Bakú, Azerbaiyán, (IICA).-
Las soluciones basadas en la naturaleza tienen un gran potencial para mitigar y adaptarse al cambio climático, especialmente en comunidades rurales del Caribe y pequeños estados insulares. Esto fue destacado por expertos en un evento de la COP 29 organizado por la Commonwealth of Nations, donde el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) fue invitado debido a su experiencia en proyectos que mejoran la resiliencia de los sistemas agroalimentarios.
Las soluciones basadas en la naturaleza ofrecen un gran potencial para la mitigación y adaptación al cambio climático, especialmente para las comunidades rurales de países del Caribe y otros pequeños estados insulares.
Así lo señalaron expertos en un evento organizado durante la COP 29 por la Commonwealth of Nations, la Mancomunidad de Naciones, otrora denominada Mancomunidad Británica de Naciones, al que fue invitado el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), por su trayectoria en proyectos que favorecen la resiliencia de los sistemas agroalimentarios.
El organismo hemisférico viene cumpliendo un rol destacado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP29), que se desarrolla con 65.000 personas acreditadas de casi 200 países en la ciudad de Bakú, Azerbaiyán, hasta el viernes 22 de este mes.
El panel, que abordó el diseño e implementación de soluciones de infraestructura basadas en la naturaleza, tuvo lugar en el pabellón por la Coalición de Infraestructura Resiliente para Desastres (CDRI), una organización que reúne países, agencias de la ONU, organismos multilaterales de financiamiento, representantes del sector privado e instituciones académicas, con el objetivo de promover obras que favorezcan la adaptación a la mayor frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos.
Muhammad Ibrahim, Director de Cooperación Técnica del IICA, fue uno de los oradores. Junto a él participaron Mxsolisi Sibanda, Asesor Climático del Secretariado de Commonwealth; Deepa Pullanikkatil, Asesora Financiera de Fiji; Leaba Gaunavinaka, Especialista en Adaptación del Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de Fiji; y Othniel Yila, Asesor Financiero de Uganda.
Vulnerabilidad de los estados insulares
La Commonwealth es una asociación voluntaria de 56 naciones del mundo que comparten lazos históricos con el Reino Unido. Los países del Caribe que forman parte son Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Trinidad y Tobago. También Canadá integra la Commonwealth.
En el encuentro se afirmó que mientras el cambio climático se acelera, la naturaleza ofrece poderosos medios de adaptación y mitigación, particularmente en naciones severamente impactadas por fenómenos extremos como los pequeños estados insulares y los países en desarrollo del Commonwealth.
El debate mostró los resultados de uno de los primeros proyectos basados en naturaleza en Fiji, país insular del Pacífico fuertemente vulnerable al cambio climático, y echó luz sobre aspectos de diseño, colaboración entre distintos ministerios y organismos internacionales, como también sobre la importancia de las políticas públicas.
Ibrahim enfatizó que las lecciones aprendidas en otras regiones del mundo pueden ser aplicadas en el Caribe, una de las áreas más vulnerables del mundo al cambio climático.
“El IICA viene trabajando fuertemente en los países caribeños en soluciones basadas en la naturaleza para construir resiliencia. Sabemos que la conectividad entre los paisajes y la infraestructura verde pueden ser parte de la solución. También investigamos cuáles son las mejores especies que pueden ser utilizadas, porque muchas veces hay poca información y todavía hay un camino por recorrer para entender profundamente las amenazas y las resistencias”, dijo Ibrahim.
El Director de Cooperación Técnica del IICA hizo foco en la centralidad de los manglares para la protección de los sistemas costeros en las islas caribeñas y para la absorción de carbono de la atmósfera.
“Trabajamos para mejorar los ingresos de las comunidades, que muchas veces en el Caribe dependen de la pesca. En cuanto a los sistemas agrícolas, colaboramos para mejorar prácticas para la conservación de los suelos y aumentar la productividad, además de aportar herramientas digitales para que los productores tengan acceso a mejor información”, reveló.
Ibrahim contó, además, que el IICA, a nivel de las naciones, se involucra en la discusión de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDCs), que reflejan los compromisos climáticos de cada país, para resaltar el aporte de buenas prácticas como la siembra directa, que hacen de la agricultura parte de la solución.