santiago Bertoni; Ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay y Fernando Mattos, Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay y Presidente pro témpore del CAS.
Los ministros señalaron que los temas de biotecnología deben ser tratados en sus ámbitos específicos y dentro del alcance del Convenio sobre Diversidad Biológica, adoptado en 1992, por el cual la comunidad internacional reconoce los beneficios de la biotecnología y que, a través de análisis de riesgo, es posible hacer un manejo seguro, imprescindible “para evitar políticas o normativas que puedan afectar de forma injustificada o arbitraria el comercio internacional de los productos agroalimentarios y generar perjuicios a los países productores y exportadores, en especial a los países en desarrollo, como los de nuestra región”.
La misión del CAS, cuya sede está en Montevideo, es definir las prioridades de la agenda agropecuaria y tomar posiciones comunes sobre temas de interés regional. El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) ejerce la secretaría ejecutiva del organismo.
Experiencia en el uso de la biotecnología
Los países del CAS, como se señaló en la declaración, cuentan con más de 25 años de experiencia en el análisis de riesgos de organismos genéticamente modificados (OGM) y tienen marcos regulatorios que velan por el uso seguro de las nuevas tecnologías sobre la base de principios científicos sólidos, que garantizan la bioseguridad de sus productos.
Actualmente, estas naciones promueven la adopción de nuevas tecnologías de mejoramiento genético, llamadas en su conjunto New Breeding Techniques (NBT, por sus siglas en inglés), incluyendo la edición génica, las que no necesariamente derivan en productos genéticamente modificados.
Las NBT son nuevas herramientas para contribuir a la producción agroalimentaria, que permiten una mayor eficiencia en el uso de los recursos, mejoran la calidad de los productos y ayudan a alcanzar el desarrollo sostenible, tanto en su aspecto ambiental, como económico y social. Además, existe una democratización en el desarrollo de estas tecnologías, ya que son aplicadas tanto por el sector público como por las pequeñas y medianas empresas.
Los ministros expresaron su preocupación por la connotación negativa a la utilización de la biotecnología moderna que implica la utilización sesgada de ciertos conceptos en los documentos de trabajo de la COP 15, que no tienen en cuenta las oportunidades de mejora del uso bioseguro que estas tecnologías representan.
“Exhortamos a los organismos internacionales a brindar cooperación técnica y apoyo financiero para el desarrollo de las agrobiotecnologías, de acuerdo con las necesidades y prioridades de nuestros países del CAS”, señalaron los ministros.
Además, se comprometieron a seguir trabajando para implementar mecanismos de financiamiento adecuados, inversiones en nuevas tecnologías e innovaciones orientadas a incrementar la productividad de forma sostenible, con el fin de obtener alimentos inocuos y de calidad.
Los países del CAS, finalmente, ratificaron su vocación de trabajar en forma conjunta para contribuir a reducir la inseguridad alimentaria y asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos, para beneficio de las actuales y futuras generaciones.