Managua | EFE.-
Las actividades que propician aglomeraciones, y que son promovidas por el Gobierno de Nicaragua, persistieron este domingo en diferentes ciudades del país, pese a las críticas por el riesgo que representan ante la pandemia del COVID-19.
Carreras de motocicletas, caminatas grupales, ferias gastronómicas, competencias deportivas, capacitaciones presenciales, viajes a balnearios públicos, fiestas populares, visitas casa por casa, entre otras actividades, se desarrollaron este fin de semana en diferentes partes de Nicaragua, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado distanciamiento social.
Torneos de béisbol, boxeo, voleibol, o de juegos de vídeo, así como desfiles callejeros y clases de manualidad, además de actividades religiosas y fiestas patronales sin la autorización de la iglesia Católica, formaron parte de las actividades de aglomeración desarrolladas en Nicaragua en los últimos dos días.
Antes del fin de semana la esposa del presidente Daniel Ortega, la vicepresidenta Rosario Murillo, había anunciado que unas 1.500 actividades serían desarrolladas entre sábado y domingo, para distracción de los nicaragüenses.
Hasta ahora el Gobierno de Nicaragua únicamente reconoce 13 casos confirmados de COVID-19, incluyendo tres personas fallecidas, todos «importados», sin hacer referencia a los sospechosos, lo que le ha valido para negarse a establecer restricciones o medidas de prevención social frente al coronavirus SARS-coV-2.
Los datos oficiales contrastan con los del independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, que en su último informe, emitido el viernes pasado, reportó 316 casos, los que considera sospechosos en su totalidad, ya que es imposible saber si son confirmados, puesto que el Gobierno tiene el monopolio de las pruebas para determinar si alguien sufre la enfermedad.
El Comité Científico Multidisciplinario, conformado por expertos independientes que estudian la pandemia en Nicaragua, han advertido que los datos sobre el COVID-19 emitidos por el Gobierno podrían no ser reales, ya que es imposible que el nuevo coronavirus se comporte en el país de una forma diferente a la del resto del mundo.
Los científicos consideran que es altamente probable que el COVID-19 ya esté diseminado en Nicaragua, a pesar de que el Gobierno de Ortega se niegue a reconocerlo.
Organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), han expresado su preocupación sobre el manejo de la pandemia en Nicaragua.