Por Fanny ANDRE, Veronika OLEKSYN | AFP.-
Una gigantesca tormenta sepultó el sábado bajo la nieve al este de Estados Unidos, paralizando grandes ciudades como Washington y Nueva York y dejando un saldo de al menos 15 muertos desde Arkansas hasta Maryland.
Apodada «Snowzilla» (mezcla de «snow», nieve en inglés, y el nombre del monstruo gigante de cine «Godzilla»), la tormenta afectaba a más de 85 millones de personas y provocó la anulación de unos 4.400 vuelos.
Por lo menos 15 personas murieron en Nueva York, Carolina del Norte, Maryland, Kentucky, Arkansas y Virginia, mientras que más de 200.000 personas quedaron sin electricidad.
En Nueva York, el gobernador Andrew Cuomo prohibió el tránsito vehicular desde las 14H30 locales (19H30 GMT) y cerró los puentes y túneles que comunican la turística Manhattan con Long Island al oeste y Nueva Jersey al este.
El servicio de autobuses quedó suspendido desde el mediodía y el servicio de metro que transita al aire libre quedó cerrado por la tarde. Los teatros de la famosa avenida Broadway suspendieron sus funciones, los museos cerraron y muchas tiendas hicieron lo mismo.
Los tres aeropuertos de la región (John F. Kennedy, LaGuardia y Newark, en Nueva Jersey) no registraban despegues ni aterrizajes desde las primeras horas del sábado.
El famoso Central Park registraba casi 40 centímetros de nieve a las 13H00 locales, según el último informe del Servicio Meteorológico Nacional (NWS), y desde entonces la nevada no se cesaba. El pronóstico para la ciudad era entre 50 y 63 cm.
«¡Quédense en casa!»
«¡Quédense en casa!», reiteró el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, a lo largo de la jornada en sus mensajes a la comunidad.
Un ejército de camiones barrenieve limpiaba las calles de la ciudad. Jonas, como también se llama a la tormenta, venía acompañada de rachas de viento de más de 80 km/h.
Avenidas populares como la Quinta o la Sexta estaban casi vacías incluso antes de la prohibición de circular, y muchos autos estacionados ya estaban sepultados bajo la nieve.
Para algunos neoyorquinos, era de todos modos un día más de trabajo. «Ha estado muy calmo en la mañana, pero espero que la gente se canse de jugar con la nieve y venga a beber y comer algo», dijo a la AFP Juan, el barman de un restaurante del West Village, en el sur de Manhattan.
Para este joven que llegó a las 07H00 a su trabajo como cada sábado la principal preocupación era la cancelación del metro. «Voy a gastar en un taxi todo el dinero que gané hoy», se lamentaba.
En Washington, donde se registraban 45cm de nevada hasta el sábado a la tarde, la policía del Capitolio levantó una prohibición de décadas de usar trineos en sus escaleras.
El edificio del Congreso, los monumentos nacionales y los famosos museos del Instituto Smithsonian permanecían cerrados. Los dos aeropuertos también lo estaban y continuarían así todo el domingo.
Incluso una masiva pelea con bolas de nieve en el vecindario de la Rotonda Dupont en Washington, en la que unas 2.000 personas anunciaron en Facebook que participarían, tuvo que ser postergada del sábado al domingo debido a la ferocidad de la tormenta.
«Quiero ser muy clara con todos. Vemos esto como una tormenta mayor. Tiene implicaciones de vida o muerte», declaró la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser.
El metro y los autobuses fueron clausurados en la capital por el fin de semana.
De las peores de la historia
Esta tormenta podría ser casi tan grave como la de 1922, con sus 71 centímetros de nieve y que dejó 100 muertos cuando se derrumbó el techo de un teatro ante el peso de la nieve acumulada.
Hasta el sábado al anochecer eran 15 las víctimas fatales confirmadas como consecuencia de «Snowzilla».
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, confirmó que tres personas murieron en la ciudad mientras limpiaban la nieve callejera, y responsables de Carolina del Norte dijeron que seis individuos fallecieron en accidentes de auto.