Gobierno de Nicaragua y oposición enfrascados en reglas de negociación

Por Blanca MOREL | AFP.-

El gobierno de Daniel Ortega y la alianza opositora finalizaron este jueves el segundo día de diálogo, inmersos en discutir las reglas que regirán la negociación para salir de la grave crisis que afecta al país desde hace 10 meses, según fuentes opositoras.

«Las negociaciones avanzaron con la discusión en detalle de los puntos pendientes de acordar», informó escuetamente la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) en un comunicado, sin ahondar en lo abordado.
Agregó que «la negociación no ha entrado a temas de fondo», y se ha mantenido en cuestiones relativas a la metodología del diálogo.
El jefe de la delegación del bloque opositor, Carlos Tünnerman, en breve declaraciones a la prensa, dijo que el viernes al mediodía esperan completar las normas que van a regir las conversaciones, cuando celebren la tercera jornada de diálogo.
Las conversaciones entre la delegación del gobierno, encabezada por el canciller, Denis Moncada, y la Alianza, presidida por Tünnermann, se desarrollan a puertas cerradas en la sede del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), en Managua.
Un punto de discrepancia fue la exigencia opositora de contar con garantes internacionales en las discusiones con el gobierno, que rechaza esa posiblidad.
«Todas las negociaciones exitosas han pasado por procesos incluso totalmente privados», argumentó el presidente Ortega el 21 de febrero cuando anunció la disposición de volver a la mesa de negociación con el bloque opositor, integrado por empresarios, estudiantes y organizaciones civiles.
Bajo esa premisa, el diálogo se efectúa a puertas cerradas, sin acceso de la prensa a los participantes y sin información del contenido de las negociaciones.
Ante la andanada de críticas por el secreto de las reuniones, el bloque se comprometió a «hacer público todos los puntos de negociación tan pronto los tengamos acordados».
El acercamiento tiene lugar ocho meses después de la suspensión de las primeras negociaciones mediadas por la Iglesia católica del país, convulsionado entonces por violentas protestas antigubernamentales, que Ortega atribuyó a un intento de golpe de Estado.
Las protestas estallaron el 18 de abril contra una reforma al seguro social que luego evolucionó en una demanda de salida de Ortega por la represión que ejerció contra los manifestantes, que dejó 325 muertos, más de 700 detenidos y miles de exiliados.
Ortega, un exguerrillero de 73 años que gobierna desde 2007 junto a su esposa y actual vicepresidenta, Rosario Murillo, accedió a negociar en medio de una profunda crisis económica y fuertes presiones por parte de la OEA, Estados Unidos y la Unión Europea.
– Diálogo complicado –
En un gesto de buena voluntad, el gobierno trasladó el miércoles a 100 opositores presos a un régimen de casa por cárcel, pero mantiene las calles controladas con policías para evitar nuevos brotes de protestas, actualmente prohibidas.
El corredor Alex Vanegas, un activo opositor a Ortega, fue detenido temporalmente este jueves después que el miércoles saliera de prisión.
«El Maratonista», como es conocido Vanegas, fue apresado y liberado dos veces el jueves con diferencia de pocas horas en las cercanías de su casa, en un barrio de Managua, después de que salió a la calle a protestar con la bandera nacional.
La Unidad Nacional Azul y Blanco, que agrupa a los movimientos de la oposición, exigió este jueves en un comunicado la liberación de todos los «presos políticos, la anulación de los juicios en su contra y el retorno con garantía de todos los exiliados».

 
La Alianza señaló, además, que «continúan apostando por una salida del régimen por la vía pacífica», por adelantar las elecciones de 2021 e iniciar un proceso de democratización.
Ortega, sin embargo, descartó la posibilidad de adelantar las elecciones. Durante una visita de la Organización de Estados Americanos (OEA) a Managua este mes, el mandatario se comprometió a reformar la ley electoral de cara a las presidenciales del 2021.
El gobierno pretende que el diálogo contribuya a «consolidar la paz y mejorar las condiciones» del país, que el año pasado experimentó una recesión del 4% después de una década de sostenido crecimiento económico.
La actividad económica amenaza este año con contraerse hasta 11% debido a la crisis, según expertos, por la caída de las inversiones, del turismo, la fuga de capitales calculada en 100 milllones de dólares al mes, y la falta de nuevas líneas de crédito internacional.
«Ortega está frente a la tormenta perfecta de aislamiento internacional total», comentó la exguerrillera y disidente sandinista Dora María Téllez.
«Tienen sanciones severas de parte de Estados Unidos, amenazas de sanciones inminentes de la Unión Europea, tiene el puñal de la carta democrática de la OEA en el cuello y no consigue dinero. Está asfixiado», advirtió.

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