El compromiso de Ortega es «seguir», dice la vicepresidenta de Nicaragua

Tomado de Agencia EFE.-

La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, afirmó este miércoles que el compromiso de su esposo, el presidente Daniel Ortega, es «seguir desarrollando nuestro programa», horas después del inicio de las negociaciones entre el Gobierno y la oposición, para buscar una salida a la crisis sociopolítica del país.

«El compromiso de nuestro comandante Daniel es seguir desarrollando nuestro programa cristiano, solidario, para garantizar derechos esenciales a todas las familias nicaragüenses», dijo Murillo, a través de medios del Gobierno.

En las negociaciones la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia busca que se haga justicia con las víctimas de la violencia y el adelanto de las elecciones de 2021 como salida pacífica a la crisis, pero hasta ahora el Gobierno no ha detallado sus intereses.

La crisis que vive Nicaragua, que se inició el 18 de abril pasado con protestas contra unas reforma a la seguridad social, se convirtió en la exigencia de la renuncia de Ortega y Murillo debido al saldo mortal en las manifestaciones antigubernamentales.

Un diálogo nacional entre el Gobierno y la Alianza Cívica, iniciado en mayo pasado con el objetivo de que Ortega abandonara el poder por medio de elecciones adelantadas, tras ser señalado por diversos sectores como responsable de muertes, encarcelamiento y torturas de manifestantes, pero este lo abandonó en julio, alegando un «golpe de Estado fallido», cuya teoría no ha tenido eco.

Analistas locales sostienen que el objetivo de Ortega con las nuevas negociaciones es ganar tiempo en el poder y evitar más presiones de Estados Unidos y nuevas sanciones de la Unión Europea, ya que no ha dado muestras de aceptar el adelanto de elecciones.

En su discurso, Murillo prometió un estilo de Gobierno «cristiano, solidario, de humanidad», dejando por fuera el concepto de «socialista» que le caracterizó desde que Ortega asumió el poder en 2007.

La crisis sociopolítica que Nicaragua vive desde abril pasado ha dejado entre 325 y 561 muertos, de 340 a 777 detenidos, cientos de desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio, según organismos humanitarios.

El presidente reconoce 199 muertos y 340 detenidos, a los que llama «terroristas», «golpistas» o «delincuentes comunes».

Ortega, quien lleva doce años en el poder de manera continua, no acepta responsabilidad de la crisis ni tampoco las acusaciones generalizadas sobre graves abusos de las autoridades contra los manifestantes antigubernamentales, y denuncia ser víctima de un intento de «golpe de Estado fallido».

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha insistido en que el Gobierno de Nicaragua ha cometido crímenes «de lesa humanidad», mientras que la aplicación de la Carta Democrática Interamericana (CDI) está en proceso en la Organización de Estados Americanos (OEA).

En la imagen, la vicepresidenta nicaragüense, Rosario Murillo. EFE/Archivo

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