A través del IICA y AGRA, América Latina y el Caribe y África estrechan cooperación para impulsar sostenibilidad agrícola en dos regiones fundamentales para seguridad alimentaria y conservación

Agnes Kalibata, presidenta de AGRA; Manuel Otero, Director General del IICA; y Jack Bobo, Director del Instituto de Sistemas Alimentarios de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido.
San José, (IICA).-

La Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) ratificaron su decisión de trabajar conjuntamente para potenciar el papel de África y América Latina y el Caribe como territorios clave para garantizar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental del planeta.

Agnes Kalibata, presidenta de AGRA, y Manuel Otero, Director General del IICA, participaron de un conversatorio virtual junto a Jack Bobo, Director del Instituto de Sistemas Alimentarios de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, en el que coincidieron además en que los dos continentes deben profundizar su colaboración recíproca y en que la agricultura debe ser considerada parte de la solución a los desafíos que enfrenta la humanidad; no solamente para la problemática de la seguridad alimentaria sino también para la transición energética que está en marcha.

AGRA es una organización que trabaja con actores del sector público y privado para mejorar la adaptación de los agricultores africanos y de sus sistemas de producción al cambio climático, de manera que puedan ser más resilientes ante fenómenos meteorológicos extremos y condiciones adversas. La institución es encabezada desde 2014 por Kalibata, ex ministra de Agricultura de Ruanda y Enviada Especial del Secretario General de la ONU para la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios de 2021.

Kalibata y Otero acordaron el diálogo junto a Bobo, profesor reconocido por su tarea innovadora en comunicación de la ciencia que en octubre recibirá en Iowa, Estados Unidos, el Borlaug CAST Communication Award por parte de la Fundación World Food Prize, para abordar temáticas relacionadas al debate sobre el rumbo que debe asumir la transformación de los sistemas agroalimentarios.

El profesor universitario abrió el diálogo señalando que la agricultura tiene un impacto enorme sobre el ambiente y que, a pesar de ello, unos 800 millones de personas, o el 10% de la población mundial, pasa hambre.

“El 10% de la población con hambre es una proporción inaceptable y por eso, y por la información falsa que circula, mucha gente piensa que los sistemas agroalimentarios son parte del problema. Pero la realidad es que 10% es una proporción mucho menor que en el pasado. En muchos aspectos las cosas están haciéndose bien en la agricultura y por eso es relevante conversar sobre el trabajo de AGRA y el IICA”, dijo Bobo.

El especialista subrayó que tanto el IICA como AGRA han realizado un trabajo muy valioso para que la discusión sobre el futuro de los sistemas agroalimentarios hoy esté al tope de la agenda mundial.

Kalibata señaló que la tarea de AGRA en África es amplia. “Potenciamos la productividad y la sostenibilidad de la agricultura, pero también promovemos mercados inclusivos e impulsamos políticas públicas acordes”, señaló la ex ministra ruandesa, quien subrayó el rol fundamental que cumplen las tecnologías para potenciar a los pequeños agricultores.

“La agricultura de África está en un proceso de transformación en el cual el objetivo es ser más resilientes y producir más, no solo para garantizar la seguridad alimentaria de las personas sino también para lograr una reducción de la pobreza”, explicó.

“Lidiamos en nuestro continente –agregó- con el fuerte impacto del cambio climático y tenemos que adaptarnos. Eso solo podremos hacerlo trabajando en buenas prácticas agrícolas, a partir de una adecuada estrategia ambiental”.

Otero señaló que tanto AGRA como el IICA están comprometidos con la diseminación de buenas prácticas, basadas en ciencia, entre los agricultores familiares de los dos continentes.

“América es un continente heterogéneo, ya que tiene exportadores e importadores de alimentos. Brasil exporta 10 dólares por cada dólar que importa. Los países caribeños, en cambio, apenas generan 3 centavos de exportaciones por cada dólar que gastan en importaciones. Por eso tenemos la misión de ser puentes en el continente para la transferencia de tecnologías, siempre prestando atención al escenario internacional”, dijo Otero.

El Director General del IICA hizo también una referencia a la necesidad de que los gobiernos profundicen acciones para una mayor integración entre América Latina y el Caribe y África.

“La distancia física entre África y América Latina –puntualizó- es de unos 2.800 kilómetros solamente. Es la misma distancia que existe entre Brasilia y Buenos Aires, A pesar de esta proximidad física hay poca relación. Nuestra premisa es mirar hacia el futuro y reconocer que la agricultura es el puente que nos puede unir, ya que los dos continentes vamos a jugar un rol cada vez más decisivo en la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental del planeta”.

Kalibata subrayó el valor de la Declaración sobre Agricultura Sostenible, Sistemas Alimentarios Resilientes y Acción Climática firmada durante la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 28) en los Emiratos Arabes Unidos.

En ese documento, 160 países reconocieron que impactos climático adversos sin precedentes están amenazando la resiliencia de la agricultura y la capacidad de muchas personas, especialmente las más vulnerables, para producir y acceder a alimentos, en un escenario creciente de hambre, malnutrición y tensiones económicas.

“El IICA tiene una voz muy potente en las Américas y AGRA la tiene en África. Tenemos que trabajar juntos en políticas que construyan resiliencia y transiciones que son críticas para nuestras comunidades. Nuestra prioridad debe ser que los pequeños agricultores tengan acceso a tecnologías para adaptarse al cambio climático y puedan seguir alimentando al mundo”, concluyó.

Cooperación birregional

El IICA y AGRA sellaron en los últimos años una alianza en base a la convicción de que ambos continentes enfrentan desafíos comunes para avanzar hacia la transformación de sus sistemas agroalimentarios y pueden obtener grandes beneficios a través del trabajo conjunto en el marco de la Cooperación Sur-Sur.

Así, junto a la Agencia de Desarrollo de la Unión Africana – Nueva Alianza para el Desarrollo de África (AUDA-NEPAD), organizaron en 2022 la Cumbre Ministerial África-Américas sobre Sistemas Agroalimentarios, que reunió a ministros, viceministros y expertos en las áreas de agricultura, medio ambiente y ciencia y tecnología de ambos continentes en la sede central del IICA, en Costa Rica.

El esfuerzo de cooperación también se puso de manifiesto este año, cuando AGRA y el IICA lanzaron la iniciativa conjunta birregional “Suelos Vivos” que, tras un exitoso recorrido en las Américas, busca restaurar tierras degradadas, rehabilitar suelos ácidos, aumentar la productividad agrícola y del paisaje y mejorar la resiliencia climática en los sistemas agroalimentarios africanos.

El proyecto Suelos Vivos en las Américas se desarrolla en varios países del hemisferio occidental desde hace cuatro años, con el liderazgo del IICA y el científico Rattan Lal, considerado la máxima autoridad mundial en ciencias del suelo.

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