Des Moines, Iowa, (IICA).-
Este encuentro de alto nivel, que es referencia sobre los temas de agricultura y alimentación a nivel global, reúne a líderes mundiales y expertos renombrados en desarrollo agrícola, políticas públicas, buenas prácticas y nutrición. Es organizado por la Fundación World Food Prize (WFP) en Des Moines, Iowa.
La producción animal tiene futuro, como herramienta clave para la seguridad alimentaria y la conservación ambiental y ese futuro está ligado a la ciencia y la innovación.
En el Norman Borlaug International Dialogue 2024, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) tuvo participación a través de su Director General, Manuel Otero, en un panel sobre innovación y tendencias futuras en la producción animal sostenible, que unió voces de la producción, la investigación y la sociedad civil.
Este encuentro de alto nivel, que es referencia sobre los temas de agricultura y alimentación a nivel global, reúne a líderes mundiales y expertos renombrados en desarrollo agrícola, políticas públicas, buenas prácticas y nutrición. Es organizado por la Fundación World Food Prize (WFP) en Des Moines, Iowa.
En la conversación quedó de manifiesto que la producción animal es y continuará siendo una parte importante de los sistemas agroalimentarios y que los productores están haciendo avances en cuanto a la sostenibilidad y la responsabilidad de su producción –en el difícil contexto de la crisis climática-, aunque queda trabajo por delante.
Los formuladores de políticas públicas deben jugar un rol activo para proveer herramientas innovadoras y fijar objetivos razonables a los actores en términos de productividad y sostenibilidad, fue una de las conclusiones. Se debe asegurar que las nuevas tecnologías sean accesibles para todos, especialmente los pequeños productores.
El pasado y el futuro
El Borlaug Dialogue se inspira en la visión del científico Norman Borlaug, creador de la llamada Revolución Verde, y se propone discutir los temas cruciales de la agricultura integrando la sabiduría de la experiencia, la innovación de hoy y las necesidades más urgentes del futuro.
Surita Sandosham, CEO de Heifer International, organización que trabaja junto a agricultores familiares para mejorar su seguridad alimentaria y sus ingresos; Appolinaire Djikeng, Director Senior de Sistemas Basados en Ganadería de CGIAR y Director General del Instituto Internacional de Investigación en Ganadería (ILRI), centro de investigación que trabaja en países en desarrollo; y Judith de Vor, productora láctea de los Países Bajos y miembro de la Red Global de Agricultores (GFN), participaron junto a Manuel Otero del panel sobre producción animal.
“La ciencia y la innovación juegan un papel irremplazable en el presente y el futuro de la producción animal, con los productores como protagonistas de un nuevo tiempo y más alianzas público-privadas“, dijo el Director General del IICA, quien lideró la conversación en un doble rol de panelista y encargado de plantear los temas que dispararon las intervenciones del resto de los participantes.
“La producción animal está sin dudas en un proceso de transición para convertirse en un sector más regenerativo, que descanse en el concepto de la economía circular y esté más integrado con los bosques y la producción agrícola“, agregó.
Otero reveló que América Latina y el Caribe constituye la principal región proveedora para el mundo de proteína animal, ya que es líder en la producción de carnes rojas, carnes blancas y leche. En ese sentido, precisó que hay más de 400 millones de cabezas de ganado y más de 3,3 millones de productores ganaderos, especialmente pequeños y medianos.
“Representamos el 26% de la producción mundial y el 28% de las exportaciones, con lo que jugamos un papel fundamental en la seguridad alimentaria y nutricional del planeta“, afirmó.
El futuro de la producción animal pasa por ser más más eficientes, reducir la huella de carbono y la huella hídrica de la producción y poner más atención en el bienestar animal, explicó Otero.
La conversación cubrió las realidades de las distintas regiones, ya que De Vor aportó una mirada desde Europa, Djikeng contó la experiencia de África y Surita hizo foco en Asia.
Surita, nacida en Singapur y con más de 20 años de experiencia en organizaciones de la sociedad civil, se refirió a la importancia de construir alianzas y promover la acción colectiva para mejorar la calidad de vida de los agricultores familiares y otros sectores vulnerables.
“En Heifer International nos dedicamos a promover la relación entre los agricultores de escasos recursos y el sector privado, de manera de facilitar el acceso de productores a maquinarias y tecnologías que mejoren la productividad y los ingresos”, dijo Surita, quien relató casos positivos del continente asiático.
Djikeng contó el trabajo del ILRI –organización con oficinas en Nairobi, Kenia, y Addis Abeba, Etiopía-, que se orienta a que las nuevas tecnologías sean económicamente accesibles y culturalmente apropiadas para pequeños agricultores de África y el Sudeste Asiático. En ese sentido, dijo que la producción animal es de extrema importancia económica y social en los países en desarrollo.
Djikeng contó que la productividad de la ganadería en las comunidades rurales de África es extremadamente baja, mientras otras dificultades –como la falta de acceso a mercados- afectan severamente la seguridad alimentaria de los habitantes del campo.
De Vor contó una experiencia distinta, de la actividad en un país desarrollado, ya que se crió en una granja familiar productora de leche cerca de la ciudad de Utrecht, en los Países Bajos, y hoy lleva adelante junto a su esposo una granja educativa con 120 vacas. “Para nosotros las vacas no son números; cada una tiene un nombre”, reveló.
De Vor explicó que la salud del suelo y el cuidado de la biodiversidad son principios irrenunciables en su granja, en la que también se presta atención al bienestar animal y se produce la energía eléctrica que se consume.
En su establecimiento se recibe permanentemente a grupos escolares y familias, con el objetivo de mostrar la verdadera realidad de la actividad agropecuaria y promover el interés por la producción.