Ciudad de México.-
En un mundo que sufre las consecuencias del nuevo normal que se ha impuesto a través de la pandemia por COVID-19, los métodos de enseñanza convencional del sector educativo, se han visto afectados como resultado de las brechas digitales que existen principalmente en los países menos desarrollado, por ello, ante la necesidad por buscar la innovación de estos procesos, las organizaciones e instituciones educativas han optado por nuevas medidas para garantizar el acceso a la educación en todos los niveles.
Si bien la tecnología avanza a pasos agigantados, aún existe el rezago de su uso por los diferentes actores del sector, desde los propios docentes que no estaban capacitados ni contaban con las herramientas necesarias para hacer frente al trabajo a distancia, así como los padres y alumnos que tampoco estaban familiarizados con una propuesta educativa enfocada hacia la interactividad por medio de la tecnología.
Para los países de América Latina y El Caribe, en 2019 el 66,7% de los habitantes de la región tenían acceso a internet, y el tercio restante un acceso limitado o no tenía acceso a las tecnologías digitales debido a su condición económica y social , en particular su edad y localización, lo cual genera otro desafío a considerar por parte de las organizaciones y el sector educativo que se refiere al uso efectivo de los recursos económicos, para adoptar tecnologías que permitan resultados de aprendizaje más exitosos y que además se adecuen a cualquier entorno en el presente y futuro, con la facilidad de utilidad para capacitadores, docentes y los propios estudiantes.
En este sentido, Barco promueve la inclusión de nuevas tecnologías como recurso para revertir las brechas digitales, ya que es el principio para la mejora de las infraestructuras que permiten la adecuación de contenidos educativos promoviendo nuevas oportunidades de aprendizaje.
Es importante considerar que, aunque el mundo físico ha sufrido una reducción de movilidad, por el contrario, en lo virtual su curso en sitios web y aplicaciones de teletrabajo cada vez es mayor, a través de la educación en línea o aprendizaje a distancia.
Ante esta necesidad por buscar tecnologías de vanguardia, las herramientas de videoconferencia de Barco, responden a los múltiples desafíos de capacitación presencial y la capacitación de manera remota, en donde instructores del mundo empresarial y el sector educativo, pueden robustecer la educación en línea a través de mayor participación de los estudiantes, transformación de cursos para un formato virtual, interacción entre los participantes, e identificación de brechas en la comprensión de los estudiantes.
Asimismo, “las herramientas de colaboración de Barco utilizadas por docentes y como recurso de la formación educativa que busca la enseñanza a través de la interacción de alta calidad, contenido atractivo, y salas de reuniones mejoradas, son ideales para permitir una experiencia de inmersión progresiva e inclusiva ”, dijo Manuel Navarrete, Sales Manager Barco en Colombia.
Esta adopción de tecnologías de colaboración respondió a las previsiones en organizaciones como el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), donde se hace alusión a la falta de contacto con las instituciones educativas; aunado a la ansiedad y el estrés generados por la crisis que favorecen a la problemática de una interrupción de la vida educativa a la raíz de la falta de modalidades mixtas, que permite participar de manera plena en el sistema educativo.
Así como al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que indica que es necesario superar la perspectiva de conectividad basada en el acceso a Internet, ya que esto ha impedido una comprensión matizada de las formas en que las desigualdades pueden perpetuarse o amplificarse en la esfera digital.
Por tal motivo, el uso de las tecnologías de Barco que ofrecen diversas vertientes para necesidades en el desarrollo corporativo, negocios y sector educativo, resignifican los procesos de enseñanza y aprendizaje que no se deben limitar al espacio donde comúnmente se llevaban a cabo, sino a través de la generación de entornos de participación más flexibles.
Como se puede observar, este largo proceso de investigación a través de las condiciones, sociales, culturales y económicas en Latinoamérica, dan la pauta para considerar los obstáculos que aún persisten, pero que a través de múltiples esfuerzos es posible trabajar para brindar nuevos canales de participación para el ámbito educativo.