Valparaíso | Chile | EFE.-
Argentina es, después de EE.UU., el principal receptor de emigrantes latinoamericanos en todo el mundo, por encima incluso de España, según se dijo durante el coloquio «La fragilidad democrática de América Latina», en el marco del Festival Puerto Ideas 2015, celebrado este fin de semana en Valparaíso.
«El fenómeno migratorio no ha aumentado porcentualmente en el último siglo, sigue siendo un cuatro por ciento de la población mundial», dijo durante el debate el exsecretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) Jose Miguel Insulza.
Según el también exministro de Relaciones Exteriores de Chile, «lo que ha variado son las cifras en América Latina», donde los movimientos migratorios se han transformado en un fenómeno creciente que pone de manifiesto que «los más pobres emigran a los países vecinos».
Por este motivo, EE.UU., República Dominicana y Bahamas se opusieron a una resolución sobre la emigración en el seno de la OEA cuando Insulza estaba al frente de este organismo supranacional.
Tras recordar que «en Chile hay más nacionales viviendo fuera que extranjeros viviendo en el país», el excanciller sostuvo que los emigrantes suelen desempeñar los trabajos peor remunerados, que los locales no quieren hacer.
En el coloquio también intervino el sociólogo y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de París Ernesto Ottone, quien afirmó que «en muy poco tiempo, Chile va a alcanzar un nivel de renta similar al de los países de Europa del Sur».
Pero el verdadero reto, a juicio de Otttone, es la desigual distribución de la riqueza, ya que ni Chile ni los demás países de América Latina pueden alcanzar el desarrollo mientras no acorten las diferencias entre las clases sociales.
Al respecto, el también profesor de la cátedra Globalización y Democracia en la Universidad Diego Portales recordó que el índice de Gini (que mide la desigualdad) en Chile es de 50,5 (0 representa una equidad perfecta, mientras que un índice de 100 representa una inequidad perfecta).
Y ello, a pesar de que las cifras de este indicador -que mide hasta qué punto la distribución del ingreso entre individuos u hogares dentro de una economía se aleja de una distribución perfectamente equitativa- han sido tomadas una vez que se han aplicado impuestos y realizado transferencias sociales, que se supone, son acciones que morigeran la desigualdad generada por la economía de mercado.
Durante el desarrollo de set panel -que tuvo entre el público al ministro chileno del Interior, Jorge Burgos- también se abordaron otros fenómenos que afectan a América Latina, como el del populismo.
Al respecto, el periodista argentino Ricardo Kirschbaum, editor general del diario Clarín, señaló que «el peronismo es una franquicia para llegar al poder», en tanto que Ernesto Ottone consideró que «los peronistas no son buenos ni malos, sino que son incorregibles».
«Hay que repensar los sistemas, para evitar la vinculación de los líderes con el pueblo sin sujeción a las reglas democráticas», propuso Ottone, quien recordó que la tentación de modificar la Constitución para perpetuarse en el poder no solo se da en los países que calificó como «neojacobinos (Venezuela, Bolivia, Ecuador), sino también en Colombia durante la presidencia de Álvaro Uribe.
El respecto, el exsecretario general de la OEA Jose Miguel Insulza consideró que, por lo general, los países que soportaron dictaduras durante los años setenta y ochenta son más refractarios al populismo, porque tienen instituciones democráticas más sólidas.
El expresidente chileno Ricardo Lagos y la mandataria actual Michelle Bachelet (en su primer mandato) terminaron con un apoyo en torno al 80 %. «Sin embargo, si hubiera habido un referéndum sobre la reelección, los ciudadanos la habrían rechazado» aseguró Insulza.
El panel «La fragilidad democrática de América Latina», que estuvo moderado por la periodista Tamara Avetikian, columnista del diario «El Mercurio», abordó cuestiones como el populismo, la fragilidad económica de la región y la desigualdad social que genera esta situación.