Madrid | EFE.-
El papa Francisco ha dicho hoy que la mediación que mantuvo la Santa Sede en la crisis de Venezuela fueron «puentes» que ayudaron, pero que no se terminan de resolver.
Durante una entrevista concedida a la cadena española de televisión La Sexta y emitida la noche del domingo, el papa reconoció que el Vaticano «medió» oficialmente con el grupo creado al efecto y luego hubo «comunicaciones de la secretaria de estado, después mediaciones discretas, extraoficiales, puentes que han ayudado un poquitito pero no se termina de resolver».
Preguntada su opinión sobre Nicolás Maduro, Francisco ha dicho que es difícil «hacerse una» en los dos encuentros que ha mantenido con el mandatario venezolano «antes de que se agudizara mucho la cosa», pero en los cuarenta minutos que duró su primera y la media hora que se prolongó la segunda lo vio «muy convencido de lo suyo».
Mientras, la que celebró con Trump, una «persona que tiene su proyecto y su plan», fue una visita «muy protocolar y muy corta», ha asegurado Bergoglio, quien ha añadido que si tuviera que elegir entre tomarse un café con Maduro o con el presidente estadounidense, lo haría «con los dos».
En relación a la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, que promueve el Gobierno español, el papa Francisco dijo no haber participado en las comunicaciones entre el Gobierno y la Santa Sede al respecto, y añadió: «No tengo opinión».
Sí defendió, sin embargo, «el derecho a la verdad sobre lo que pasa, el derecho a una sepultura digna, a encontrar los cadáveres», un derecho que es de la familia y de la sociedad, porque «una sociedad no puede sonreír al futuro teniendo sus muertos escondidos».
El papa dedicó buena parte de la entrevista al drama de la inmigración, censurando «la insensibilidad o la injusticia» de que a una persona que migra en busca de una vida mejor se «le cierre la puerta».
Y mientras países como Líbano o Jordania acogen millones de refugiados, «la madre Europa se volvió demasiado abuela, se envejeció de golpe»; aunque el problema más grave, en su opinión, es que haya olvidado ya «cuando sus hijos iban a golpear las puertas de América».
«Pero es tal la inconsciencia que parece lo más natural, nos hemos acostumbrado a esto. El mundo se olvidó de llorar, esto es lo más inhumano que hay, esto demuestra hasta dónde es capaz de descender la inhumanidad de una persona», ha censurado con una de estas cuchillas en las manos.
Bergoglio quiso advertir de que los discursos contra la inmigración basados en el miedo son «una historia que se repite» porque es este sentimiento «es el material sobre el cual se edifican las dictaduras».
Por otra parte, el pontífice aseguró sentir «pena» porque España venda armas a Arabia Saudí, aunque «no es el único gobierno».
«No tienen derecho a hablar de la paz, están fomentando la guerra en otro país y quieren la paz en el propio», pero esto es como «la teoría del boomerang», avisó.
A bordo del avión papal, 31 mar (EFE).- El papa Francisco afirmó que «la pederastia es una plaga que no se entiende sin el espíritu del mal», al responder a algunas críticas sobre su referencia al diablo en los casos de abusos a menores por parte del clero.
Este fue uno de los temas de la rueda de prensa que ofreció a los 73 periodistas, entre ellos la enviada de EFE, a bordo del avión en el que regresó de su visita de dos días a Marruecos.
Al contestar a una de las preguntas sobre la reciente reunión en el Vaticano sobre los abusos a menores por parte de la Iglesia, Francisco se refirió a algunas de las críticas que recibió por referirse al diablo como inspirador de estos crímenes en su discurso final.
Explicó que un diario escribió que el papa «se lavó las manos echando la culpa al diablo» y que esto le pareció un análisis un poco «simplista».
El papa añadió que él ha siempre querido dar «todas las explicaciones sociales, culturales» a esta plaga pero que «hay un punto en el que estas cosas no se entienden sin el mal».
«Esta plaga es mundial, pero no se entiende sin el espíritu del mal. Es un problema concreto, pero no se entiende sin el mal», recalcó.
También habló de la difusión de pornografía infantil en Internet y lamentó que «los responsables del orden público» no persigan más estos delitos.
Aseguró que «la Iglesia hará de todo para terminar con esta plaga» y que en su discurso final tras esa cumbre del pasado febrero con los responsables de las conferencias episcopales ya se dieron algunas medidas concretas para hacerlo.
Pero agregó que además de estas medidas para responder a este problema, no se puede olvidar «la oración».
