Por Elvis Gómez Mena | Editor de Opinión | cawtv.net.-
Son dignas de admiración las personas que con fidelidad mantienen sus ideales y son coherentes con el sentir, pensar y actuar – están dispuesto a dar hasta la vida por los mismos. Y los encontramos en todos los terrenos, la religión, la política, los sindicatos, la familia, el magisterio, las ciencias, la medicina. Son hombres y mujeres que han sido cautivados por un gran ideal y que viven en torno a él, ofrendando lo mejor y preciado de sí mismos para que se realicen. De ahí nacen los grandes misioneros, descubridores, científicos, políticos, médicos, soldados, educadores, padres de familia, y siempre se distinguen por su fidelidad a la causa. Los ves que sacrifican lo que sea con tal de que su ideal se materialice. Son los que hacen historia, marcan la diferencia, crean un estilo de vida donde lo sublime se conjuga con lo cotidiano y en ocasiones realizan actos que impactan a la humanidad. Aunque esto último no es esencial, ya que en lo rutinario de la vida el heroísmo es notorio en el silencio de los padres de familia que dejan de comer para que los hijos se alimenten. Trabajan día y noche para que sus hijos estudien. Sacrifican la salud y cualquier comodidad con tal que sus hijos concluyan sus estudios superiores. Lo vemos en los maestros que se desgastan enseñando a generaciones el conocimiento. Lo vemos en jueces, policías, taxistas, sacerdotes, que se consumen lentamente para que las cosas mejoren.
Los héroes son personas que hacen proezas, siendo creativos, valientes, decididos, transparentes. Hacen todo con tal que sus sueños, sus metas se realicen. Creen en Dios y en sí mismos. Creen en la causa que siguen. Destacan porque hacen lo que haga falta para mover las cosas. Son personas que están dispuestas, si el caso lo amerita, de acabar la lucha solos con tal de cumplir sus ideales. Tienen como meta el bien común. Y están dispuestos a poner toda la carne en el asador con tal de que las cosas se cumplan. Y pueden llegar al martirio, ofrecer sus vidas, con tal de que se cumplan sus ideales. Muchas veces se da un martirio incruento, donde poco a poco van dejando la vida en su lucha por hacer de este mundo un lugar mejor para todos.
Necesitamos más héroes y mártires en nuestro mundo. Hay mucho individualismo, egoísmo, indiferencia, mediocridad. Por eso no avanzamos. Nos quedamos en el camino estancados, porque las obras buenas quedan paralizadas, porque no hay nadie que las continúe: La gente huye del compromiso, del sacrificio, del dolor. Prefieren llevar una vida gris, opaca, triste, antes de sufrir por amar.