Por Lester Jiménez | Desde la redacción.-
La vida del ex púgil Mike Tyson bien puede resumirse como un viaje tempestuoso, que inició en la miseria hasta alcanzar la riqueza… y la misma ruta de regreso.
Tan rápido como despachaba a sus rivales, así también derrochó toda su fortuna, que según el propioTyson, pudo haber llegado a los $500 millones.
Lujos, vicios, divorcios onerosos y todo tipo de desperdicios, llevó al otrora rey de los pesos pesados a la bancarrota. Hoy, el ex monarca mundial busca dejar todo en el pasado y tratar de recomponer su vida.
“Estaba fuera de mi control. No supe manejar el dinero, ni tampoco las personas que se acercaron a mí por el dinero”, dijo Tyson el lunes, durante una entrevista para el programa “Power Lunch” de la cadena CNBC.
Conocido por tener una vida opulenta y excéntrica, Tyson desperdició mucho de su dinero en lujos innecesarios, como una colección de autos, varias mansiones en Estados Unidos, y hasta dos tigres de bengala que compró para tenerlas como mascotas. Según la publicación española 20 minutos, el ex púgil gastaba cerca de $8,000 dólares anuales solo en mantenimiento de los dos felinos.
De igual forma, compraba prendas de oro y diamantes, como una cadena valorada en $173,000, entre muchos otros desperdicios.
Las drogas, el alcohol y otros vicios también fueron parte de su diario vivir. Se cree también que el llamado “Ironman” desembolsó cerca de $9 millones como parte de su divorcio con su segunda esposa, Monica Turner.
El derroche fue tal que cuando se declaró en bancarrota en el año 2003, sus deudas ascendían a $23 millones y su fortuna apenas alcanzaba el millón de dólares, según el portal Celebrity Net Worth.
ASCENSO VERTIGINOSO
Tyson llamó la atención del boxeo mundial a mediados de la década del 80, cuando comenzó a sumar victoria tras victoria con fulminantes nocáuts. En 1986, a los 20 años se coronó como el campeón mundial más joven de los pesos pesados y de ahí en adelante, su carrera se catapultó, hasta convertirse en la gran figura del boxeo de la época.
Pero su excelente carrera profesional no pudo desprenderse de sus desaciertos en el plano personal.
Para 1988, su carrera comenzó a descuidarse. Un divorcio con su entonces esposa, Robin Givens, fue un duro golpe para el púgil, seguido por el despido de su entrenador, Kevin Rooney.
De ahí adelante, descuidó el boxeo y el momento cumbre se vivió en 1990 cuando perdió el cetro mundial ante James “Buster” Douglas en Japón.
Luego, fue arrestado y condenado por supuestamente violar a la modelo de 18 años Desiree Washington y por ese delito fue condenado a 10 años en prisión.
Tres años después, logró salir de prisión y trató de retomar su carrera boxística, hasta que en el 1997 protagonizó aquel fatídico capítulo en el que mordió una oreja al veterano púgil Evander Holyfield.
De ahí en adelante, Tyson nunca más volvió a tocar el estrellato del boxeo hasta que anunció su retiro en el 2005.
UN NUEVO COMIENZO
Tras su retiro, y luego de declararse en bancarrota, el reconocido boxeador asegura haber superado los fantasmas de las drogas y el alcohol y se ha mantenido haciendo apariciones especiales en programas de televisión y en el cine, la más reconocida de ellas es su participación en el filme “The Hangover”.
Además, se ha dedicado a ofrecer conferencias en auditorios y escuelas en las que cuenta su vida y cómo salió del vicio de las drogas y el alcohol.
Su más reciente proyecto es una autobiografía.
Al menos, los fanáticos no lo han olvidado, ya que el ex púgil goza de gran arraigo en las redes sociales como Twitter, donde cuenta con unos 5 millones de seguidores.
“Solo quiero vivir una vida tranquila. Sé que hice muchas cosas malas. Quisiera que algún día me perdonen, porque decidí cambiar mi vida”, sentenció.