Académicos de las ciencias veterinarias de Iberoamérica, reunidos en sede del IICA, advierten que buenas prácticas agropecuarias son esenciales para preservar salud de personas, animales y ecosistemas

Arturo Anadón, Secretario General Permanente de la Asociación Iberoamericana de Academias de Ciencias Veterinarias (AIACIVET), agradeció la disposición del IICA para realizar este encuentro y aumentar el nivel de conocimiento, más allá de la academia, sobre el enfoque de Una Salud.
San José, (IICA).-

Los más importantes académicos de las ciencias veterinarias de los países iberoamericanos se dieron cita en la sede central del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en un encuentro inédito en el que advirtieron que las buenas prácticas en la actividad agropecuaria son centrales para la salud de las personas, los animales y la conservación del ambiente.

Con el enfoque de Una Salud, que llama a considerar de manera integral y unificada la salud de los seres vivos y los ecosistemas, la Asociación Iberoamericana de Academias de Ciencias Veterinarias (AIACIVET) realiza en San José de Costa Rica un congreso que consta de dos jornadas de intercambio de conocimientos y debates.

El evento, que culminará con una declaración de intención de trabajo conjunto y coordinado entre las academias que conforman la AIACIVET y el resto de las instituciones participantes, fue abierto por Arturo Anadón, Secretario General permanente de la Asociación, junto al Director General del IICA, Manuel Otero.

Anadón señaló que las academias en ciencias veterinarias “representan los valores de la excelencia e independencia, siendo centros o instituciones de pensamiento, de cultura e investigación avanzada libre y sosegada, que aportan luz sobre los complejos problemas de nuestro tiempo. Las academias, por lo tanto, no son la universidad, no son centros privados de investigación, sino que impulsan la investigación y la transferencia e intercambio de conocimiento”.

“La academia –agregó- debe ser siempre el lugar del diálogo y de la palabra libre sin miedo a la discrepancia, pues en la academia se viene a hablar y también a escuchar a todos, incluso los que piensan de manera diferente. La armonía se refuerza con las ideas y las palabras y no con el silencio”.

Anadón agradeció la disposición del IICA, valoró que una institución con su trayectoria sea escenario del encuentro académico y precisó que la AIACIVET está integrada por la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, la Academia Peruana de Ciencias Veterinarias, la Academia Colombiana de Ciencias Veterinarias, la Academia Veterinaria Mexicana, la Academia Nacional de Veterinaria de la República Oriental del Uruguay, la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria de la República de Argentina, la Asociación Consejo Científico Veterinario de Cuba y la Academia Mexicana de Cirugía Veterinaria.

“Este seminario servirá para que podamos actuar más juntos la academia, los organismos internacionales y los servicios oficiales; para que nos escuchemos, propongamos y enseguida actuemos, ya que los países a quienes nos debemos están esperando”, afirmó Manuel Otero.

“Una de las características que tiene el momento actual es que no hay más tiempo que perder; tenemos que actuar ya, y la única manera de actuar es en redes y plataformas, en proyectos en los que acordemos una hoja de ruta, concreta. Tenemos que enfocarnos en cómo hacemos para avanzar y trabajar para mejorar la calidad de vida de la gente”, señaló el Director General del IICA.

Participan en la reunión, además de los miembros de la institución, invitados especiales de universidades y centros de excelencia comprometidos con el tema y representantes de organismos internacionales y de gobiernos, de manera presencial y virtual.

El evento lleva por título “Desafíos de la Resistencia Antimicrobiana (RAM) bajo el Enfoque Una Salud” y recoge las experiencias de los distintos países enfocadas en la resistencia antimicrobiana.

Si bien el enfoque de Una Salud se remonta a los orígenes de la medicina, ha sido tomado e impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a comienzos de este siglo. Esta mirada utiliza los vínculos estrechos e interdependientes que existen entre la salud de personas, animales y ambiente para establecer nuevos métodos de vigilancia y control de enfermedades.

En ese sentido, el presidente de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria de la República de Argentina (ANAV), Jorge Errecalde, quien abrió el encuentro con una presentación magistral titulada “Una Salud y Resistencia Microbiana: una nueva forma de trabajo”, señaló que el uso inadecuado de antibióticos no solo en medicina, sino también agricultura y acuicultura, se ha asociado a las emergencias sanitarias a lo largo de la historia.

“Vivimos inmersos en un mar de microorganismos, que circulan más libremente que el dinero. No hay fronteras entre los países para estos los seres vivos”, advirtió Errecalde.

El experto puntualizó que las poblaciones rurales están entre las más expuestas a la resistencia microbiana por su contacto con el ambiente y señaló, en consecuencia, que las buenas prácticas agrícolas son esenciales cuando se emplean organismos genéticamente modificados y se aplican fertilizantes y plaguicidas y se refirió particularmente a la importancia del tratamiento de efluentes de la producción agropecuaria.

“La calidad de los alimentos que la población consume comienza en la producción primaria. Se debe asegurar la higiene en toda la cadena y garantizar buenas prácticas de manufactura”, afirmó.

Los antibióticos naturales han existido por billones de años y han servido de defensa e incluso como señales y hoy los genes crean resistencia por el uso indiscriminado de antibióticos, dijo Errecalde, quien llamó la atención acerca de que las plantas de depuración de aguas muchas veces no remueven las bacterias resistentes, por lo cual estas se trasladan a los alimentos.

“Se debe usar antimicrobianos lo menos posible, pero todo lo necesario”, puntualizó Errecalde, quien se refirió particularmente a la problemática de los países en desarrollo, que generalmente carecen de inversión en infraestructura y padecen la falta de personal entrenado, por lo cual sufren un descenso en la productividad en cuanto se reduce el uso de antibióticos. “La presión antimicrobiana en los países en desarrollo debe hacerse en forma paulatina, porque puede afectar la seguridad alimentaria”, advirtió.

Elías Barquero, de la Universidad Nacional de Costa Rica, y Heylin Fernández, del Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) de Costa Rica, contaron la experiencia del país centroamericano en la identificación y estudio de los agentes bacterianos que causan enfermedades al ganado.

Lisette Lapierre, de la Universidad de Chile, y Tania Herrera, del Ministerio de Salud de este país, relataron los pasos dados por la nación andina, en la que el plan nacional de resistencia contra los antimicrobianos es una política pública con colaboración de la academia.

Por Argentina, Gabriel Gutkind, de la Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica, y Jorge Neira, de la Academia Nacional de Medicina, tocaron, entre otros temas, la relación entre la degradación de los suelos, que es un problema extendido en las Américas, y la salud humana.

El presidente de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria de la República de Argentina (ANAV), Jorge Errecalde, puntualizó en su participación que las poblaciones rurales están entre las más expuestas a la resistencia microbiana por su contacto con el ambiente.

Diódoro Batalla, de la Academia Veterinaria Mexicana, habló de las acciones que se llevan adelante en ese país para combatir la diseminación microbiana a través de alimentos, particularmente de origen animal. Por su lado, Iang Rondón Barragán, de la Academia Colombiana de Ciencias Veterinarias, se refirió a la necesidad de desarrollar protocolos y unificar criterios mínimos para animales.

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