Managua | EFE.-
El Gobierno de Nicaragua recordó este viernes a Agustín Farabundo Martí Rodríguez, líder comunista salvadoreño y máximo impulsor de un levantamiento campesino en 1932, en ocasión del 87 aniversario de su fusilamiento.
«Hoy se están ya cumpliendo 87 años del tránsito a la inmortalidad de Agustín Farabundo Martí Rodríguez, guerrillero heroico, salvadoreño, quien vino a Nicaragua y fue nombrado por nuestro general de hombres y mujeres libres (Augusto C. Sandino), secretario suyo», dijo la vicepresidenta y primera dama nicaragüense, Rosario Murillo, a través de medios oficiales.
Murillo recordó que Sandino nombró a Martí «coronel efectivo del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua» a finales de los años 20 del siglo pasado.
La vicepresidenta nicaragüense catalogó a Martí como un «gigante salvadoreño, representante de la dignidad y la mística de nuestros pueblos».
«Se nos mezclan los nombres cuando pensamos en lo elevado del espíritu de nuestros héroes, nuestros próceres, nuestros mártires, nuestra inspiración, nuestros legados», destacó.
Asimismo, Murillo consideró que Martí fue un ser humano especial que vino «a cumplir una misión a este plano de vida».
«Misiones inmortales. Nos dejaron el deber de cantar, el deber de vivir, el deber de luchar, el deber de acompañar todas las batallas de nuestros pueblos con la dignidad y la fuerza espiritual en alto; el deber de resistir, el deber de combatir», resaltó.
El pensamiento de Martí sigue vigente en el exguerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), actualmente en el poder en El Salvador, que tomó su nombre para integrar, en 1980, a cinco organizaciones revolucionarias.
Martí nació el 5 de mayo de 1893 en el poblado de Teotepeque, unos 52 kilómetros al suroeste de San Salvador, como el sexto hijo de 14 procreados por Pedro Martí y Socorro Rodríguez, dueños de unas 1.200 hectáreas de terrenos utilizados para labores agrícolas.
En 1914, inició sus estudios en jurisprudencia en la estatal Universidad de El Salvador y en 1920, por su constante actividad política contra el Gobierno, se exilió en Guatemala, donde trabajó como obrero y jornalero experimentando las necesidades y la opresión sufrida por la clase trabajadora.
Además, fue partícipe de la lucha impulsada por Augusto Sandino, en Nicaragua, luego de que la Liga Antiimperialista de las Américas lo nombrara su representante en ese país, en 1928.
A su regreso a El Salvador, en 1930, fundó el Partido Comunista Salvadoreño (PCS), una de las organizaciones que integraron al FMLN en 1980.
El 22 de enero de 1930, Martí impulsó un fallido levantamiento campesino en la zona occidental del país en contra de la dictadura del general Maximiliano Hernández Martínez (1931-1944).
Durante el levantamiento, miles de campesinos y obreros armados con machetes tomaron el control de varias poblaciones, sin embargo, fueron repelidos a fuego de metralletas por orden de Martínez.
Según diversas fuentes, el levantamiento -convertido en la más sangrienta matanza que registra la historia salvadoreña- dejó unos 30.000 muertos, aunque otras fuentes afirman que el número de campesinos e indígenas asesinados pudo haber sido menor tomando en cuenta las condiciones demográficas de ese país en esa época.
Martí, junto a sus compañeros universitarios Alfonso Luna, Mario Zapata y otros líderes del levantamiento, fueron fusilados por ordenes de Martínez el 1 de febrero de 1932.
