Belgrado | EFE.-
Varios periodistas de la cadena de televisión regional serbia N1 han recibido amenazas de muerte tras haber informado sobre la ola de protestas antigubernamentales en Belgrado y otras ciudades del país, denunció hoy la emisora.
«Nosotros, los veteranos, os advertimos de que no juguéis con los destinos de nadie, porque vuestro destino está en nuestras manos», reza una de las cartas, firmada por «Veteranos belgradenses de las guerras de 1999», según reveló N1.
No obstante, Zeljko Vukelic, el presidente de la mencionada asociación de veteranos, negó que la agrupación que dirige esté detrás de la acción y pidió a la policía que investigue el caso.
Las amenazas abarcan también a familiares de los periodistas y al edificio de la emisora.
«¿Sois conscientes de que tenéis familias? Matáis a nuestros hijos y nietos y no sois conscientes de que si se producen destrucciones, vuestro edificio será entre los primeros en explotar, y puede ocurrir que os quedéis sin los más próximos», cita N1.
Las asociaciones serbias de periodistas -UNS, NUNS y NDVD- condenaron las amenazas y exigieron una urgente investigación y que los responsables sean llevados ante la Justicia.
NUNS y NDVD exigen además que «los máximos cargos estatales, ante todo el presidente de la República, Aleksandar Vucic, y la presidenta del Gobierno, Ana Brnabic, condenen en público los horripilantes mensajes de amenaza a la redacción y a los periodistas».
La emisora amenazada -una sucursal regional de la cadena CNN que emite programas en Serbia, Croacia y Bosnia-Herzegovina- se ha quejado de que varios políticos de la coalición en el poder la han atacado verbalmente, calificándola de «traidora» y «antiserbia».
N1 rechaza la reiterada acusación recibida, la de informar sobre Kosovo como si se tratara de un Estado independiente, una inculpación que ha desencadenado «una serie de comentarios» negativos, pues Belgrado no reconoce la autoproclamada independencia de Kosovo, su antigua provincia.
Desde hace dos meses, miles de ciudadanos salen cada sábado a las calles de la capital para manifestarse contra el «autoritarismo» del presidente serbio, Aleksandar Vucic, y pedir una mayor democratización del país.
Estas protestas, a las que se han sumado otras similares en diversas ciudades, son consideradas por los analistas políticos como las más serias desde 2012, cuando el Partido Progresista Serbio (SNS) de Vucic llegó al poder.
Harlém Désir, representante para la Libertad de Prensa de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), condenó hoy las amenazas a N1 y a sus periodistas, al considerarlas «un ataque a la libertad de expresión, que es un derecho fundamental».
«Insto a las autoridades de Serbia a hacer todo lo posible para identificar y castigar a los responsables de estas amenazas contra N1 y a garantizar que los periodistas puedan llevar a cabo su actividad profesional sin ser intimidados o amenazados», declaró Désir en un comunicado publicado en Viena, donde la OSCE tiene su sede.