También relató que en Buenos Aires junto con el Gobierno impulsó que en los hoteles de lujo se colgase un cartel en el que se avisará «que no se podían tener relaciones con menores», y que «ninguno de ellos quiso ponerlo».
A bordo del avión papal
El papa Francisco explicó hoy que no aceptó la renuncia presentada por el cardenal Philippe Barbarin, condenado en Francia por encubrir abusos sexuales a menores de un sacerdote de su diócesis de Lyon, porque el proceso aún no ha acabado, pues ha presentado apelación.
Así lo explicó el papa en la rueda de prensa en el avión de regreso de su viaje a Marruecos en el que le acompañaron 73 periodistas.
«No puedo aceptar su renuncia, porque judicialmente existe el derecho a la presunción de inocencia. Cuando el proceso esté cerrado, cuando el segundo tribunal dé la sentencia, veremos qué pasa», dijo Francisco al periodista que le pregunto sobre el porqué no aceptó la dimisión que el cardenal francés presentó el 18 de marzo pasado.
EL pontífice justificó esta decisión al afirmar que siempre que una causa esté aún abierta «hay presunción de inocencia» e instó a «no condenar mediáticamente» y esperar el camino de la Justicia.
Francisco recordó que el obispo decidió aún así retirarse durante un periodo de diócesis de Lyon.
El cardenal, de 68 años y al frente desde hace 17 de una de las archidiócesis de mayor tradición del país, se sentó en el banquillo en enero junto a otros cargos eclesiásticos acusados de no haber denunciado los abusos cometidos contra menores por el cura Bernard Preynat durante 25 años.
Fue condenado a seis meses de cárcel exentos de cumplimiento y a pagar una indemnización simbólica de un euro a ocho de las víctimas de Preynat que lo habían denunciado.
A bordo del avión papal, 31 mar (EFE).- El papa Francisco confesó hoy que lloró después de que le enseñaran una concertina de la valla de Melilla y afirmó «que los constructores de muros acabarán siendo prisioneros de los muros que realizan».
Francisco realizó estas declaraciones a los periodistas que le acompañaban en el avión papal en su vuelo de regreso a Roma tras concluir hoy su viaje de dos días a Marruecos.
A bordo del avión, el papa se refirió en concreto a la entrevista emitida este domingo en La Sexta TV con el reportero español Jordi Évole, quien le enseñó una concertina (alambrada con cuchillas) similar a la que existe en la valla de Melilla con Marruecos.
El papa admitió que cuando el reportero se marchó se «conmovió»y «lloro».
«Lloré porque no entra en mi cabeza, en mi corazón, tanta crueldad, o ver ahogarse en el Mediterráneo, en lugar de convertir los puertos en un puente», dijo Francisco.
«Ese alambre con cuchillas, no me lo podía creer», repitió el papa apesadumbrado.
«Los constructores de muros, sean de alambre con cuchillas o de ladrillos, serán prisioneros de los muros que realizan, esta será su historia», dijo Francisco a los 73 periodistas que le acompañaron en su visita a Marruecos.
Aunque comprende que a algunos gobiernos les ha «tocado la patata caliente» de la inmigración, los Gobiernos «deben resolverlo de otra manera».
«Con los muros, no se va adelante, permaneceremos siempre cerrados», aseguró el papa.
El Gobierno español aprobó el pasado enero un plan para sustituir las concertinas (alambradas con cuchillas) en las fronteras de Ceuta y Melilla y levantar un nuevo vallado que aporte más seguridad pero «sin medios cruentos».
En sus declaraciones hoy a los periodistas en el avión papal, el pontífice recordó que también pudo ver un vídeo de las torturas a los inmigrantes hombres a los que deportan a Libia y vuelven a las cárceles de los traficantes, mientras que venden a mujeres y niños.
Francisco llamó a intervenir a la Unión Europea (UE) para hablar de manera conjunta de este asunto, porque para no dejar entrar a estas personas «o los dejo ahogar» o «los expulso sabiendo que tantos caerán en las manos de los traficantes».
Por otra parte, Francisco dijo que lo primero que se tiene que hacer, como siempre se propone, «es ayudar a las personas para que no huyan de sus países», pero criticó a una Europa que aunque «generosa» no puede ser «coherente» si luego permite que los países vendan armas para bombardear en Yemen.
Al responder a otra pregunta sobre las políticas antiinmigración de algunos gobiernos Europeos, a quienes han votado católicos, Francisco señaló que la gente siente «temor», y que es esto «lo que predica el populismo».
«Se siembra el miedo y después se toman las decisiones, y el miedo es el inicio de las dictaduras», señaló Jorge Bergoglio al recordar cómo fue la campaña que llevó al poder a Adolf Hitler.