Áreas protegidas de Nicaragua más resilientes y fortalecidas

Managua.-

En las verdes y fértiles montañas de la reserva natural Serranía de Dipilto y Jalapa en Nueva Segovia, Nicaragua, nacen las esperanzas de pequeños productores de café, quienes, además de cultivar el «grano de oro», contribuyen activamente a la conservación y restauración de los bosques, asegurando no solo agua segura para el consumo humano, sino también fortaleciendo sus actividades productivas.

Con una trayectoria de 35 años como caficultor, Jiuver Aguilar, propietario de la finca Monte Sumba en la comunidad El Pinabete, comarca Los Arados, municipio de Mozonte, lidera con diez trabajadores una serie de acciones para preservar sus 17 hectáreas boscosas. Entre estas acciones se encuentra el arreglo eco forestal, siembra de frutales y forestales, ronda cortafuego perimetral e intermedia, chapia selectiva de limpieza o liberación, manejo de regeneración natural, poda y raleo silvicultural, vigilancia, reparación de cercas y la construcción de diques de piedra y madera rolliza.

“Es una experiencia muy positiva, porque si no nos preparamos para adaptarnos y mitigar los efectos del cambio climático, difícilmente podremos tener agua y alimentos”, señaló Aguilar.

Las actividades forman parte de las líneas estratégicas de restauración y conservación de bosques, así como de obras de conservación de suelo y agua, integradas en el programa de incentivos ambientales del Proyecto de Adaptación al Cambio Climático Mediante el Fomento y Desarrollo de la Reforestación y Protección de los Bosques, del Programa Multisectorial para la Reactivación Económica y Protección Social (NIC-Solidaria). Una  iniciativa del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) que se desarrolla en el país con el objetivo de fortalecer la resiliencia de las áreas protegidas.

Cerca a la finca de Jiuver, en las Segovias, destaca también el éxito del productor  Jorge Dtorniell Willis en la Finca La Estrella 2, en la comunidad Los Ángeles, en el municipio San Fernando, que con 20 hectáreas aporta a la conservación de bosques mediante el manejo de la regeneración natural, bosques con rotulaciones y rondas cortas fuego, arreglo eco forestal, reforestación, actividades silviculturales para la conservación del bosque, la construcción de diques, filtros y barrera viva y muerta.

“Con este trabajo en conjunto mi perspectiva es cuidar el bosque, hacer rondas y cuidar las fuentes de agua. Además, voy a sembrar árboles y construir barreras donde tenemos más necesidad”, expresó Jorge.

Estos esfuerzos, amor a la tierra y dedicación ejemplar se extienden a diversas zonas del país. Actualmente, los incentivos ambientales han propiciado el desarrollo de 82 asambleas comunitarias con 1,925 productores, la ejecución de 484 planes de acción en fincas de protagonistas, donde el 32% involucra a mujeres, el 14% a comunidades indígenas y el 12% a jóvenes. Además, se han construido 397Obras de Conservación de Suelo y Agua (OCSA), se ha intervenido en 5,681.40 hectáreas (38% ) en restauración y conservación.

Los incentivos ambientales, están dirigidos a fomentar buenas prácticas de manejo en zonas de recarga hídrica en el corredor seco del pino de Nicaragua, apoyar la gestión productiva y sostenible del bosque, así como al manejo y establecimiento de viveros y plantaciones forestales para mejorar la calidad de vida y aportar a la reducción de la pobreza de las familias.

Jairo Orozco, dueño de la finca La Palma en la Reserva Natural Quiabuc – Las Brisas en la comunidad Rodeo Grande, municipio de Estelí, se dedica activamente a la restauración de bosques y obras de conservación de suelo y agua. El pequeño productor subrayó la importancia de la asistencia técnica y capacitaciones recibidas a través del proyecto, afirmando: “Estos incentivos nos vienen a ayudar, no solo a nosotros, también a todos los protagonistas, porque van a proteger más el bosque y a la naturaleza”.

Los productores aliados del proyecto se encuentran en las áreas protegidas:

PROYECTO DE ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO MEDIANTE EL FOMENTO Y DESARROLLO DE LA REFORESTACIÓN Y PROTECCIÓN DE LOS BOSQUES

  • Beneficiarios finales: 101,500 familias protagonistas, dueños de bosques, viveristas, reforestadores, regentes forestales, técnicos forestales, brigadistas voluntarios comunitarios.
  • Área de intervención: Restablecimiento de más de 10,000 hectáreas
  • Tiempo de ejecución: 2 años.
  • Zona de influencia: Cobertura nacional
  • Organismo ejecutor: Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP) coordinado con el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales (MARENA) y el Instituto Nacional Forestal (INAFOR)

OBJETIVO GENERAL:

Contribuir a la gestión productiva y sostenible del bosque y de zonas de recarga hídrica, promoviendo incentivos ambientales en sus diversas modalidades, así como; el fortalecimiento de capacidades que permitirá mejorar la calidad de vida y la reducción de la pobreza, incluyendo el tema de género de manera transversal.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

  1. Promover acciones de adaptación al cambio climático, fomentando la protección de los bosques, restauración del área forestal degradada y la implementación de la forestería comunitaria.
  2. Fomentar el establecimiento y manejo de plantaciones en sus diferentes modalidades, manejo de regeneración natural, monitoreo y control de la cobertura forestal a través de la mesa de Monitoreo, Reporte y Verificación (MRV).

Sobre NIC- Solidaria 

Con un financiamiento por US$300.00 millones, el Programa Multisectorial para la Reactivación Económica y Protección Social (NIC-Solidaria), impacta positivamente en 1,563,470 personas distribuidas  en 15  departamentos del país, así como en las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Norte (RACCN) y Costa Caribe Sur (RACCS). La iniciativa implica la ejecución de 41 proyectos, de los cuales 17 son de índole socio productivos y 24 se enfocan en inversión pública.

La iniciativa se alinea con la Estrategia Institucional 2020-2024 del Banco, centrándose en los ejes estratégicos; Desarrollo Humano e Inclusión Social, Competitividad Sostenible y Sostenibilidad Ambiental y Social.


Acerca del BCIE
El BCIE fue creado en 1960 como el brazo financiero de la integración y el desarrollo de la región. Sus recursos se invierten continuamente en proyectos con impacto en el desarrollo para reducir la pobreza y las desigualdades, fortalecer la integración regional y la inserción competitiva de los socios en la economía mundial, otorgando especial atención a la sostenibilidad del medio ambiente. El BCIE tiene su sede en Tegucigalpa con oficinas en toda Centroamérica.
La solidez financiera del BCIE como el mejor crédito de América Latina se respalda en su alta calificación crediticia otorgadas por las distintas agencias internacionales: Standard & Poor’s con una calificación de AA, Moody’s con una calificación de Aa3, y Japan Credit Rating con AA.
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